lunes, marzo 11

"Cuando se hallan ante un grave peligro, pierden el miedo. Cuando no hay ningún sitio donde ir, permanecen firmes. Si no tienen otra opción, lucharán hasta el final"- Sun Tzu, El arte de la guerra



Nadie habría rastreado el origen de aquella pesadilla en esos rincones sencillos y humildes. Por aquel entonces, su nombre y apellido empezaban a ser sinónimo de pánico en los campamentos boxísticos de los Estados Unidos. Pero ningún staff técnico o aspirante a campeón de los pesos pesados habría sabido decir que antes de la monstruosa figura existió una persona casi indefensa. Incluso sus antiguos camaradas, los que le conocieron en el colegio, habrían dudado de que aquel moderno Gengis Kan fuese aquel chico apacible y apocado que conocieron en las entrañas de Brooklyn. Pero hubo un tiempo que en Michael Gerard Tyson era, simplemente, un joven niño, presa fácil para los abusones del lugar en una jungla de asfalto donde un chico huérfano de padre casi desconocido y con poca facilidad para la interacción social tenía una diana dibujada en la frente. 



Con todo, nunca fue suya la primera sangre. La pelea original vino porque a otra persona se le ocurrió que sería divertido partir el cuello de una de las palomas con las que aquella figura tímida se sentía menos solo. Acostumbrado a recibir y huir en cuanto se pudiera ante los maltratos, el hostil elemento de una contienda le resultó extrañamente un Rubicón que era menos difícil de cruzar de lo que habría pensado. Las calles de su entorno más cercano solamente ofrecían eso y pronto demostró que podía formar parte de una de esas pandillas que tenían rápido ascenso y todavía más veloz caída en reformatorio, cárcel o algo peor. 



No fue hasta muchos años después que descubrió algunos abusos de distinta índole que sufrió en esos años cruciales para la formación de una personalidad. Una niñez oscura que se tradujo en un rápido abandono escolar. Las burlas por su particular ceceo, su propia inseguridad ante lo intelectual y la delincuencia juvenil hacían un cóctel de resultado triste y predecible. Pero la violencia desatada tuvo una oportunidad. El único tren que pasaría por sus cercanías, bastante poco para estar rodeado de constantes privaciones (su madre los llevaba a él y sus hermanos/as por pisos sin calefacción, electricidad, etc.). Sin embargo, también era mucho más de lo que muchos otros en el barrio tuvieron. No sorprende que Mike se aferrase a aquello como el superviviente de un naufragio al bote.


Cus D´Amato



Aquel tipo era un viejo ingenuo. Un blanco bonachón que nunca habría sobrevivido ni dos segundos bajo las leyes de la jungla. Igual que Jean Valjean en casa del confiado obispo Myriel, el joven Mike pensaba cómo saquearía aquella casa en cuanto llegase la noche. No obstante, su anfitrión aquel día, Cus D´Amato, no dejó de despedirse de su primera reunión diciéndole que todo aquello terminaría siendo suyo. Únicamente debía hacerle caso. Entrenador de olfato fino, detectaba que tras aquella figura problemática existía un crío con alma de guerrero. 



D´Amato estaba acostumbrado a forjar futuros campeones y que se los birlasen otros a la hora de ceñirse el cinturón. Su carácter parece una de las inspiraciones tras el personaje de Clint Eastwood en Million Dollar Baby (2004). Existía un dolor destacado, alguien que siguió las enseñanzas del viejo maestro y luego lo abandonó: Floyd Patterson. Él perfeccionó la ingeniosa y difícil defensa con los antebrazos en la cara y los guantes casi como orejeras. Solamente efectivo si el luchador tenía una magnífica coordinación y sentido de la distancia. El míster pensaba que, al fin, volvía a tener un diamante en bruto. 



