domingo, febrero 9

En otras condiciones, habrían sido clubes hermanados. Pero estaban destinados a empujarse al abismo hasta que solamente quedase uno. Barcelona y Panathinaikos compartían prestigio en las canastas, títulos domésticos y continentales, aunque también una maldición. El dolor de la Final Four. En el caso blaugrana, agravado por el complejo ante la Jugoplastika. La institución helena se hipotecó para traer a Dominique Wilkins, aquel matador NBA que desafiaba al mismísimo Michael Jordan. La estrella americana llegó de vuelta de todo, pero Bozidar Maljkovic se la jugó e incluso le sentó en momentos clave para desesperación de la grada. A las alturas de la final europea celebrada en París, ambos iban de la mano y "Boza" llegó a admitir que la Copa helena la había ganado el americano prácticamente solo. 



El técnico balcánico elogió a la antigua estrella de los Atlanta Hawks y a Stojan Vrankovic, muralla de 2´18 metros de altura, en el triunfo ante el TsKA Moscú. Frente a ellos estaría otro conjunto hambriento, una escuadra comanda por Aíto García Reneses, el entrenador revolucionario que cambió todo en la ACB, si bien en la Copa de Europa parecía víctima de un halo trágico. En el pasado, Reneses y Maljkovic compartieron proyecto en la Ciudad Condal, todo saldado con la salida poco amistosa del segundo y un recelo mutuo que desde entonces se profesarían los viejos zorros de los banquillos. 



Los nervios parecieron presidir el inicio. Andrés Jiménez, uno de los grandes descubrimientos de Reneses, astro en el Joventut y luego en el Barça, fue uno de los más motivados en el arranque, si bien pronto se puso en problemas de faltas. Un tapón ilegal en la primera parte pasó desapercibido, sin que ninguno de los dos contendientes pensase que era la señal de un polémico desenlace. Fragiskos Alvertis, un joven alero, iría fraguando aquí su leyenda de guerrero indomable bajo tableros. Panagiotis Giannakis, el gran compañero de aventuras del heroico Nikos Gallis, engañaba a los jóvenes adversarios para ralentizar el juego de transición blaugrana y el Panathinaikos se marcharía diez puntos arriba. Pero, tras años de decepciones, los pupilos de Aíto sabían que la Final Four no se acaba hasta el último suspiro.


Así lo demostraron en semifinales ante el Real Madrid de Zeljko Obradovic. Los blancos ya no tenían a Arvydas Sabonis, el genial pívot lituano que les aupó a reverdecer laureles en el Viejo Continente, si bien contaban con nombres de la talla de Arlauckas. Pablo Laso, hoy flamante técnico de los merengues, era uno de los bases de aquel pulso fratricida donde Aíto hizo un plan de desgaste con sus rotaciones que fue desangrando los recursos de su adversario balcánico, quien en la primera mitad llegó a bailar a los blaugrana. Sin el brillo de otras victorias, fue un pase a la finalísima visto con satisfacción, especialmente por la calma exhibida en los minutos finales, esos donde en el pasado conjuntos culés más talentosos tuvieron tantos inconvenientes. 



Ante el Panathinaikos, volvió a tocar sufrir. Obsesionados con las ayudas a Wilkins en el poste bajo, el resto de los atacantes griegos sumaban tiros sencillos bien aprovechados. Por momentos, asomaba el espejo del cortocircuito. Los análisis posteriores volverían a criticar a Aíto, el gran maestro, por sus vacilaciones en aquella instancia. Todo serían elogios para "Boza" y su forma de dormir los encuentros. Hacía apenas nada su Limoges logró cometer la afrenta de quitar el cetro continental a la Benetton de Toni Kukoc, su discípulo maravilla en la Jugoplastika. 



"El Dragón" Giannakis engañaba a todos, fecundo en ardides y engaños, adormilando el juego de transición para meter bocanadas de fuego mortales. De cualquier modo, aquel Barça de Reneses tuvo un don poco valorado. Básicamente, porque perdió. Pero estuvo a una décima de segundo de cambiar todas las columnas negativas en laudatorias. Con Europa rendida a la ultra-defensa que Maljkovic abanderaba, incluso aunque aburriese a las ovejas de Ítaca, hubo unos minutos de locura que hicieron tambalearse al Palacio de Bercy. 


