domingo, enero 12


Al final, todo habrá sucedido en apenas un parpadeo. Cuando, esperamos que dentro de muchos años, Aíto García Reneses dirija desde el banquillo su último encuentro, miles de memorias se irán agolpando en su mente. Tal vez recuerde a aquel Dream Team levantado con ambición redentora (Kobe Bryant, Jason Kidd, Lebron James...) y al que su seleccionado obligó a pedir un tiempo muerto en el último cuarto, algo inconcebible cuando se trata del basket USA en los Juegos Olímpicos. O puede que la todopoderosa estampa de la Jugoplastika, aquella máquina de ganar que frenó a su mejor Barcelona, desfile ante sus analítica mirada. Ligas, Copas, Koracs y un sin fin de distinciones hablarán de décadas, pero para un enamorado de este deporte habrá sido un suspiro, un placer demasiado efímero. 



Por eso es tan interesante el reciente libro elaborado por Víctor David López, un verdadero repaso a lo que pasa por una de las cabezas mejora amuebladas del baloncesto español. Desde que iba recorriendo las aulas del Ramiro de Maeztu para explicar al alumnado el invento del minibasket, todo en su vida ha ido orientado a mejorar el deporte al que ha dado tanto. Aunque no culminó sus estudios de telecomunicaciones, los conocimientos adquiridos le ayudaron a plantear una nueva forma de marcador electrónico que causó furor.



En estos días de desconfianza mutua, no está de más alabar la mescolanza e influencias que componen la singular andadura de Aíto. Su formación estudiantil, la cuna de tantas alegrías para el basket, el periplo en Cataluña y, en especial, la revolución que trajo al Barcelona. Nadie entendía a aquel tipo serio e inconformista que quería a las estrellas rotando y jugando muchos menos minutos que antaño. Fue un choque de trenes, hubo vacas sagradas caídas en el proceso, pero la hegemonía liguera arrebatada al Real Madrid de Lolo Sainz escenifica el éxito de su empresa.


Eso y la espina de la Final Four. Son muchas las veces en que cometemos el error de mirar lo poco que falta e ignorar lo mucho logrado. Campaña espectacular tras otra, el Barça de Aíto cayó en la ansiedad de no superar a un rival poderosísimo que se permitía el lujo de tener a Toni Kukoc en el banquillo. Incluso le llevó aquello a tomar la extraña decisión de hacerse General Manager y dejar en el banquillo culé a otro grande, Bozidar Maljkovic. Finalmente, ambos hombres cumplieron la máxima de Napoleón Bonaparte: es mejor un mal general que dos buenos juntos. Desde entonces, mantendrían un recelo mutuo. 



Algunos de los mejores párrafos del autor vienen de su recuerdo sobre la mítica final de la Copa del Rey de 2009. Un veterano Aíto comandaba a un Unicaja de Málaga que plantó cara al Tau Cerámica que seguía las órdenes de otro general de hierro, Dusko Ivanovic. Se midieron excelentes jugadores, pizarras astutas y todo el entusiasmo de dos aficiones excelentes. No está de más recordar que, probablemente, el mejor show en el torneo del KO, se dio en aquella memorable jornada. Irónicamente, la canasta de Pete Mickeal sumergió a los malacitanos en una crisis que llevaría a Aíto a una situación desconocida: ser destituido a mitad de campaña. 



Si un análisis detallado de las maniobras romanas en las Galias nos lleva a hablar de Tito Labieno o Décimo Bruto casi tanto como de Julio César, esta investigación revindica figuras como Quim Costa, compañero inseparable de Aíto, o ese joven Manel Comas que en el Cotonificio de Badalona se atrevía a gritar más que el primer entrenador. El mundo de los ayudantes, la logística de los clubes, la necesidad de un Salvador Alemany que sustente un proyecto. Eso y la capacidad de aprender de cualquier rincón del conocimiento que exista.


Las Operaciones de Altura de Pedro Ferrándiz, icono de las canastas blancas, fueron emuladas por Reneses, quien encontró en esas bases de datos nombres como Andrés Jiménez, jugador que fue una apuesta personal suya y llevó a planteamientos tan revolucionarios como el triple poste que caracterizó a su Penya. También emuló a Díaz Miguel en su peregrinaje a Estados Unidos para aprender con humildad y ojos grandes lo mejor del otro lado del Atlántico, destacando lo mucho que prendó al madrileño el sistema de su liga universitaria, con colegas admirados como Dean Smith o Ed Jucker.



En este amplio repaso, observamos que el propio protagonista se ha transformado, aunque no lo reconozca. El Aíto frío que no supo gestionar la retirada de un emblema culé como Nacho Solozábal no es el mismo que estuvo impecable en su adiós a Chicho Siblio o el entrañable maestro que dirigió con mano maestra al Baby Sevilla de sorpresa en sorpresa. De igual forma, discrepo, tras atenta y admirada lectura, de las críticas de David López o Pedro Molina a Aíto por la final de París ante el Panathinaikos de Dominique Wilkins. Aquella remontada final fue épica y solamente le faltó el altavoz que otros medios sí ponen cuando la "afrenta" arbitral toca más a equipos de sus amores. Intentaremos hablar de ese maravilloso encuentro en próximas entradas.



Donde brilla Víctor David López es en su capacidad de síntesis. La obra es breve, pero no omite ningún detalle interesante, sabe ir al tuétano de las cosas. De hecho, las complejas motivaciones que hicieron a Aíto viajar a la Bundesliga son explicadas de forma inmejorable y contagiando el entusiasmo de un genio de los bancos que ha estado vinculado a nombres casi sagrados como Pau Gasol, Rudy Fernández, Audie Norris, Ricky Rubio, Roberto Dueñas, etc. Lo fascinante es que la pasión de García Reneses como mentor no decae. Tiene más ganas de enseñar que ayer, pero menos que mañana. 



BIBLIOGRAFÍA:



- LÓPEZ, V. D., Aíto García Reneses: Seis décadas de baloncesto total, Editorial DQ, Barcelona, 2019. 



ENLACES DE INTERÉS:



Aíto, toda una vida (por Robert Álvarez)



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://elpais.com/deportes/2019/10/20/actualidad/1571576802_466075.html



https://www.marca.com/baloncesto/acb/album/2016/12/20/58590c1b22601d9f6f8b461a_7.html



https://www.20minutos.es/deportes/noticia/joventut-pamesa-copadelrey-346400/0/