lunes, agosto 5

En el foco




Aquella llamada le extrañó. Sí, en alguna ocasión Spike Lee le había comentado algo durante los partidos en el Madison. Nada extraño, el cineasta solía picar a los mejores tiradores que jugaban esa noche contra sus adorados New York Knicks. El recién llegado a la NBA se lo tomaba con calma, todo el mundo sabía de su fama de muchacho bien, surgido de la universidad de Connecticut, un carácter tranquilo. Teniendo en cuenta sus famosos piques con Reggie Miller, esas pequeñas observaciones a Ray Allen en la banda eran nimiedades. Pero ahora resultaba que quería rodar una película sobre baloncesto y había pensado en él como protagonista. 



A veces, una persona tiene todo el talento del mundo, pero hace falta que alguien le ponga el foco adecuado. Ray Allen estuvo a punto de no acudir a las audiciones. Tuvo la fortuna de la insistencia de su pareja, Shannon Walker, quien le animó a aprovechar una oportunidad por la que muchos otros habrían suspirado. Allí conoció a uno de los actores llamados a dominar Hollywood en su generación, Denzel Washington. La cinta se llamó He Got Game (1998) y se convertiría en objeto de culto en los mentideros del basket callejero. Desde entonces, el fino escolta empezó a ser más atendido por prensa y público. 



Michael Arkush y el propio Ray Allen rescatan este crucial episodio en Ray Allen From the outside: My journey through life and the game I love, una biografía sobre el máximo triplista de la NBA. Al igual que sucedía con su estilo lanzando, las páginas fluyen de forma elegante en una lectura agradable donde no hay ajustes de cuentas, incluso algunos de los momentos menos fructíferos de su andadura. 

Rituales



Como los más legendarios pistoleros, el gran tirador tiene sus propias cabalas y ritos de paso en aras de conseguir su rutina perfecta. Fue el entrenador Ford quien le obsesionó con hallar ese momento de comodidad que permitiera mejorar el que ya era un don natural. De franquicia perdedora, los Milwaukee Bucks fueron convirtiéndose en un aspirante al trono del Este repleto de seriedad. Una cosa que se comprende en esta narración de los entresijos es que la química de vestuario resulta incluso más relevante que las capacidades individuales. 



Sam Cassell, un base muy experimentado, fue el mejor complemento de Allen. El playmaker era un general de primeras y un bocazas constante, algo ideal en una escuadra joven, habilidosa pero a la que no le gustaba la locuacidad. Esa armonía llevó a los de púrpura a una trepidante serie contra los Sixers de Allen Iverson. Si hay pocos reproches al estamento arbitral, la excepción es esta serie, donde Allen muestra todavía amargura por algunas decisiones que juzga obedecían a ayudar al marketing que daba un mito The Answer en las Finales frente al dueto Kobe-Shaq. Fue la cima del proyecto deportivo de George Karl, un entrenador tan apasionado como gruñón, a quien nuestro protagonista reconoció que le hizo cambiar para siempre la visión de la cancha para observarla como un todo y no solamente lograr sus tiros. 



Una relación de altibajos que acabó de la peor forma posible. La llegada de Anthony Mason, un fichaje con ribetes de ser el último ingrediente para el anillo, no funcionó. Aunque en lo personal habla maravillas del antiguo Knick, Allen lamenta que ni le ayudaron ni supieron controlarle para la causa. Incluso un sargento de hierro como Karl dejó de aplicar su misma vara de medir para todos y eso hizo que se perdiera la fe inquebrantable que hasta ese momento había poseído, incluso entre los que menos minutos tenían. Pese a su amistad con cierto senador, Jesus (el nombre del personaje de su película con Spike Lee) marchó a Seattle, donde su reputación como el mejor tirador puro de la liga iría aumentando, además de vivir algunos episodios de triste recuerdo con Bruce Bowen, uno de los pocos defensores con los que se muestra muy censor. 


Enemigos íntimos



Uno de los grandes atractivos de estos libros es ver qué opina el personaje de los principales compañeros y rivales que le tocaron por generación. Es curiosa la falta de dudas de Allen a la hora de decir que Kevin Garnett sería el primer jugador al que escogería para jugar un partido por su intensidad. Aunque su relación acabó muy deteriorada por la marcha del escolta a los Miami Heat (la cual está bien explicada en la obra), Allen no pierde el prisma de lo conseguido. Es asimismo bastante ecuánime con Rajon Rondo, entonces un base joven muy decisivo en el TD Garden, a quien reconoce todas sus virtudes, sin obviar el calvario por el que pasó su comunicación en pista. Si los capítulos del los Sonics o su formación antes de ser profesional son excelentes, los pasajes en Boston son quizás los más emotivos en lo deportivo. 



Anécdotas de vestuario maravillosas como las palabras de Rasheed Wallace el séptimo día de las finales de 2010 reflejan la unidad que llegó a haber entre esos jugadores y el sentimiento Celtic. Un romance apasionado que acabó con divorcio y marcha a Florida, donde X Ray protagonizaría el lanzamiento de su carrera: un triple inhumano sobre la bocina para arrebatar un título que ya viajaba a San Antonio. Incluso un mito como Lebron James (que supo hacerse sentir comodísimo al veterano en sus Miami Heat) explotó de júbilo ante una acción soñada por cualquiera que haya cogido un balón para intentar encestarlo.



No sorprenderá que elija a Michael Jordan, quien asimismo tenía predilección por él, como el mejor que jamás vio. O que todavía dé gracias a que el triple de Sarunas Jasikevicius no entrase en aquellos Juegos Olímpicos de Atlanta donde Lituania recordó que el Dream Team no era invencible. Y también cuestiones personales y familiares que revelan que estos ídolos deportivos son de carne y hueso. 



Gente capaz de contar sus historias con la veracidad y elegancia que caracterizan a un jugador de smoking. El bueno de Spike Lee, quien firma el prólogo, llevaba razón: He Got Game. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



-https://nba.tumblr.com/post/85645553259/actor-denzel-washington-film-director-spike-lee [Fotografía realizada por David Dow, vía Getty Images]