Incluso sobre esto se fabricó otra leyenda negra. Los futuros vaivenes de Tyson favorecieron el bulo de que era poco menos que un gorila de feria que estuvo adecentado por el veterano maestro de pista. La verdad, por el contrario, era que D´Amato fue uno de los pocos que nunca se aprovechó de él. Tenía la sensibilidad suficiente para ver que aquel chico jamás había tenido una figura paterna. El delincuente juvenil con la condicional al que abrió su puerta estaba muerto de miedo por dentro. Su nuevo anfitrión fue paciente, habló con él, disipó sus dudas y le entregó un cariño que a aquel hijo de las privaciones debía parecer una película de ciencia ficción.


"Tengo 22 años y ninguna marca en mi cara. Debo ser un maldito genio"- Muhammad Ali.



Fue un ritual sencillo. Hasta ese momento, las posibilidades del aspirante de apreciar y desarrollar las metáforas habían sido escasas. No en vano, era algo que se aprendía en esas escuelas de las que terminó huyendo. Sea como fuere, tenía la suficiente perspicacia para saber que necesitaba ese ritual. Decir algo sin tener la certeza de ser escuchado, un salto de fe que exigía más fuerza espiritual que física. Acudir ante una tumba con una botella de champán.



D´Amato estaba enfermo, aunque su nuevo discípulo le daba fuerzas. En largas noches hablaron sobre esas expectativas. El chico tenía un gancho que podía derribar árboles, si bien el técnico quería algo más. No le preocupaba que no lograse ir a las Olimpiadas o no surgiesen ofertas de luchas por el título rápidas. El estratega estaba forjando una espada que iba a ser terrible, no quería que nadie en el mundillo pudiera pensar en escudos para frenarle antes de que Mike no estuviera preparado para todo. Los primeros KOS se amontonaban y el miedo escénico en sus futuros adversarios.



Aquellos ocho primeros combates bastaron para crear el mito. El público discutía sobre cuándo aquella mole iba a mandar a la lona a sus oponentes. De la victoria ni siquiera se dudaba. Kevin Rooney y D´Amato discutían formas de mejorar a una fuerza natural, perfeccionando sus condiciones innatas. No tiene nada de extraño que apenas pasada la veintena ya fuera el campeón de los pesos pesados, más precoz que el mismísimo Ali. Pero su míster ya no estaba para verlo por culpa de una neumonía. La única promesa incumplida de esa alianza exitosa. Tyson brindó en silencio frente a la tumba, junto al único padre que conoció de verdad.


"Todo el mundo tiene un plan... hasta que recibe el primer puñetazo"- Mike Tyson.



James Tillis, elogiado por el mismísimo Muhammad Ali, fue la primera persona capaz de decir que permaneció en pie tras todos los asaltos pactados frente a Tyson. Fue un combate donde el noqueador resolvió la única duda que los analistas expresaban sobre él: ¿tenía resistencia para todas las rondas? La respuesta era un rotundo sí. Pese a haber fallecido ya, D´Amato dejó excelentes hábitos de entrenamiento en el chico, unos que iría descuidando lenta y paulatinamente. Pero en aquellos días se hallaba en un estado de forma excepcional.



En esa época de conquistas salvajes al estilo Alejandro Magno, se da también un episodio peculiar en julio de 1986. Una demostración de humanidad. Tyson tumba de forma clara mediante uppercut a Marvis Frazier, hijo del legendario Joe Frazier. Apenas ha pasado medio minuto. Pero esos segundos permiten ver una blitzkrieg de un solo hombre, alguien que apabulla como una apisonadora lo que tenga en frente. Lejos de jactarse, las cámaras captan a un vencedor muy preocupado que se acerca a la esquina de su colega de profesión, a quien abraza y besa, además de recordar el respeto que tiene por su legado familiar.



