lunes, marzo 25

El príncipe y el mendigo en el playground




Era un chico bien que miraba a través de las verjas al fenómeno sobre el cemento. Aquel chaval no tenía que ver con él, aunque fuesen ambos originarios de Oakland. Jason venía de un mundo de privilegios, su familia le podía costear buenas zapatillas para llevar a cabo su pasión baloncestística. Gary, por el contrario, con sus chulescos andares y trash talking constante, sabía que el mundo real no era tan fácil. Muchos de sus compañeros y rivales en las pachangas carecían de figuras a imitar en casa, por lo que recurrían a su padre, destacado entrenador en la zona. Sin embargo, aquel blanquito era diferente, no venía de un mundo de privaciones y él se consagraba a humillarlo deportivamente a la más mínima oportunidad. 



Jason se apellidaba Kidd y estaba acostumbrado a hacer las cosas de forma correcta. Era muy versátil y generoso pasando la bola. Por ello, los duelos con aquel Gary Payton resultaban traumáticos. Le hacía dudar de él mismo con sus pegajosos marcajes y manos rápidas. Acostumbrado a levitar en pista, aquel desgarbado y callejero oponente hacía que mantuviera los pies en el suelo. Daba igual que fuera uno de los más sólidos proyectos en la NCAA, si se cruzaba con él, volvían todos los fantasmas a incertidumbres. 



Pero existía algo más en aquella rivalidad. En el fondo, a Gary Payton le gustaba que aquel chaval volviese una y otra vez a un duelo en el que salía perdiendo. Más allá de la chulería, la leyenda del playground no era ningún necio, se percataba de que aquel jovenzuelo aprendía de cada lección y cada vez era más complicado robarle el balón. Tal vez algunos se sorprendieron de lo rápido que se adaptó a la NBA pese a sus dudas iniciales. Seguro que para The Glove (El Guante, como apodaban a Payton) era cualquier cosa menos una sorpresa.


Memento



Incluso hoy día sorprende en Arizona. Se habla en Phoenix de que dos de los mejores bases de la Historia compartieron vestuario. Claro que entonces no se sabía lo lejos que llegarían Jason Kidd y Steve Nash. Aunque estaban llamados a despellejarse por el mismo puesto, entre ambos surgió pronto la amistad. Kidd llegaba después de dos deslumbrantes temporadas como atípico novato en los Dallas Mavericks. El canadiense, por su parte, era un heterodoxo talento al que solamente faltaba un poco de paciencia para explotar de forma definitiva.



En aquella época incluso se permitió cambios de look y teñirse el cabello de rubio a lo Guy Pearce en Memento (2000). Los Suns le hicieron adquirir experiencia en postemporada, además de desfilar por un Far West feroz, competitivo y plagado de temibles rivales en su puesto. A base de golpes y reveses, Kidd se iba haciendo un hueco y se granjeaba el respeto de las franquicias por su aparente sencillez para llevar la batuta de una escuadra sin alterar el pulso.



Pero en 2001 llegó una decisión que hoy sigue teniendo sus ecos. Los New Jersey Nets, equipo de modestas pretensiones hasta ese instante en la NBA, conseguían a Kidd tras varios cambios de cromos. Sin duda, un jugador muy interesante y de talla internacional. Pero nadie podía imaginar entonces el impacto definitivo que eso tuvo en el planeta basket. De ser muy bueno, nuestro protagonistas pasó a tornarse uno de los mejores playmakers que nunca se habían visto. 


Mr. triple double



La tierra de Soprano le vino como anillo al dedo. Cuando una joven estrella con rango All Star llega a una nueva franquicia genera rictus serio entre los agoreros. Está por ver como el joven cachorro va a tomar la responsabilidad de ser el líder. De cualquier modo, basta ver los registros estadísticos de los New Jersey Nets antes y después del paso de Kidd para entender la magnitud del jugador. Abonado al triple doble, se movió cómodo con una afición que tardó muy poco en venerar a aquel rapado que sabía pasar el balón como los ángeles.



Obviamente, la transformación de farolillo rojo a gallito de la conferencia Este no se logró solamente con el base. La gerencia supo moverse bien para darle dos socios de privilegio: Richar Jefferson y Kenyon Martin. El primero era un estético y polivalente jugador, mientras que el segundo se especializaba en hundir el balón en el aro ajeno como si vengase una afrenta personal. Ese tridente fue convenciendo a los escépticos y viviendo vibrantes batallas con los Indiana Pacers de Reggie Miller.