Cuántas veces no habremos escuchado las coletillas de "épica", "el corazón de un campeón", "estaba escrito que iban a remontar...". Muchas veces, depende más de pequeños detalles y suerte que de esas supuestas supersticiones. El Barcelona estuvo hábilmente obligado a jugar a la que quiso el inteligente equipo heleno y se desperezó al final. Arturas Karnisovas, obsesionado el tramo anterior de la final en frenar a Wilkins atrás, firmó 7 puntos, incluyendo un memorable triple. Igual que ante el Madrid, gente como Salva Díez exhibían que aquella era una plantilla unida y capaz de presionar defensivamente hasta hacer dudar al veterano curtido en mil batallas, Giannakis. Alvertis, la sangre joven y uno de los mejores del duelo, estaba eliminado por faltas.  



Xavi Fernández, uno de los pocos jugadores constantes del conjunto de Aíto en el Palacio Bercy, veía recompensados sus lanzamientos en un choque que parecía perdido. Sin sutilezas tácticas, Aíto había recurrido a mandar a la línea de tiros libres al heterodoxo Korfas. La locura presidía los instantes finales, con unas defensas muy intensas a ambos lados de la cancha. Un espectacular dos más uno de Galilea parecía cambiar el tempo del choque. Hubo alguna otra acción de 2+1 no señalada anteriormente. Quizás e anticipo del primer trofeo en esta competición para su célebre entrenador. En un manojo de nervios eterno, la última ofensiva del Pao se saldó con la caída de Giannakis.  El reloj no se paró ni se inició una nueva posesión. Se habló asimismo de una zancadilla al zorro griego. 



La bola llegó a Montero. Todo el universo le diría entonces lo qué debió hacer. Incluso se discutió sobre si cometió pasos. Vrankovic, autor de 0 puntos en la noche pero imparable en defensa y consentido en la dureza de sus acciones/protestas, corrió la pista con fe ingobernable. El balón toco el cristal... el resto es Historia conocida. Maljkovic, un entrenador impresionante, se vio aupado una vez más. En Grecia un presidente poderoso, Gianakopulos, le habría esperado con los medios afilados de no haberlo logrado. Curiosamente, no alzaron la liga, pero no podría importar menos en aquel instante.





Como en la mejor tragedia de Sófocles, la historia más interesante era la del derrotado. Nadie quería estar en el bando de Aíto. Poco importaron los vaivenes emocionales del Madrid campeón en 2005 con el milagroso triple de Herreros. Tampoco si Shaq arrolló a Steve Smith tras la remontada de los Lakers ante los Blazers. El Barça se redimiría a sí mismo en el mismo escenario en 2010, ante el discípulo aventajado del Dragón, Papaloukas. El Panathinaikos fue todavía más grande en el Viejo Continente de lo que entonces se pensó. 



Boza, siempre certero, afirmó que debía hablarse poco del arbitraje de aquellos últimos minutos. Colegiar es altamente complicado, pero pocas veces se hizo peor. La competición mejoraría mucho los siguientes años. Reneses, por su lado, no volvería a estar tan cerca de esa copa (el siguiente año, en pleno divorcio con Djordjevic, el Olympiacos les dominó tras volver a llegar a la codiciada instancia). Con todos los defectos que pudieron tener sus planteamientos aquellas jornadas, solamente era culpable de haber remontado al Real Madrid y no haber perdido la fe. A una bandeja de que todas las críticas se hubieran tornado elogios.



El pasado día, Portland y Utah brindaron un encuentro trepidante. La última acción pudo aupar a los de Oregón de haber sido correctamente advertida. Sin duda, un maestro de los banquillos español podría haber consolidado a la plantilla Blazer diciendo que, en ocasiones, estas cosas ocurren y no era culpa suya. 



BIBLIOGRAFÍA:



- TORRES, P., "Entrevista Boza Maljkovic", Gigantes del Basket 1.000, nº 1.000 (2005), pp. 130-133.



- LÓPEZ, V. D., Aíto García Reneses: Seis décadas de baloncesto total, Editorial DQ, Barcelona, 2019, pp. 95-99. 



ENLACES DE INTERÉS:



Final Four París 1996



Semifinal Euroliga 1996: Barcelona-Real Madrid



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



http://shopes20191127.cjjserver.top/?c=benetton%20treviso%20panathinaikos%201996



http://laesquinadesunara.blogspot.com/2014/



http://hemeroteca.mundodeportivo.com/preview/1996/04/12/pagina-2/1322633/pdf.html#&mode=fullScreen [Fotografía realizada por Rodolfo Molina para el diario Mundo Deportivo]