lunes, mayo 13

El Gran Miedo




Con la única excepción de Lebron James, nadie le ha dado mayores quebraderos de cabeza a una de las dinastías más exitosas de la NBA. Repasando la hoja estadística, los Houston Rockets pueden presumir de un excelente balance victorias-derrotas ante una maquinaria que acostumbra a despedazar rivales. En Texas se ha ido forjando un proyecto muy serio alrededor de James Harden, quien hizo una apuesta decisiva al marcharse de un bloque finalista (Oklahoma City Thunder) para ser estrella en solitario sin la alargada sombra de la pareja Durant-Westbrook. Si todas las campañas han sido buenas, este curso algunas personas jurarían haber visto a la Barba levitar. MVP indiscutible y con actuaciones de otro planeta. 



Por ello, los cruces de Playoffs nos han desconcertado las predicciones previas. Rara vez una semifinal de conferencia ha tenido tantos visos de anticipada lucha por el anillo. Mike D´Antoni y sus pupilos ocuparon una plaza inferior a la que se les presupone por talento, aunque pocos estaban más disgustados que en el Oracle Arena. La idea era ver a los Rockets lo más tarde posible. El miedo presidió el primer choque, donde el respeto mutuo era evidente. 



Las polémicas arbitrales gravitaron alrededor de toda la serie. También viejas afrentas del pasado. La lesión de Chris Paul dolió mucho en la tierra de JR. En la Bahía, por el contrario, recordaban que Iguodala tampoco pudo estar y que era el pegamento de su defensa. En los cuatro primeros duelos, ningún local cedió ventaja. El quinto era la bisagra, si bien en San Francisco de pagó un peaje terrible, la lesión de Kevin Durant. Sin el tipo que menos tiempo necesita para conseguir puntos en la NBA, los Splash Brothers volvieron a su antigua fórmula y sacaron adelante un combate de infarto. 


Lágrimas desordenadas



Nadie lo ha sentido más. Con un problema en los ojos fruto de otro choque que dio mucho que hablar en los rumores constantes, James Harden dio un recital de intentarlo hasta el final. El verano podía hacerse muy largo en una franquicia que el año pasado estuvo muy cerca de algo grandioso. Incluso las voces mal pensadas quisieron ver algo en ese triple donde su mano al bajar rozó el rostro de un enemigo íntimo, Draymond Green. Sea como fuere, nuevamente ante los Warriors, el dorsal 13 se tomaba las vacaciones. 



Sorprendieron las declaraciones del propietario, Tilman Fertitta, salidas de tono y reflejo de la frustración de un duro revés. Y es que estos dos proyectos son expertos en ponerse de los nervios. Ya ante los peleones Clippers de Doc Rivers, se vieron algunas declaraciones más agrias de lo habitual en los vigentes campeones. Es la maldición de compartir conferencia con alguien con el mismo propósito y similares recursos. Eso sí, los seis partidos dejaron asimismo postales para el recuerdo en la pista. 



Capela frenando un mate a dos manos de Iguodala, la dirección de Chris Paul, la regularidad de Thompson, los ajustes de las pizarras, etc. Ante el sexto en Houston, Golden State sentía que tenía una bala de oro, puesto que un séptimo sin Durant, pese al factor cancha, era un peligro inminente. Por su lado, los Rockets querían devolver la moneda del curso pasado con CP3. Las espadas estaban en todo lo alto y se vivió un desenlace ideal para avivar, todavía más, una gran rivalidad. 


Ahí está el detalle



Vivimos en la era del highlight. Todo es inmediato y efímero. Hace unas semanas Messi era la gloria viviente del fútbol que sería Balón de Oro sí o sí. Apenas unos días bastaron a algunas crónicas periodísticas (por ser elegantes) para negar su puesto en el Olimpo y acusarle de borrarse de los encuentros. Curry ha vivido el camino inverso. Su error en bandeja a canasta fue parodiado en los días del meme, la búsqueda inmediata de la burla al derrotado antes que elogiar a quienes han vencido. Apenas un par de jornadas después era lo más grande visto en la liga desde Jordan. 



El análisis del encuentro ofrece muchas más tamizadas críticas. Durante dos cuartos, el genial jugador no se encontró cómodo ante Tucker y cía. Pero los Warriors se sostuvieron. Steve Kerr (elegantísimo en el séptimo, desafortunado en sus burlas sobre James Harden tras el primer choque) apostó por Bogut, Looney, Cook, Bell, etc. Y no salió defraudad. Cada uno hizo su trabajo, sabedores asimismo de que Green y Thompson se batían el cobre con quien fuera. En resumen, sostuvieron el barco para que la magia de Stephen apareciese y con toque decisivo. 



Bandejas, triples y fantasía para volver a ser el héroe de siempre. Ahora, los Rockets son el fracaso absoluto. Pero si se aíslan de los cantos agoreros y de sirena verán qué retoques necesitan hacer para mejorar una nave que ya es formidable. Cuidado también para los defensores del anillo, además, eliminar a su oponente más pertinaz estos años no se traduce en campeonato automático, quedan, en el mejor de los casos, dos eliminatorias que serán duras. Portland ganó ayer en Denver con entusiasmo, llevando a Oregón a una orilla que no veían desde los días de Pippen, Sabonis, Wallace, etc. De lo que no cabe duda es de que, acostumbrados al Olimpo, los de Kerr han vuelto a cogerle el gusto al triunfo agónico y esforzado, a sudar por el éxito y sobrevivir a las adversidades.  



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://www.nba.com/warriors/news-blogs/game-6-review-20190511



https://www.nba.com/rockets/gallery/photo-gallery-rockets-vs-warriors-5-10-19



https://okdiario.com/deportes/curry-galactico-carga-rockets-mete-warriors-final-del-oeste-4103914