Incluso los poderosos Celtics de Paul Pierce hincaron la rodilla. Corría el año 2002 y un comentarista de la NBA lo escenificó mejor que nadie: "Quizás la tierra sí sea plana... los New Jersey Nets están en las finales". El sueño lo truncó un despiadado Shaquille O´Neal, fuerza de la naturaleza en unos Lakers que también contaban con Kobe Bryant. Kidd firmó partidos memorables como el tercero, otro triple doble, donde se quedó con el regusto amargo de fallar sobre la bocina. Pero tardaría poco en volver a esa instancia.


"Lo único que hace mejor que yo Tony Parker es hablar francés"- Jason Kidd.



Aquellos Nets no fueron flor de un día. Kidd siguió lanzando besos antes de anotar sus tiros libres, mientras su hijo se convertía en uno de los malcriados más felices del pabellón. Martin y Jefferson crecieron todavía más y se ficharon a veteranos como Mutombo, tornándose New Jersey en una plaza complicada de lidiar. Incluso el número 1 de aquella campaña 2002/03, los Detroit Pistons, fueron apabullados por 4-0 por ante una maquinaria perfectamente engrasada. En santuarios como el Garden, un base rapado dictó su ley e hizo mejores a sus compañeros.



Byron Scott, antiguo edecán en el Showtime de los Lakers, era el severo pero firme entrenador de un navío que volvía a la lucha por el anillo. Ya no eran aquella escuadra bisoña que se midió a Kobe y Shaq. Ante los poderosos Spurs de Duncan y Robinson, Kidd y cía iban a luchar por el título de verdad. Entre otras cuestiones, se rumoreaba que San Antonio presionaba a su joven y talentoso base, Tony Parker, con la amenaza de fichar al hacedor de triples-dobles.



"Por un par de tiros". Fue un buen resumen de un capitán desolado. Kidd y sus Nets lucharon seis partidos. Por momentos, bailó al joven y excelente base francés. De hecho, Popovich estuvo obsesionado aquel verano con subirlo a su tripulación para juntar a un base de futuro con una estrella consagrada. Pero decidió finalmente seguir donde había sido tan feliz. Todavía hoy duda si no tendría varios anillos más en su CV de haber dicho sí a ese tren.


"Jason Kidd es, obviamente, un jugador monstruoso"- Mike Brown.



Una llama que lentamente se apaga. La increíble antorcha que eran los Nets se iba esfumando de forma paulatina, aunque inexorable. La llegada de los Pistons de Larry Brown equilibro las fuerzas en el Este, además de existir el problema de la marcha de Martin a los Denver Nuggets. Seguían siendo feroces en Playoffs, pero ya nunca más volverían a las Finales del Este. Pensase o no en San Antonio, Kidd siguió dando lecciones noche tras noche. Irónicamente, su relación con Parker mejoró, pasando cada uno de ellos a ser admirador del juego del otro.



Con nuevos socios como Vince Carter para abastecerlos de alley-oops, el dorsal 5 de New Jersey dejó eliminatorias memorables. Por ejemplo, su serie contra Cleveland, saldada con derrota, pero nunca rendición. Lebron James y Mike Brown, los vencedores de aquellas semifinales, ya anticiparon que su oponente iba a ir al Salón de la Fama. O partidos ligueros memorables que justificaban el insomnio, como aquel duelo ante su amigo Steve Nash y sus renacidos Suns. Fue una noche donde el liderazgo y la genialidad dirigiendo equipos se puso a prueba, un duelo de leyenda donde, irónicamente, Kidd cometió el error atípico de botarse en el pie en una perdida decisiva antes de acabar un partido maravilloso.



Su marcha de los Nets tuvo muchos pretendientes en los despachos. Era sabido que Lebron James pedía a su franquicia mover cielo y tierra para traerlo. Kobe Bryant en los Lakers movía sus hilos. No obstante, fue Mark Cuban quien logró traer al codiciado base, justo para que Nowitzki y él descubrieran que la química no es algo que se logre de la noche a la mañana. Los Mavs fueron arrasados por los jóvenes jugadores de New Orleans, donde el base Chris Paul parecía señalar, igual que Pompeyo a Sila, que la mayoría del mundo venera antes al Sol naciente antes que al antiguo astro.


El último hurra



El hijo pródigo volvía a casa. Jason Kidd ya no era el joven veloz que atravesaba la pista distribuyendo juego con facilidad pasmosa. Ahora era un base contrastado, cansado en las articulaciones por tantas batallas y lesiones. Sus Mavs no rebosaban tampoco juventud. Tras temporadas haciendo un baloncesto vistoso y eficaz con Don Nelson y Avery Johnson, la tierra de JR pensaba que el ansiado anillo ya no llegaría. Pasó su mejor época. Ni siquiera el tridente mágico Finley-Nash-Nowitzki tuvo la fortuna de lograrlo.



