domingo, noviembre 17

Imagina que pudieras pervertir las reglas. Lo que antes era un problema se convierte en solución. Si antes existían inhibiciones y miedos, ahora todo se convierte en osadía. Durante varios años, Dennis Rodman había permanecido casi invisible. Un niño tímido que lograba salir de su caparazón gracias a sus hermanas. Fruto de un hogar desestructurado, el joven tuvo un estirón de altura absolutamente inesperado. Al condado texano de Cooke llegó una figura atípica que sorprendió a todo el staff técnico y compañeros. Ese chaval apenas había jugado al baloncesto, pero tenía un imán para los rebotes. 



Rodman: Para lo bueno y para lo malo (2019) es un documental intenso, el repaso necesario a uno de los mejores defensores de todos los tiempos en la NBA. No obstante, aunque se ha escrito mucho sobre él, siguen existiendo lagunas sobre la biografía de una personalidad que mezcla a Calígula con Bill Russell. Digna de un cuento de Gabo, su amistad con Bryne Rich es un episodio formidable, la demostración de que la realidad supera a la ficción e incluso al racismo. El repotaje de Todd Kapostasy arroja nueva información y testimonios de primera mano. 



Si bien cuesta creerlo por la deriva posterior, el novato que llegó a Detroit en 1986 distaba de ser el verdadero "Gusano", el célebre mote que se asociaría al deportista canalla, talentoso y que convertía la vida en una fiesta. Rodman llegó a un vestuario poderoso, comandado sin fisuras por Isiah Thomas y Bill Laimbeer. No era fácil triunfar allí, pero el arte del rebote bajo tableros tiene mucho de deseo antes que de posesión. Nadie deseaba más agradar a su jefe, Chuck Daly, la figura paterna que Dennis siempre había buscado. 


La Ciudad del Motor era justo lo que necesitaba. Casi sin fase de adaptación, la grada más obrera del campeonato acogió al dorsal 10 como uno de los suyos. Y Rodman se dejó la piel cada noche. En una altura tan profesionalizada, quizás fuera el reboteador el único que pensase en que aquellos duraría siempre. Eran los días en que los Bad Boys de Michigan sentían que luchaban una guerra contra el resto del mundo. Y muchas noches ganaban esa batalla. Estar en la élite defensiva, jugar tres finales, lograr dos anillos, etc. El cielo parecía el límite. 



Por eso la desmantelación de aquella dinastía le afectó tanto. Era un duro revés para alguien tan involucrado en el proyecto, máxime con la inmadurez que todavía tenía en su personalidad. Conmueve ver a Thomas en el documental sincerándose sobre que sentía que el resto de la plantilla subestimó lo hondo del dolor de su compañero, quien ya había protagonizado episodios perturbadores como un intento de suicidio. El fracaso matrimonial y su azaroso pasado eran demonios que exigirían un exorcismo sin precedentes. 



Cuando miras en el abismo, permites que el abismo también te observe con detalle. Rodman siguió la filosofía de Nietzsche y se transformó en algo nuevo. Creó un chaleco antibalas a antiguos dolores. Cambios de color de pelo, entrevistas picantes, vida disipada, etc. Incluso el basket pasó a un segundo plano. Descubrió el otro lado del espejo, de repente, él era quien se reía del chiste. Incluso celebridades como Madonna o Carmen Electra se cruzaron por su camino. 


For better or worse tiene el acierto de traer otra realidad inexplorada. Era sabida la inteligencia de Phil Jackson para saber manejar al Rodman complejo que llegaba desde los San Antonio Spurs. No éramos tan consciente de la idolatría que Dennis tenía por Michael Jordan, Némesis durante su periplo en los Pistons, pero quizás el único jugador en activo al que seguía con veneración. La franquicia de Chicago protegió sus desmanes a cambio de disfrutar de su plus enérgico en la pista. Un matrimonio de conveniencia que tuvo tres anillos como tributo de Luna de Miel. 



A partir de entonces llegó un descenso desenfrenado. El séquito del que se rodeaba se iba haciendo cada vez más grande y hábil en explorar sus miedos. La búsqueda de la compra del afecto y su incapacidad para comprender a su descendencia iban haciendo mella en una figura con aires de estrella de rock auto-destructiva. Los comentarios de antiguos guardaespaldas y amigos personales reflejan cómo se puede tocar fondo tras haber estado en la cima profesional y cúspide de la fama. 



La provocación alcanzaría incluso la lejana Corea del Norte, donde la admiración del dictatorial líder  por los Bulls le llevó a tener como invitado de honor a Rodman. Su introducción en el Salón de la Fama volvió a mostrarle con lágrimas y cansancio. Un Peter Pan que era una gacela moviéndose entre los mejores atletas del mundo, pero que ahora se extraña de ser abuelo. Hay bastante bibliografía y filmografía sobre este singular astro, si bien For better or worse parece destinada a ocupar un lugar de honor. 



Mientras tanto, la asombrosa y tragicómica vida de aquel dueño de los rebotes a quien llamaban "El Gusano" debe protagonizar todavía más capítulos. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://footwearnews.com/2017/focus/athletic-outdoor/nike-air-shake-ndestrukt-retro-sneaker-release-dennis-rodman-signature-bulls-344457/



http://www.respirandobasket.com/2015/03/dennis-rodman-el-dia-que-fue-mas.html



https://fadeawayworld.net/2019/09/10/dennis-rodman-we-didnt-repeat-4-in-a-row-because-michael-jordan-wanted-millions-of-dollars/