lunes, enero 21

"En aquellos sospechosos habituales que eran los Blazers, Rasheed Wallace era de los más sospechosos. Y también de los que más clase tenía"- Guillermo Jiménez.



Hubo un tiempo en que los llamaron el mejor equipo que el dinero podía comprar. Sin embargo, aquella noche del 4 de junio del año 2000 eran sencillamente un vestuario destruido. Poco antes, el Staples Center, guarida de los Ángeles Lakers, había estado completamente silenciado. La grada, que incluía a algunas de las grandes estrellas de Hollywood, habría jurado ver a los Portland Trail Blazers levitar en pista. Ante uno de los mejores dúos de todos los tiempos (Kobe Bryant y Shaquille O´Neal), la escuadra visitante de Oregón dominó con la contundencia de quien tenía un objetivo claro: ganar el séptimo en LA y viajar a las Finales para un más que posible anillo de campeón que su afición soñaba desde 1977.



Entonces llegó un triple afortunado de Brian Shaw que dio contra el cristal y acabó en canasta. Paulatinamente, los angelinos iban recortando una distancia que parecía imposible de remontar, mientras que la escuadra visitante erraba una posesión tras otra. Arvydas Sabonis, el legendario pívot lituano, fue expulsado por faltas muy light, dejando el terreno a un Shaq que era la fuerza dominante de aquella NBA. La locura se apoderaba de un Staples que hacía unas jornadas pensaba que no volvería a ver a los Blazers hasta la siguiente temporada. Los pupilos de Phil Jackson llegaron a estar 3-1 y, hasta por dos ocasiones, fueron incapaces de rematar la faena.



"Si vas a perder, hazlo tirando". Fue la mítica frase de Michael Jordan que los locales invocaron para hablar de aquel triunfo histórico. Lo irónico es que uno de los grandes señalados por la debacle, Rasheed Wallace, hizo exactamente eso. Durante siete partidos había sido virtualmente indefendible para los esquemas de Tex Winter y el resto del staff técnico del Maestro Zen. Veteranos como AC Green o Robert Horry eran incapaces de superar a un ala-pívot nacido en Filadelfia y que se mostraba un adelantado a su tiempo. El séptimo día firmó 30 puntos y siguió intentándolo hasta el final (incluyendo un triple casi desde medio campo cuando el alboroto era infernal). La frustración de Mike Dunleavy ante una falta evidente de Shaq sobre Steve Smith escenificaba las muchas paradojas de aquel encuentro histórico, un duelo donde a una franquicia le aguardaba la gloria de la dinastía y a otra la peor de las reputaciones. Pero apenas habrían bastado unos segundos para invertir esos papeles. No tiene nada de extraño que Kerry Eggers lo elija como punto de arranque de un libro fabuloso y necesario.


"Solo había dos equipos a los que temíamos. Los Blazers y los Kings. Tenían todas las piezas. Debíamos jugar a la perfección para ganarles"- Shaquille O'Neal.



El periodista deportivo hace una indagación digna del mejor archivero, un recorrido por el contexto de toda una época, nada menos que aquella NBA que se acercaba a un nuevo siglo sin la alargada sombra estelar de Michael Jordan. Con acceso a fuentes de primera mano y entrevistas a testigos directos de los hechos, sus páginas nos sumergen con facilidad en los días que el millonario Paul Allen y Bob Whitsitt (su brazo derecho en los despachos de Portland) decidieron tomar las riendas de una organización deportiva en una ciudad donde su equipo profesional de basket es una de las grandes atracciones diarias.



Interrogado sobre el fenómeno que llevó al juego macabro de palabras Portland "Jail" (cárcel) Blazers, Jason Quick, pluma en The Athletic, lo recuerda como una de las etapas más oscuras de la institución deportiva de la que tanto ha escrito. No obstante, como el libro bien refleja, aquella camada tuvo también algunos de los mejores resultados deportivos que ni antes ni después han vuelto de momento a Oregón. Pudiendo caerse en un sensacionalismo fácil, Eggers se cuestiona la realidad tras la leyenda negra, matizando, confirmando o expresando las dudas cuando toca.  



La realidad es que la gerencia conformó un roster formidable. Tremendos talentos jóvenes que acompañarían a estrellas veteranas y consagrada como Scottie Pippen o el propio Sabonis. Hasta en dos ocasiones alcanzarían la final de conferencia en un Far West que daba miedo (los Jazz de Stockton-Malone, la pareja mortal Kobe-Shaq, San Antonio con Duncan-Robinson, etc.). P. J. Carlesimo, Mike Dunleavy y Maurice Cheeks disfrutaron de un arma de doble filo, una plantilla completísima y un rosario de personalidades altamente inestables a las que entrenar.


"Ojalá hubiera podido jugar con un Sabonis sano. Pero no tengo dudas, lesionado y todo, Sabas siempre en mi equipo"- Damon Stoudemire.



Whitsitt presumía de que no entendía de química, una frase que le perseguiría en el futuro por los acontecimientos que tuvieron lugar. Los problemas con la justicia de Ruben Patterson, Isaiah Rider y su amor por llegar tarde a los entrenamientos, el triste asunto de la marihuana encontrada en el coche donde viajaban Damon Stoudemire y Rasheed Wallace, etc. Todo ello sumado a jóvenes talentos como Bonzi Wells o Zach Randolph, prodigios atléticos que pasaban al deporte profesional sin los necesarios recursos educativos para sobrevivir al mareante paso al estrellato tras haber sufrido situaciones de marginalidad.