La suerte no mejoró con el capitán Kidd de inmediato, soplando vientos agresivos como los Nuggets o San Antonio. Pero el veterano aguantó, justo a tiempo para que llegase Rick Carlisle, discípulo aventajado de Red Auerbach, un míster menos ofensivo pero con gran pragmatismo para sacar el jugo de su guardia pretoriana. Tras tanto tiempo rozando el éxito, nadie apostaba ya por Dallas y eso dio una tranquilidad interna a un vestuario que fue de tapado todo el año de 2011. Combinando la sapiencia de su base All Star con el explosivo portorriqueño Barea, los Mavs se consagraron a ser una escuadra peleona y amparada al estado de forma de un Nowitzki en un nivel estelar.



Kidd abasteció a gente como Chandler para hacer fáciles mates, mientras daba el tempo preciso cuando eran los minutos de la verdad. Defendió minutos de calidad a viejos compañeros de selección como Kobe Bryant. Acostumbrados a sus exhibiciones estadísticas, aquella versión del playmaker era menos vistosa, aunque sumamente interesante. Pasando ronda tras ronda sin favoritismos, el ala-pívot alemán y Jason Kidd se dieron un sonoro abrazo en el feudo de los todopoderosos Miami Heat de Lebron James. Gary Payton ya no podría restregarle más su anillo en 2006, los dos amigos estaban igualados.


"La gente no lo recuerda. Pero cuando aterrizó en la NBA, Jason Kidd fue Lebron James antes de Lebron James"- Gary Payton.



Invicta. Ese sería el resumen de la andadura de Kidd con el combinado nacional. Puede parecer fácil atendiendo al enorme potencial de lo Estados Unidos en el deporte de la canasta, pero no es menos cierto que hay descalabros con plantillas excepcionales en no pocas ocasiones. Los oros olímpicos adornan el palmares de quien logró la capitanía en tierras chinas allá por el verano de 2008. No es poco mérito compartiendo vestuario con Lebron James, Kobe Bryant o D. Wade, entre otros.



Como en su título con Dallas, el Kidd de Beijing ya no era tan veloz de piernas como cuando fue a Sidney, donde, irónicamente, vivió uno de los momentos más peligrosos para su balance cuando USA se quedó a un lanzamiento de Sarunas Jasikevicius de derrotar al Dream Team. El base fue el perfecto embajador de un combinado joven y talentoso, pero también con riesgos de caer en la arrogancia. No fue infrecuente que se le viera moderando los excesos de euforia o felicitando a los staff técnicos adversarios.



Precisamente el mismo papel que tuvo en el último equipo antes de colgar las botas: los New York Knicks. En una plantilla necesitada de buenos ejemplos, no parece raro que una de las últimas buenas campañas de la Gran Manzana fueran con él, además de servir de aliento para líderes con tendencia al egoísmo como Carmelo Anthony. Ya lo dijo Nowitzki cuando se enteró de su retirada: "Hoy es una noche triste".



Ahora que suene como candidato al banquillo de los Lakers de Lebron James, no está de más recordar que Kidd fue, ante todo, uno de los mejores bases que han pasado por la NBA, siguiendo la estela de sus ídolos: Magic Johnson y John Stockton.



ENLACES DE INTERÉS:



Anécdota de Jason Kidd jugando con Michael Jordan



Jason Kidd: Aprendiendo de Gary Payton



Kidd versus Paker (NBA finals 2003)



Top 45 de asistencias firmadas por Jason Kidd



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://www.netsdaily.com/2018/2/21/16909902/jason-kidd-trade-new-jersey-nets-dallas-mavericks-mavs-coach-fired-hall-of-fame-hof



http://www.ultimateknicks.com/forum/topic.asp?t=42341



http://www.tamaraberg.com/faces/faceDict/NIPSdict/zcl_513/2003_05_25_img_934.0.html



https://www.youtube.com/watch?v=V7zTDW407J4



https://www.nba.com/bucks/bucks-fans-welcome-kenyon-martin-milwaukee



https://www.sbnation.com/nba/2011/5/3/2150904/la-lakers-kobe-bryant-dallas-mavericks-paul-gasol-nba-playoffs-2011



https://onmilwaukee.com/sports/articles/coachjasonkidd.html