domingo, febrero 16

Un golpe en la mesa. La Copa del Rey casi ha parecido aburrida cuando jugaba el Real Madrid. No se entienda mal la afirmación. Los pupilos de Pablo Laso han desplegado el mejor basket en la ciudad de Málaga. De hecho, su nivel ha desequilibrado tanto el torneo que cada partido casi parecía un duelo de hombres contra niños. Uno de los mayores peligros que tienen estas escuadras es el síntoma del estómago lleno. Nada de ese se intuye en la casa merengue. 



El Bilbao fue el rival más mentalizado. La primera ronda, el orden, la disciplina y el respeto que se debe tener siempre que se disputa un torneo del KO. Los blancos llegaron con las noticias de la justísima derrota que el Valencia Basket había infligido al Barcelona, verdugo en las dos anteriores finales coperas. Con sangre inyectada en los ojos, un Madrid de menos florituras y más músculo (Tavares) siguió a lo suyo: llegar a su séptima final. 



Sergio Llull apareció en una de sus frenéticas racha para impedir sorpresas ante el equipo norteño. Luego se disputó otro encuentro. La sala de prensa quería alguna pullita a Mirotic, algo del eterno rival o cualquier cuestión que no fueran los taronjas. Pablo Laso afirmó que tenían muchísimo respeto al Valencia y que las semifinales serían duras. Allí comenzaron a ganar y empezaron a terminarse la esperanzas de gente rejuvenecida como San Emeterio. Cuando hay más talonario, profundidad de banquillo y se corre con las mismas ganas que el adversario... es altamente complicado perder. 


Desde el pitido inicial, el equipo che perdió la sonrisa. Rockeros de talento como Dubljevic se nutren de la energía, de conectar canastas, de buscar complicidad con la grada. El Madrid empantanó, tiene a perros de presa como Campazzo y Deck, te obliga a bajar a la mina. Y en caso de aceptar, puede que no ganes. Lo que resulta seguro es que vas a perder si no aceptas. Todo lo que demostró ante un Barça de mandíbula frágil, chocó en cemento, el muro Tavares que se ha pavoneado en la pintura. 



Y ahí uno siente que todo está estructurado para que así sea. Que tras décadas muy oscuras en la sección, ahora apuestan poco por la casualidad. Con una cobertura mediática de primera, el ojo de Herreros y los mejores talentos que antaño estaban en Estudiantes y una garra competitiva al alcance de pocos, disputar una final ante este Madrid es complicado porque es jugar contra muchas cosas. El Valencia Basket suele ser una roca en el camino, el Madrid a reventó con agua que se escapaba por todas las grietas. 



Que Jaycee Carroll es un ejemplo que haría sonrojarse a muchos jovencitos. Alguno quizás tenga más talento, pero no van a llegar ni a la mitad de títulos que un tirador mormón infatigable, un tipo que nunca se altera. Si juega mucho, luce. En caso de disputar poco minutos, los hace valer. Se ha movido por el Martín Carpena como Memnón de Rodas lo hacía en los campos de batalla. Conoce su oficio y jamás se pone nervioso. 


Llegó la final contra un Unicaja que tuvo a una afición entregada. Es irreprochable lo de la grada andaluza. Pero parece conseguir que ese estímulo soberbio haga efecto hacen falta dos cosas: un esfuerzo sobrehumano de los locales y un rival que titubee pese a su talento. A diferencia de lo que, a veces, pasa con el Baskonia y el Barça de estas temporadas, el Madrid lleva bien el favoritismo. Salió dispuesto a volver a retar. Apareció Deck, Carlos Suárez se diluyó y Felipe Reyes ya vislumbraba su séptimo entorchado. 



Qué hambre. Hay coyunturas que se acaban por decadencia interna. Se deja de querer ganar tras años dorados. Hasta nueva orden, los de Pablo Laso están vacunados. Si alguien quiere bajarlos en el panorama nacional, va a tener que empezar por quererlo tanto como ellos. Cada mate de Tavares o carrera de Campazzo (justo MVP) escenificaban a un equipo con piel de campeón. Solo deslució que las semifinales y la final no tuvieron réplica, casi un monólogo. 



El resto de equipos y aficiones rivales solamente pueden aplaudir, saludar al campeón y empezar a entrenar desde mañana para mejorar. Una advertencia, el Madrid ya lo estará haciendo cara al asalto de los Playoffs ACB. Son así. Si alguien piensa que se van a contentar con la Copa... estará condenado a volver a perder contra ellos. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



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