Never shall me down

Es una posición por la que resulta fácil tener debilidad. La figura del ala-pívot parece lograr la alquimia de conciliar a dos vasos comunicantes pero alejados en la cancha: el juego exterior e interior. Quienes más brillan en esas lides suelen alternar una versatilidad física increíble que va acompañada de una tremenda sutileza en los fundamentos. Desde las categorías inferiores, Anna Montañana dejó constancia de que pertenecía a esa estirpe. Tardó muy poco en ser considerada una de las grandes promesas en la Comunidad Valenciana. 

Tiempo después la veríamos dominar en la final de la Copa de la Reina en 2009, llevando en volandas a las suyas con una mezcla exacta de lo que se le pide a cualquier power-forward: picar como una abeja y moverse como una mariposa entre las líneas defensivas, Alí dixit. Por aquel entonces, ya era uno de los pilares indiscutibles del combinado nacional, donde lograría más de cien convocatorias. 

Como pez en el agua entre las posiciones de 3 y 4, actualmente la encontramos en Funelabrada empeñada en evitar que se pierda el romanticismo del juego interior en unos días donde los más altos pueden, perfectamente, ser quienes mejor lancen. Asimismo, sigue con sumo interés el asunto de Becky Hammon (La duda irrazonable), probablemente sintiendo que comparten ese carácter de pioneras a ambos lados del Atlántico.

El pionero fue Fernando Martín. Un pez grande que supo que se metía en un océano donde le iban a picar e intentar pescar con facilidad. No quiso limitarse a ser cabeza de ratón en un área confortable donde lo era todo. Dejó una huella imborrable y allanó el camino de la ÑBA a los Gasol, Rudy, Navarro, Chacho, etc. Anna Montañana también tomó esa decisión, una que quizás fraguó en su mente cuando vio en su juventud al Dream Team de 1992 y cayó presa de un flechazo, de ese logra el basket verdadero. 

Fue la noche del número dos. 2 puntos, otros tantos rebotes e igualmente sendas faltas personales. Montañana salió con la elástica de las Minnesota Lynx, uno de los equipos clave de la WNBA. El rival aquella velada fueron las mismísimas Sparks, las californianas que, junto con las jugadoras de la tierra de los hermanos Coen, han protagonizado una de las principales rivalidades de esta competición. 

Como le ha sucedido a muchas personas, el primer impacto fue la velocidad, ese ritmo físico que escuadras como las Sparks o las Detroit Shock imponen en cuanto les resulta rentable. Volvió sabiendo latín del uno contra uno y también con la dosis imprescindible de reveses (Minnesota ese año no llegó a Playoffs). Todo sirvió de experiencia para que se colgase el bronce con sus compañeras en el Mundial de 2010. 

Hacia una pequeña revolución

Hay una cosa muy llamativa de estos años tan exitosos del basket femenino español a nivel de selecciones. Precisamente han sido jugadoras como Montañana quienes han advertido, con buenas formas, que es muy importante que el apoyo mediático no se limite a cuando se "toque chapa" (en terminología del maestro Pepu Hernández, cuando un combinado se sube al podio de los tres primeros). Porque rachas de vacas flacas hay siempre y es en esa coyuntura donde los cimientos deben estar sólidos. 

Tras su exitosa etapa de jugadora, nuestra protagonista formó parte activa del Departamento de Marketing del Valencia Basket el curso pasado, uno de los más espléndidos en la selección taronja (subcampeones de Copa y Eurocup, coronado todo con una victoria espléndida en los Playoffs ACB). Actualmente, una nueva barrera se ha noto a través de su incorporación al staff técnico del Fuenlabrada. 

Surgida de la cantera de Godella, donde ella ha terminado siendo maestra. Podría haber sido muy feliz siempre en Valencia, su tierra, cosechando éxitos y rebotes. Pero arriesgó en las ligas universitarias norteamericanas haciendo historia en 2005. Ahora tampoco se conforma y quiere seguir haciendo muescas en el revólver de esta ala-pívot cuyo más reciente disparo siempre es el más interesante...