lunes, junio 10

El partido ha expirado en el Nou Camp. Messi ha dejado la última genialidad con un pase de la muerte a Dembélé que pudo haber sido el 4-0. Klopp sonríe cuando sale al campo y se saluda con sus adversarios. El resultado es muy engañoso, su Liverpool ha demostrado tener un vigor físico impresionante para estas alturas de temporada y estar combatiendo en una liga casi infernal con un Manchester City infalible. Lejos de enfadarse, felicita a los suyos, pese a la falta de puntería en lo metros finales y se abrazo con el 10 argentino, la única persona, a excepción de su padre, a quien ha pedido un selfie.



Salah, la gran sorpresa del curso pasado, se lesiona ese mismo fin de semana. El técnico teutón no quiere caer en la depresión que su escuadra transmitió cuando el astro egipcio cayó en el brutal choque con Ramos. Baja la carga, quita presión, afirma que remontar al Barça es casi imposible pero que deben pasárselo bien. Los no convocados y bajas acuden con sus camisetas a ver a sus compañeros. Anfield es una fiesta constante y la ilusión se desprende. No es la primera vez que lo hace.  



Champions League 2013/14. El Real Madrid ha dominado en la ida de cuartos de final al Borussia Dortmund. El equipo de Klopp, finalista de la edición anterior, ha perdido a muchas grandes estrellas ante colosos como el Bayern. No obstante, con su eterna sonrisa, el técnico y sus pupilos plantean una vuelta frenética donde se colocan 2-0 y hacen peligrar muchas veces el pase de los blancos, quienes encuentran un héroe inesperado en Casemiro. Anfield no es distinto, los reds salen a pasárselo bien, comulgan con su grada y firman un RocknRolla donde la ilusión prima sobre todas las cosas. En un gesto sincero, Messi admite que el Barça sufre miedo cuando le cae el 1-0 rápido. Los culés tienen fantasmas y presión. Los de Klopp, esperanzas. 


City y Liverpool se han alimentado mutuamente este año. Unos y otros se han hecho mejores. Es quizás el título liguero más celebrado por Pep Guardiola, quien ha tenido alguna pugna dialéctica divertida con Klopp. Todo culminó con una llamada finalizado el partido del Wanda, donde el alemán y su colega catalán se comprometieron a seguir pateándose el trasero. Klopp exige tanto como Mourinho a sus adversarios del banco, si bien es menos confrontacional que el portugués y deja la sensación de no pretender estar siempre en la posesión de la verdad absoluta como la antigua sala de máquinas del Dream Team. 



Más allá de la jerarquía incuestionable de Van Dijk o la explosión de Mané, los reds son un conjunto simpático en el sentido real del término. Han tenido reveses muy importantes estos años, diagnosticando sus puntos de mejora y se ha afrontado con naturalidad. Baste ver las suertes dispares de Coutinho y Alisson en el movimiento de fichas. 



Buena parte de ese saber estar se vio en los momentos más complicados de Múnich o en las palabras del capitán espiritual de esta nave sobre el Tottenham. Klopp recordaba perfectamente la sensación que tendría el bravísimo conjunto de Pochettino. Porque a él le han llamado también pierde finales. Decía Jorge Quiroga, hablando de la pareja Stockton-Malone, que el periodismo deportivo suele hablar de lo que falta antes que lo mucho logrado. Esos reveses ante Sevilla o Madrid han sido la piedra angular del éxito actual de un tipo de eterna sonrisa y que nos recuerda que esto es un juego. 


Además, unos duelos que, normalmente, se suelen ganar como equipo. Nadie cuestiona la importancia de Salah, pero a la final se llega cuando Origi sale y se come el césped. La sensación de bloque y apoyo mutuo de los integrantes de esta plantilla han sido más que evidentes. Henderson quizás no sea el mejor de la plantilla en talento individual, si bien nos resulta evidente porque es quien porta el brazalete de capitán: es sobrio, seguro, disciplinado y apoya siempre el interés general. 



Incluso en los errores (que todos cometen) como forzar a Firmino, el Liverpool supo reajustarse. Porque para eso se multiplicaba Fabinho. Correr kilómetros no está reñido con la clase y se cumplía la máxima del poeta: "Vale más deseo sin posesión que posesión sin deseo". Volver a ver la semifinal Barcelona-Liverpool es la puesta en escena de esa metáfora. 



Conviene también aplaudir a la directiva inglesa, porque el primer año de Jürgen Klopp no fue especialmente exitoso, pero apostaron por su idea. El próximo año defenderán el título. Si lo revalidan, el estratega alemán sonreirá. Si no, tampoco perderá la carcajada. Es lo que tiene recordar que es un juego donde prima divertirse. RocknRolla. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://www.foxsports.cl/news/388516-jurgen-klopp-dice-que-ante-napoli-liverpool-fue-el-hermano-feo-del-equipo



https://www.ahoranoticias.cl/noticias/deportes/245881-manchester-city-vs-liverpool-a-que-hora-juegan-premier-league-guardiola-jurgen-klopp-inglaterra-directv-sports.html



https://www.eluniverso.com/deportes/2019/06/01/nota/7356660/vivo-tottenham-vs-liverpool-uefa-champions-league-2018-2019