Resulta por momentos conmovedora la andadura de Shawn Kemp. Jugador franquicia de la vecina Seattle durante los años dorados de los Sonics, era un hombre bien distinto cuando fue captado por los Blazers. Desestructurado familiarmente, con problemas de adicciones, todavía fue capaz de dejar algún partido para el recuerdo, pero ya apenas era el reflejo del crack que fue. Una de las facetas más interesantes de la obra de Eggers es como muchos de los protagonistas, por ejemplo Rod Strickland, son capaces de auto-analizarse y ver los fallos que cometieron en aquella época.



Con todo, quizás el gran atractivo de Jail Blazers sea dar voz a la otra cara que no vemos en televisión, a esos profesionales que trabajan en la sombra del éxito de otros. Tal es el caso de asistentes como Jim Eyen o el preparador físico Bob Medina. Precisamente el segundo deja uno de los análisis más lúcidos que nunca se han hecho sobre dos ala-pívots formidables: Tim Duncan y Sheed Wallace. Otra fuente imperdible es Stephanie Smith-Leckness, una de las colaboradoras más cercanas de Paul Allen en sus vuelos, quien, al contrario que otras personalidades que vivieron la mala reputación de ese vestuario, deja una mirada lúcida de los defectos y virtudes de aquella generación.


"No me arrepiento de haber dado el salto desde el instituto a la NBA. Ningún college me podría haber enseñado tanto como entrenar cada día con Pippen, Sheed, Sabonis, Grant, etc."- Jermaine O'Neal.



Cada campaña, el equipo parecía sufrir mil transformaciones que desconcertaban a propios y extraños. En el ecuador de la temporada 200/01, Portland era el número uno en porcentaje victorias-derrotas en regular season. Posteriormente, traspasos inadecuados y varias comparecencias ante la justicia les hicieron desplomarse en la clasificación y ser barridos de forma triste ante los Lakers, contentos los angelinos de que los adversarios que peor se lo habían puesto estuvieran demasiado ocupados destrozándose a sí mismos.



Incluso en la decadencia fueron capaces de rozar lo milagroso. Ocurrió en los Playoffs de 2003, los Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki tenían a los Blazers colocados 3-0 abajo en la primera ronda. Llevaban tres Playoffs sin saber lo que era la victoria. Sin que nadie supiera explicar bien cómo, los Blazers emergieron para abatir a los Mavs los tres siguientes duelos. Con el medio salto que le quedaba de su físico maltrecho, la jerarquía de Sabonis sostuvo a los suyos hasta ser (otra vez) expulsado de forma absurda. Hasta el último cuarto del séptimo día estuvieron a punto de hacer algo que nunca antes había ocurrido en la NBA.



Hay también algunas notas de emotividad como las crónicas que Damon Stoudemire brinda de sus actuaciones en Porland, ciudad con la que vivió un matrimonio a la italiana. En muchas ocasiones, el pequeño base se muestra mucho más severo que el peor de los críticos. Steve Kerr, hoy flamante técnico de los Warriors, rememora que, en ocasiones, algunos medios manipularon fotos de los Blazers en actividades comunitarias para hacerles quedar como villanos. El rubio triplista militó en organizaciones sin fisuras como los Bulls de Jordan o los San Antonio Spurs de Popovich, sin que ello le haga dejar de recordar con nostalgia aquel año con los sospechosos habituales del reinado políticamente correcto (y con cobertura para grandes mercados como LA) que el inteligente David Stern quería colocar.


"Fue una de las temporadas más divertidas que tuve como profesional"- Steve Kerr.



Se deja el libro con la sensación de haber conocido un poco mejor toda una época. Que hemos aproximado la mirilla a una NBA más real que la normalmente envuelta de la mejor manera posible por un marketing altamente eficaz. Un sistema del que los implicados en los Blazers fueron víctimas y verdugos. ¿Suponen la excepción o una mirada igual de perspicaz sobre otras plantillas revelarían pautas similares en otras franquicias?



Odiados incluso por mitos como Bill Walton (quien fuera una de las mega-estrellas de los Blazers en sus años dorados), resultan esclarecedoras las consideraciones de antiguos árbitros como Joey Crawford, capaz de poner en la balanza varios argumentos interesantes. O la mención a Tim Doanghy, cuyo escándalo salpicaría no pocos aspectos de la forma de aplicar el reglamento. Perdida la razón en sus formas y actitudes escandalosas, el futuro terminó dando la razón a algunas de sus quejas a estos antihéroes.



Para leer con detalla y tranquilidad, en una historia plagada de grises y que respira pasión por el baloncesto. Ni lo bueno ni lo malo se omite. En una época pasional y turbulenta, esta mirada lúcida y tranquila de al autor era justo lo que se necesitaba.



BIBLIOGRAFIA:



- EGGERS, K., Jail Blazers, Sports Publishing, New York, 2018.



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



https://www.amazon.com/Jail-Blazers-Portland-Became-Basketball/dp/1683582608



https://losangeles.cbslocal.com/photo-galleries/2012/02/24/lakers-classic-6400-game-7-vs-portland/



https://www.gettyimages.ae/detail/news-photo/arvydas-sabonis-of-the-portland-trail-blazers-dunks-the-news-photo/51547406 [Fotografía realizada por George Frey]



https://hoopshabit.com/2016/08/28/portland-trail-blazers-25-best-players/11/