"Es un líder nato. Ahora que está aquí se comprenden mejor los éxitos que ha tenido el Atlético de Madrid estos años"- Xavi Hernández.
Fue el cierre perfecto a una trayectoria que merecía ese gol para culminar una noche memorable en el Parc Olympique Lyonnais. Gabi corría a festejar con su dorsal 14 el que era su último servicio como capitán, obteniendo una Europa League que vino salpicada de los rumores sobre la salida (al final no producida) de Griezmann del Atlético de Madrid. Curiosamente, quien sí se marchaba era el aguerrido centrocampista que había ejemplificado como nadie la metamorfosis de los colchoneros en su vuelta a la élite.
Su nuevo destino era el Al Sadd, donde el ritmo de la Liga de Qatar era más adecuado para un veterano curtido en mil batallas a las órdenes de Diego Pablo Simeone. Sin embargo, el principal responsable de su fichaje era Xai Hernández, la primera gran estrella española, con permiso de Raúl, captada por el conjunto árabe, uno de los símbolos de la mejor etapa del Barcelona y antiguo adversario de Gabi. Los dos capitanes han podido disfrutar el uno del otro durante una temporada, quizás comprobando que no eran tan distintos como podía pensarse a simple vista.
Ni siquiera la presencia de dos primeras espadas garantiza el éxito inmediato. Igual que Xavi antes que él, Gabi recibió la roja en un vital duelo copero, además de compartir los dos la fuerte decepción de no prosperar en la Champions asiática tras acariciar la opción de medirse a una Némesis compartida: el Real Madrid en el Mundialito de Clubes. Por ello les resultó tan grata la celebración del título liguero con goleada (7-2) a falta de una jornada.
"La gran diferencia es que Xavi no solamente ha jugado en el mejor Barça y en la selección española más exitosa; es que ha sido el mejor jugador en los dos"- Gabi.
Más allá de los brazaletes, está el estilo. Una discusión que ha sacado de sus casillas a Xavi en muchas en ocasiones, puesto que durante su andadura culé se ganó el apodo de "la sala de máquinas". El discípulo más aventajado de Pep Guardiola ha sido el azote de los césped altos y las tácticas de dilación del juego. En pocos sitios los pasó peor que en el añorado Calderón, incluyendo unos famosos cuartos de final cuya primera parte puede ser uno de los peores momentos de la andadura del Barça en la Champions. Con naturalidad, Gabi ha defendido esa necesidad, alegando ser consciente de la superioridad de nombres como Iniesta o su actual compañero cuando las condiciones para jugar son excelentes y premian la exquisitez técnica.
Irónicamente, en el campo son complementarios hasta el extremo. Pese a su fama de corajudos, Xavi se ha hartado de decir que gente como Koke, Saúl o el propio Gabi habrían encajado sin ningún problema en el el estilo de toque en el Nou Camp. De hecho, el jugador catalán ha lamentado que Gabi haya llegado en su último año, puesto que es un placer para alguien como él contar con un tipo que recupera de una forma tan espectacular los balones. Sirvan de muestra sus espléndidas finales de la Champions en Lisboa y Milán para entender de qué estamos hablando. Por su lado, el capitán colchonero ha insistido a Xavi en que siga un año más, que él correría por los dos si sigue repartiendo esas asistencias.
Una afinidad que se ha traducido en el afecto personal, aunque también hay divergencias. En una divertida entrevista compartida en el programa radiofónico El Larguero se pudo apreciar la disparidad con la que ven a un técnico como Quique Setién, responsable del vistoso juego del Betis en los últimos tiempos, además de un usual crítico del estilo de juego practicado por El Cholo. Mientras que Xavi lo ensalza, Gabi recurre al resultado y justifica la visión pragmática del estratega argentino. No es descabellado pensar que pronto los dos dos darán el salto a los banquillos y, con su personalidad, impregnarán a sus equipos de filosofías muy concretas.
"Aquí manda usted. Y luego que me critiquen a mí si quieren"- Luis Aragonés.
Fue un nexo común entre dos mundos. Hoy en día, resulta incuestionable que nadie goza de la aceptación popular en la parroquia rojiblanca de la que dispone Simeone. El propio Gabi señala que, aunque sueña un día con sentarse en dicho banco, teme que no se podrá con el legado dejado por su antiguo jefe. Con todo, hay dos excepciones en la indiscutida primera posición del podio: Luis Aragonés y Fernando Torres. Y como al segundo lo descubrió el Sabio de Hortaleza, daremos cierta ventaja al hombre cuyos zapatones estuvieron a punto de doblegar al mejor Bayern de Múnich de la historia. No es menos conocido que el personalísimo ex futbolista fue el gran valedor de dar el timón del combinado nacional a Xavi Hernández, si bien eso le expuso a una presión mediática con pocos precedentes.
Pero todo valió la pena por la explosión definitiva de un jugador que marcaría una época. Pese a que fue con Guardiola donde llegó su explosión absoluta, el de Tarrasa nunca se olvidó de la deuda contraída con Aragonés, pieza básica en su evolución. Gabi, incomprensiblemente nunca convocado con la absoluta, no pudo disfrutar de Luis como entrenador, pero sí ha llevado con el mismo orgullo el brazalete que lució Luis o gente como Adelardo.
El pasado fin de semana se produjo un duelo trascendental en el campeonato liguero español. El Barcelona recibía a su único perseguidor a estas alturas, el Atlético de Madrid. Un encuentro roto por el estallido en cólera de Diego Costa, aunque la predisposición defensiva colchonera y la maestría de Oblak aguantaron durante más de ochenta minutos con el marcador a cero y generando sensación de peligro en las pelotas paradas. Fue Luis Suárez, el mejor 9 de raza que un equipo podría tener como dijo Simeone hace unos años, quien abrió la lata y la genialidad de Messi quien la cerró.
Uno de los lamentos para la persona aficionada al fútbol fue no tener a Xavi y Gabi sobre el césped. Los capitanes eternos.
El pasado fin de semana se produjo un duelo trascendental en el campeonato liguero español. El Barcelona recibía a su único perseguidor a estas alturas, el Atlético de Madrid. Un encuentro roto por el estallido en cólera de Diego Costa, aunque la predisposición defensiva colchonera y la maestría de Oblak aguantaron durante más de ochenta minutos con el marcador a cero y generando sensación de peligro en las pelotas paradas. Fue Luis Suárez, el mejor 9 de raza que un equipo podría tener como dijo Simeone hace unos años, quien abrió la lata y la genialidad de Messi quien la cerró.
Uno de los lamentos para la persona aficionada al fútbol fue no tener a Xavi y Gabi sobre el césped. Los capitanes eternos.
ENLACES DE INTERÉS:
- Entrevista Xavi y Gabi en El Larguero
FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
- https://www.marca.com/futbol/espanoles-mundo/2018/09/17/5ba00741e5fdea883f8b45b6.html
- https://www.mundodeportivo.com/futbol/atletico-madrid/20180704/45636387650/el-papel-clave-que-tuvo-xavi-en-el-adios-de-gabi.html
- https://www.marca.com/futbol/atletico/2018/06/22/5b2beb10468aeb4f7a8b4686.html
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