Sin oposición avanzó hacia el título de los pesos pesados contra Trevor Berbick. Se empieza a apreciar a un deportista más lenguaraz. Bajo la guía de su primer staff, el Tyson inicial es cauto y parco en palabras, paciente a la hora de obtener reconocimiento. Ahora, alguien que ha sufrido privaciones y desprecio se encuentra en la cima del mundo. El pleno convencimiento de ser de hierro e invulnerable le irá haciendo mella; ya está en las redes de Don King, hábil y maquiavélico promotor (recordar la versión-parodia del mismo en Rocky V) y no existen frenos.


The Harder They Fall



En una ocasión, D´Amato le dijo que el miedo era como el fuego. Si se sabía utilizar, lo tendría a su servicio. En caso de no entenderlo o ignorar sus leyes naturales, le quemaría todo a su alrededor. Aunque para el resto del mundo era el pánico en el cuadrilátero, Tyson siempre tuvo recelos e inseguridades. Con su entrenador aprendió a usarlo, a transmitir a sus oponentes la mismas sensaciones que él tenía en un vecindario donde llovían los ladrillos. Con las victorias acumuladas y sin su guía espiritual, además de un séquito creciente de adulaciones y amistades peligrosas, el boxeador empezó a subestimar el papel de aquella emoción en su trayectoria.



James "Buster" Douglas llegó a la capital japonesa con el papel del underdog. Eran un guerrero experimentado pero poco conocido por el gran público. Igual que Tyson, sus orígenes eran humildes y poco privilegiados. Tyson, cómodo en su rol de Iron Man, le desprestigió ante los micrófonos, Tokio entera sabía que aquello sería un trámite. Olvidando las enseñanzas de Sun Tzu y Cus D´Amato, el campeón iba fuera de forma, sin saber nada de su oponente. Estaba empezando a dejar de conocerse a sí mismo y a sus rivales. El mejor camino para la derrota.



Douglas afirmó que llevaba una racha tan mala en su vida que pensaba en algún regalo en la esquina por parte del destino. Pero ni siquiera él estuvo preparado para aquello. Tyson le tiró y él se levantó con semblante de quien apenas ha sufrido un rasguño. Tras cada asalto, se iba haciendo más grande y la amenaza del cuadrilátero parecía humana y vulnerable. El hombre de hierro se aferró a su reputación, aunque el prudente árbitro le salvó de más penitencia. La victoria fue tan milagrosa que incluso un boxeador profesional como "Buster" se vio incapaz de repetirlo, abandonándose. Irónicamente, su derrotado oponente terminaría pensando que aquella humillación deportiva era nada comparada con lo que le deparaba el destino.


El juicio



Cuando Diego Armando Maradona consiguió entrevista a Mike Tyson en su programa La noche del 10, el ya ex boxeador pidió expresamente visitar Villa Fiorito, el humilde barrio donde se forjó uno de los futbolistas más míticos de la Historia. Reconoció en sus duras calles el ambiente de Brownsville donde siempre terminaba volviendo. Algunos camaradas de fechorías incluso le recriminaban esa adicción a lo marginal, puesto que él sí tuvo la posibilidad de huir. En honor a la verdad, asimismo era capaz de actos generosos con la infancia del lugar, gastando de forma elocuente sus dólares.



Sea como fuere, esos retornos cuando todavía era profesional llevaban también aparejados alcohol, drogas y una vida sexual desenfrenada. No se trataba de moralina o puritanismo, más bien eran brutales encuentros más cercanos al Pascual Duarte de Cela que al sofisticado Kama-sutra. Las enseñanzas deportivas de D´Amato eran infinitas, en la faceta sentimental se limitó a prometer a Tyson que tendrías las mujeres que quisiese en el futuro como estrella. Un mal consejo que alguien acostumbrado a los ambientes de los proxenetas podía llevar al extremo.



