domingo, julio 5

Marcaron el ritmo. Cada entrada a canasta fácil tras recuperación de bola era perseguida por Shengelia, quien se dejó espalda y alma en aras de un objetivo. Dusko Ivanovic quería dureza. En ocasiones, parece que su libreto llega hasta la hipérbole. Entrenar el día de Navidad y una cierta obstinación que le lleva a generar adeptos y detractores de su filosofía a partes iguales. De cualquier modo, Querejeta, uno de los tipos con más olfato de la ACB, señala que su estratega es el ADN de Kirolbet Baskonia. 



A la gran final llegaron las dos escuadras con más mérito en una liga excepcional, pero tremendamente exigente. Svetislav Pesic, un técnico de sobrada trayectoria, lanzó una amistosa broma que bien pudo sobrar. Tocar trofeo o dar gasolina a tipos como Vildoza es motivar a quien ya de por sí saldrá a por todas. El argentino, justo MVP, habla de que se quedaron sin fuelle en la final ante el Madrid de Doncic tras ponerse 1-1. Debe ser el método Ivanovic, puesto que en un sobresfuerzo aquí han terminado exhibiendo que habrían podido encarar dos prórrogas si era necesario. 



La final no fue exquisita, aunque si apasionante. Henry tenía la mirada inyectada en rojo de un jugador de Larry Brown, aportando incluso desde el banquillo con sus ánimos a cada acción. Sin casi público, todo se oía. Mirotic, jugador más valorado de la competición, encontró antes las primeras canastas que el juego. Las pérdidas de balón equilibraban los mejores porcentajes de tiro blaugranas. Los precedentes baskonistas ante Unicaja y Valencia Basket les daban una vida extra en tales casos.

  
Se llamó la Liga de Petrovic, pero quien terminó alzando el trofeo fue el Barça de Epi. Durante toda la temporada, Mirotic ha regalado jugadas estelares para la ACB y Europa. No obstante, igual que el curso pasado, el justo MVP ha deparado a un jugador de estilo distinto. Un repaso a las declaraciones de prensa de Vildoza antes de la final ya invitaban a saber qué aguardaba a los blaugranas. No es un mago como Doncic, una máquina de anotar como Mirotic o un hacedor de pases imposibles como Sergio Rodríguez. Eso sí, al igual que Facundo Campazzo, desea las cosas al máximo, va al límite y, si te quitas del camino por recelo, logrará batir a cualquiera por mucho presumible más talento que tenga. 



La puerta atrás, según sus propias declaraciones, fue más bien una jugada de instinto que uno de los recursos del staff técnico ante la pizarra. Ansiarlo, creer en ese despiste. En justicia, el Barcelona tuvo el derecho a réplica. Un tiro esquinado de Higgins que no entró. Había conseguido la liga quien más creyó en ella, si bien hubo un último cuarto de tensión y constantes nervios. El Baskonia tuvo triples abiertos para cerrarlo, mientras que su rival regaló tiros libres que hubieran permitido no depender de la bocina. 



A nivel arbitral, extraño como todo el torneo. Son comprensibles los comentarios de Álex Mumbrú: "¡Qué fácil es pitar al Bilbao!". Recalcar que eso no es un insulto. Por desgracia, han existido épocas donde hemos presenciado terribles aspavientos, menosprecios y comportamientos de profesionales hacia el cuerpo arbitral censurables, particularmente dolorosos en categorías de formación. De idéntica forma, la discrepancia o crítica no debería ser objeto de las severas penalizaciones que han campado la pista. Hay caballeros que acumulan récords de partidos consecutivos oficiando y que luego no piden repetición de una bandeja como la de Hanga contra el cristal, tampoco ante un posible manotazo en el rostro y jugadores como Henry, intensos y valientes, dependiendo del minuto, son cargadas de faltas personales. Por fortuna, no han sido determinantes y nuestro campeón actual de ACB es totalmente legítimo, pero la tendencia actual parece seguir orientada a favorecer a lo mediático, mientras no se ataca de raíz el problema, proteger a los hombres y mujeres que arbitran en ligas de menor repercusión y tratan de mantener la compostura ante malas educaciones ajenas. 


Shavon Shields debería ser el espejo para el prometedor futuro norteño. No solamente por su calidad y compromiso con el club. Es un tipo que cree, uno de esos soñadores que precisa cualquier plantilla. Por mucho que algunos mentideros quieran, este título no merece ningún asterisco, más allá de elogiar la excelsa organización de la ciudad de Valencia. El Kirolbet es un grande que debe comportarse como tal, sin corte ninguno ante Euroliga y, cuando sea la Supercopa, no debe aceptar jamás ningún rol secundario. 



De todos las escuadras, es la que mejor se ha adaptado a los momentos que exigía el torneo. Cuando Unicaja lo tuvo contra las cuerdas, se las ingenió para volver. Ante el Barcelona, supo corregir todas las fisuras del choque de fase de grupos. Con el Valencia Basket, tuvieron un tercer cuarto de defensa terrorífica y esa pizca de suerte de los campeones cuando Jordan Loyd pudo haber acabado con el sueño de Ivanovic por mucho que el mito de la Jugoplastika diga que todo es cuestión de carácter. Es un gran club que ahora tiene una chispa de fortuna (la que fue esquiva a Caderón y Scola ante el Madrid de "Boza") y deben alargar esa dinámica hasta dejarla exhausta. 



Y mientras la fina y perspicaz mirada de Quejereta siga por esos lares, en Vitoria disfrutarán de lo lindo. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://www.abc.es/deportes/baloncesto/abci-barcelona-baskonia-final-acb-202006301914_directo.html [Propiedad de la fotografía: ABC] [Consultada el 01/07/2020]



https://www.junindigital.com/nota/2020-7-1-8-53-0-luca-vildoza-campeon-y-mejor-jugador-en-la-final-de-la-liga-endesa [Propiedad de la fotografía: Junín Digital] [Consultado el 05/07/2020]



https://www.gasteizhoy.com/baskonia-barca-shields/ [Propiedad de la fotografía: ACB Photo] [Consultada el 05/07/2020]