lunes, enero 7

Florida. Finales de la NBA, curso baloncestístico 2011/12. Los Miami Heat de Lebron James, Dwyane Wade y Chris Bosh al fin pueden descorchar el champán tras el quinto encuentro. El proyecto de los Beach Boys, tras la vacuna de Dirk Nowitzki el año anterior, ha alcanzado la madurez frente a los jóvenes y talentosos Oklahoma City Thunder. En líneas generales, se considera que Westbrook ha estado muy bien en lo individual, aunque guerrillero por su cuenta. Un asesino como Durant quizás notase su primer viaje a la última instancia, mientras que si alguien es destacado por su aportación como mejor sexto hombre es James Harden, la barba más reconocible del planeta basket. 



Llegó entonces la decisión. Una que generó ríos de tinta y perspectivas diferentes. Elogiado por Kobe Bryant, entre otras luminarias, el jugador nacido en Los Ángeles decidió ponerse disponible en el mercado con muchos pretendientes más que dispuestos a quitar al mejor suplente de los subcampeones para convertirlo en la estrella de su franquicia. ¿Acertó o se equivocó? Es probable que los Thunder tuviesen hoy un anillo de haber permanecido, pero no cabe duda del crecimiento individual que ha mostrado desde su desembarco a Houston. 



Desde el primer momento, quedó claro que este versátil base/escolta de casi dos metros de altura tenía una serie de ventajas físicas que lo hacían el anotador ideal para un equipo texano necesitado de un soporte anotador. También comprobó en Playoff lo distinto que era pasar eliminatorias contando con Durant-Westbrook y ahora tener que remar en solitario. Por ello, los Rockets le han ido rodeando progresivamente de las mejores piezas posibles, destacando la incorporación de Chris Paul, la mejor forma de que él se sintiese más libre. 


En ese recorrido, Golden State Warriors ha sido el pico más importante de su escalada. Una de las mejores escuadras de todos los tiempos que incluso el año pasado, la temporada más espectacular que recordaban en Houston desde los días de Olajuwon y Drexler, se las ingenió para ganarles el séptimo en su feudo. La lesión de Chris Paul y un duelo para recordar fueron una daga amarga para las ambiciones de Harden. Por eso el estreno de 2019 en el Oracle estaba marcado en rojo en su calendario. 



Harden parecía poseído en cada compás del partido. Ante los pupilos de Steve Kerr, en un duelo para la videoteca, La Barba más larga de la NBA decidió que iba a ganar el conjunto visitante. Su último triple sobre la colosal presencia de Draymond Green escenificaba e ansía de revancha que el aspirante a MVP quiere un anillo y sabe que, con mucha probabilidad, eso va a exigir dar esa versión extraterrestre en San Francisco. 



Sin embargo, también hay motivos de preocupación en el ambicioso proyecto deportivo. Otra marcianada de Harden en Portland no impidió el triunfo de los Blazers. A comienzos de esta temporada, los de Mike D´Antoni tuvieron un inicio muy por debajo de lo esperado, agravado por los problemas musculares de CP3. El hercúleo esfuerzo de Harden les ha llevado a la quinta plaza en el Far West, si bien los análisis se cuestionan si esta quinta marcha constante no cobrara peaje en postemporada. 


Cuestiones que ahora mismo no tienen cabida en el ambicioso número 13, quien está coqueteando con registros que solamente habían alcanzado los elegidos: Kobe Bryant y Michael Jordan. Polémicas aparte con el double step-back, nuestro protagonista está revolucionando los sistemas defensivos, al ser virtualmente imposible de guardar con seguridad en cualquier punto de la pista. Y, además, con el mérito de saber cuáles son las mejores veladas para presentar su nombre en sociedad. 



Una de las más emotivas fue en diciembre. Nada menos que ante los Lakers de Lebron James, uno de los pocos adversarios que le discute en justicia la consideración de MVP. Un triple-doble mayúsculo que vino acompañado de 11 tantos en el último cuarto para dar el éxito a los Rockets. Los únicos peros que, en ocasiones, los más quisquillosos le colocan es su elevado número de tiros intentados y las pérdidas de balón. Pero es que sí eso también fuera bueno estaríamos hablando de una categoría ya de otra galaxia. 



En muchos sentidos, Harden nota que está al final de una larga búsqueda, una que le llevó a unas poco humildes declaraciones diciendo que era el mejor jugador del mundo a las alturas de 2015. La Barba siente que ha pasado mucho tiempo desde que estuvo en unas Finales y quiere un desenlace distinto en junio. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://www.chron.com/sports/rockets/article/Rockets-look-to-avoid-letdown-after-Warriors-13509950.php



https://as.com/baloncesto/2019/01/04/nba/1546617994_358477.html



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