"Y aunque pierda la fe no da por perdido el combate"- Joaquín Sabina, "Sin pena ni gloria".
Ha sido el consuelo para un sector importante de sus detractores. Un alivio de luto justo y necesario. Fiesta como blaugrana. Témpano de hielo con la albiceleste. La historia casi siempre se ha contado así en un ejercicio curioso. Máximo anotador con la absoluta por encima de una leyenda como Gabriel Batistuta. Medalla de oro, cuatro finales disputadas, renuncia a jugar con España (y quién sabe si a tener un Mundial o dos) y MVP del torneo celebrado en Brasil allá por 2014.
No ha sido su mejor Copa América ni por asomo. Él mismo lo admitía, mientras se veía a Lionel Messi con el rictus que tan doloroso recuerdo dejó en Anfield. Porque con el Barcelona también pierde. No obstante, pareciera (cosa llamativa siendo "fuego amigo") que algunos panelistas argentinos se alimentan más de los reveses que de los posibles éxitos de su absoluta de fútbol. Llegaba Brasil y se mascaba otra eliminación. Si bien el pronóstico agorero se cumplió, un terremoto ha sacudido la percepción de eso que viene a denominarse imaginario popular.
Aunque comenzó andando, La Pulga terminó bailando con la pelota. Casemiro puede hablar del esfuerzo colectivo para neutralizar al dorsal 10, aunque en youtube se van acumulando las acciones donde un tipo de 1´85 y con reputación de expeditivo es movido por un jugador bajito que, cuando está inspirado, devuelve este deporte el patio del recreo. Un trallazo al poste y un preciso pase para la cabeza del Kun Agüero, que acabó en el larguero, fueron la tarjeta de presentación en la que estaba siendo una edición sin pena ni gloria del rosarino. Poco se le podía reprochar tras el show de Dani Alves, la fantástica sobriedad de Alisson y la polémica arbitral. De cualquier modo, todo acababa simplemente de comenzar.
"Queria que tivesse nascido no Brasil"- Tite.
A veces, lleva al delirio ajeno. Editoriales desde atalayas señalan que no aparece en los días grandes, sin ningún rubor para decir después que fue el mejor argentino en las semifinales pero que no bastó. Cuando gana una final de la Champions a su formidable adversario, Cristiano Ronaldo, es que está muy bien rodeado. Si el astro portugués quien levanta la Copa, La Pulga es la gran estafa del fútbol moderno. Ante la catarata de títulos con su club de toda la vida, armarán el escudo de la falta de galardones internacionales con la absoluta, mientras no precisarán de ese adorno con leyendas de la talla de Alfredo Di Stéfano. Y lo segundo es irrebatible. La Saeta Rubia es una de las mejores cosas que le han pasado a este deporte y pensar lo contrario es un ejercicio de ser obtuso a propósito. Lo sorprendente es proteger tanto en urna a los ídolos propios y arrojar manchas con alevosía a lo ajenos. En la eterna (y estéril disputa) con Diego Armando Maradona hay mucho de eso.
Por eso sorprendió tanto la queja un día donde el colegiado no estuvo fino. En caso de haber sido El Pelusa, hablaríamos sobre una jornada tibia en declaraciones. Con el hilo común del talento, las trayectorias de los dos referentes en el césped son la noche y el día. Por una vez, Messi se calentó delante del micrófono y la Conmebol se tambaleó. Incluso sus azotes oficiales han preferido el mutis por el foro antes que cebarse con él en su momento más populista, en esa carta que rara vez ha jugado y otros colegas de profesión han convertido en el arte de usar el altavoz que más caliente.
El colmo vino con la roja frente a Medel, viejo conocido. El pitbull dejó para el recuerdo una patada escalofriante en la primera final entre ambos (donde, por cierto, Messi jugó muy apagado) que apenas fue amarilla. Tras un leve empujón del atacante al defensa, el chileno "pecheó" y se le encaró de forma elocuente. Roja para los dos sin consulta de la herramienta del VAR. Previamente, Lionel dibujó un pícaro pase al Kun que recordó a la conexión Maradona-Caniggia. Quebró asimismo a su amigo Arturo Vidal en un toque de clase. Se fue él y algo se perdió de espectáculo, aunque Dybala y cía lograron doblegar a Chile por el tercer puesto (algo que no consiguieron sus mayores en la segunda final, donde Messi, por cierto, disputó un encuentro excepcional si bien solamente se recordaría su lanzamiento de los 11 metros errado).
Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? - Cicerón.
Las palabras de agradecimiento de Dani Alves. La admiración profesada por una crack absoluta como Alex Morgan. Un portero con altura de mito en Paraguay como es Chilavert. Incluso Medel, guerrero curtido en mil batallas, le daba la razón bajada la calentura del encuentro. Acostumbrados al perfil introvertido y de dejar llover las cataratas de menosprecios, esta Copa América, una de las más deslucidas que ha tenido pese a varios chispazos, Lionel Messi ha descubierto que cantando el himno de forma visible, quejándose y compareciendo tras las derrotas para defender a la joven camada podía dar muchos pasos adelante.
Hay virtudes y riesgos en esa evolución. Lo duro no fue la remontada de un gran conjunto como el Liverpool de Klopp. Eso puede ocurrir. La sensación de abatimiento culé llegó con la espantada de todo el Barça (Messi incluido) del campo y la percepción de desunión en la plantilla cuando vienen mal dadas. En la competición sudamericana, Messi ha dado la cara por los de Scaloni incluso en días muy grises. El ex del Deportivo le ha correspondido con una defensa numantina ante los micrófonos. En un entorno con pretensiones de viejo gran señor venido a menos, es muy estimable una plantilla joven que ha peleado su tercer puesto e intenta crecer. Incluso cuando no han jugado a nada su química como bloque era bastante más sólida que antaño.
En el otro lado de la moneda, las quejas al arbitraje pueden llevar a una autocomplacencia peligrosa. Decía Antoni Daimiel que un día el gigante benigno, Tim Duncan, pegó un grito de rabia y eliminó a los todopoderosos Lakers de Kobe y Shaq. Con esta negativa a recoger la medalla, el 10 albiceleste ha tenido su primer gran gesto maradoniano fuera del estadio, entre la rebeldía y el populismo. Eso sí, cuenta con la ventaja de que es su primer arrebato, que él no ha tenido las vicisitudes que trabaron al barrilete cósmico antes de tiempo. Ante los oportunistas que han cimentado fama criticándole casi por respirar y su supuesto club de amigos, un Messi contestón puede ser un gran problema. Incluso una institución como Pelé es consciente, pese a los palos lanzados por falta de liderazgo, que se haya ante uno de los más serios intentos de discutir su trono en décadas.
A la espera del duelo entre la favorita Brasil y la épica Perú, esta Copa América ya tiene un punto para el recuerdo. La segunda roja (la primera fue bastante absurda también) de Lionel Messi pudiera haber desencadenado un cambio kafkiano en el astro rosarino. Tiempo tenemos para ver hacia dónde desemboca.
- https://www.pagina12.com.ar/204055-el-uno-por-uno-de-la-seleccion-argentina
- https://www.diariocordoba.com/noticias/deportes/messi-despide-copa-america-tarjeta-roja_1311424.html
- https://www.prensalibre.com/deportes/futbol-internacional/gracias-por-ser-parte-de-mi-vida-el-emotivo-mensaje-de-dani-alves-a-lionel-messi-tras-la-victoria-de-brasil-frente-a-argentina/
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