Su matrimonio con Robin Givens, incluso con un escarceo protagonizado por Brad Pitt, fue un ejemplo de prensa rosa, amarillenta y escandalosa. Pero cualquier asunto previo, incluso sus peleas con Mitch Green a pie de calle, palidecieron ante su juicio por violación de la joven Desiree Washington. Existían precedentes, en su formación, Teddy Atlas (el primer lugarteniente de Cus D´Amato en su formación) rompió con él porque molestó a su cuñada, menor de edad. En su biografía (escrita por Larry Sloman), el boxeador insistiría en las irregularidades del juicio en Indiana y el deseo de cazar su fortuna, pero la peor de las sombras quedó para siempre asociada a él.


Mr. Armageddon



Toda la verdad es un libro que se lee con facilidad. La azarosa vida de Tyson tiene tintes de Dickens mezclada con una película de Guy Ritchie. El campeón más joven de los pesos pesados en una cárcel era una imagen que luego se llevó a cine (Invicto). Incluso Los Simpson, en aquellos días el show más rompedor e ingenioso del momento, le hicieron una parodia a través del feroz Drederick Tatum. Si al comienzo su vida parecía la de Oliver Twist, terminó adentrándose en el horror de una de las obras maestras de Scorsese: Toro salvaje.



Cus D´Amato le dejó muchas enseñanzas de los campeones de pasado. Por más que lo hubiera cautivado en una charla en Spofford, correccional para jóvenes del barrio, Tyson era consciente de que nunca podría ser Ali. El suyo era un papel villanesco y de fuerza brutal. Sus referentes eran Roberto Durán y Joe Frazier. Asimismo debía saber sobre Carlos Monzón, el célebre púgil argentino que descendió a los infiernos por el asesinato de Alicia Muñiz, su segunda esposa. La brutalidad, el machismo, la arrogancia y las inseguridades paliadas en comportamientos de sátrapa estaban a la orden del día, incluso durante su privación de libertad.



Volvió con gran eco mediático. Igual que en el East End victoriano, a los medios y el resto de la población les daban igual las víctimas indefensas mientras el espectáculo continuase. Seguía siendo un reclamo en Las Vegas. Pero ya no era la joven fiera taimada que destruía a sus oponentes antes de sonar la campana. Evander Holyfield logró sacarle de sus casillas en dos combates que debieron ser memorables y el principio de una gran rivalidad. Pero dejaron momentos antideportivos como los constantes cabezazos del segundo y el dantesco mordisco que quien fuera Hombre de Hierro propinó a su antagonista.



Todo se andaría, incluso su monólogo de la mano de uno de los grandes directores de New York, Spike Lee. Un episodio curioso, un exorcismo de sus demonios y también un ataque velado al boxeo. ¿Fue su salvación o la ratificación del salvajismo? El terror de Brooklyn que se asustó a sí mismo.



BIBLIOGRAFÍA:



- SLOMAN, L. y TYSON, M., Toda la verdad, Duomo ediciones, Barcelona, 2015.



ENLACES DE INTERÉS:



La chispa adecuada de Mike Tyson (Rubén Uría)



Mike Tyson parte I en Jot Down (obra de E. J. Rodríguez)



Mike Tyson parte II en Jor Down (E. J. Rodríguez)



Tigres con correa (David Gistau)



FILMOGRAFÍA:



- LEE, S., Mike Tyson: Undisputed Truth, 2013, HBO Films.



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://www.independent.co.uk/sport/general/others/david-ashdowns-classic-sports-picture-diary-frank-bruno-v-mike-tyson-1989-1630094.html [Fotografía de David Ashdown]



https://www.insidesport.com.au/news/cus-damato-421562



https://www.pinterest.es/a_kokiri_kid/mike-tyson-rare/ [Colección de Mike Istheman]



https://www.vintagesportsimages.com/products/iron-mike



https://www.dailyrecord.co.uk/sport/boxing/gallery/pictures-how-james-buster-douglas-7349889



https://www.cbsnews.com/pictures/celebrity-arrests-they-wish-they-could-forget/10/



https://forum.celticsstrong.com/index.php?topic=92342.30