lunes, abril 29

El Miniestadi albergó 12.764 almas en un domingo muy especial. Los tiempos están cambiado, como habría cantado Bob Dylan. Paulatinamente pero de forma inexorable. Las jugadoras del Barcelona eran conscientes de ello, se acariciaba un sueño que muchas veces se escapó. Duelos contra el PSG y otras escuadras poderosas. Desde el inicio de su andadura, la sección femenina del club blaugrana se había fijado una meta de las que exigen: la final de la Champions, nada menos. 



En frente, una escuadra histórica. Pasan las temporadas y el nombre del Bayern hace que los rivales afilen las orejas en las eliminatorias. Melanie Leupolz lanzó un remate al larguero que sonó a aviso. Las bávaras tenían en contra el resultado del Allianz Arena, pero ni mucho menos se iban a rendir. La parroquia azulgrana aguardaba cauta, con esa alegría de contenido que, a veces, asoma cuando se divisa la línea de meta. 



Las pupilas de Lluís Cortés no han tenido un curso fácil. Han ejercido el rol de perseguidoras de un Atlético de Madrid en su mejor versión, incluso a pesar de triunfar ante ellas en el último duelo. Ahora, a expensas de la última jornada, suena que la liga se escapará por poco. Pero precisamente esa competitividad ha llevado a una regularidad y competitividad que ha sido constante cada semana. La ideal para llegar en buena forma ante el Bayern en unas semifinales históricas. 


Ese murmullo de ilusión se convirtió en estruendo cuando Lieke Martens caía dentro del área. La sanción a Gina Lewandowski era el mejor augurio posible a poco de terminar la primera parte. 11 metros separaban a Mariona Caldentey de desatar la locura de la grada. No falló y apenas quedaban 45 minutos que justificarían todos los esfuerzos previos. 



Por supuesto, el equipo teutón volvió, siempre lo hacen. Sandra Paños se convirtió en la última frontera, el bastión final para conservar un codiciado billete a Budapest, donde aguardará con la espada afilada el Olympique de Lyon. En esta época de bonanza conviene recordar, como sagazmente lo hacía Lucía Santiago en un análisis brillante, épocas que no fueron de vino y rosas precisamente.



Arsenal Ladies, Wolfsburgo y el propio Lyon han sido verdugas del Barça en el pasado. De esas enseñanzas vino la fabricación del tanto de Kheira Hamraoui en Múnich, una llave vital para plantear el partido de vuelta con altas posibilidades. En estos 180 minutos, las culés mostraron un alto grado de madurez, la inteligencia para interpretar qué es lo que más convenía en cada compás. 


Fridolina Rolfö lanzó una volea envenenada que Marta Torrejón acertó a despejar. Y es que en la segunda parte se vio poco a la meta del Bayern, Laura Benkarth. Tocaba sufrir y tener inteligencia para conservar el magnífico resultado, evitar el más mínimo estímulo que hiciese a las jugadoras visitantes soñar con la remontada. 



"A un partido todo puede pasar", afirmó un entusiasmado Cortés, consciente del tremendo sacrificio que había logrado su planilla. Pasos de gigante que se traduce en mejores audiencias e interés, baste recordar el evento del Atleti-Barcelona, con un seguimiento sin precedentes en el campeonato doméstico. 



Todo puede pasar en Budapest. Pero el viaje para llegar aquí ya no se lo quita nadie a unas jugadoras que lograron toda una hazaña. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://www.natv.es/noticia/ZE85B351D-FE58-AC00-5746C8FABF81445F/El-Barca-femenino-se-mete-en-la-final



https://www.elheraldo.co/deportes/el-barcelona-femenino-se-clasifica-final-de-champions-tras-ganarle-al-bayern-625040



https://www.elnuevodiario.com.ni/deportes/491003-deportes-futbol-femenino-barcelona-espana/