lunes, junio 4

Push it to the limit




"Nos dimos cuenta de que nos arrollaron en los dos primeros cuartos". Stephen Curry había entrado en estado de éxtasis al comienzo de la segunda mitad del séptimo choque de las apasionantes Finales del Oeste. El Toyota Center ha sido causas de muchos quebraderos de cabeza para los vigentes campeones de la NBA. Sus dueños, los Houston Rockets, les impusieron un ritmo imposible de seguir para tener el mejor récord y la ventaja de campo. Incluso a medida que recuperaba piezas para los Playoffs, Steve Kerr andaba de puntillas cada triunfo en eliminatoria, consciente de que les aguardaba un Juggernaut al final del camino. 



Por eso fue tan importante para Curry y Durant cambiar el momentum de aquel desenlace fatídico. Los pupilos de Mike D´Antoni se habían sobrepuesto a todo, incluso a perder a su gran cerebro en pista, Chris Paul. Sin CP3, los locales estaban dominando a los visitantes, incluso con el espectacular James Harden a niveles humanos. Pero lentamente se iban desgastando mientras el reguero de triples de San Francisco empezaba a caer. Debe ser una sensación de brutal injusticia medirse a esta maquinaria tan bien engrasada. En ocasiones, Golden State destruye en cinco minutos lo que se ha tardado toda una noche en construir. 



Algunas de las personas que mejor analizan el baloncesto no tuvieron piedad. La hoja estadística reflejaba que los Rockets murieron obsesionados por la línea de tres, sin la sagaz brújula de su playmaker para saber encontrar otros recursos. Ariza y Harden fueron los primeros en ser enviados al paredón. Con todo el respeto, no era difícil afirmar que a Houston se le escapó una opción muy importante por esta falta de registro. Lo complicado fue la apuesta de todo el staff y plantilla de D´Antoni a comienzos de curso para poner patas arriba la liga más exigente del mundo y llevar una Némesis casi imposible de vencer a ofertar su mejor versión. 


Agamenón: ¡Aquiles es solo un hombre! 

Ulises: Héctor es solo un hombre...y mira lo que nos ha hecho. 

Troya, versión cinematográfica del texto homérico La Ilíada a cargo del director Wolfgang Petersen (2004). 




¿Vamos a volver a presenciar algo así en la conferencia Este? Estas semanas de baloncesto no pueden resumirse en la siguiente afirmación: Cleveland Cavaliers es un equipo donde juega Lebron James. Sería una falta de respeto a jugadores de talento como Kevin Love, JR Smith, José Manuel Calderón, Korver, etc. Sin embargo, es absolutamente certero decir que cualquier equipo de los que estaban en cuartos sería el máximo candidato al trofeo si hubiera tenido a Lebron. La capacidad del dorsal 23 de determinar el rumbo de los partidos es única. Tras un esfuerzo hercúleo ante Indiana, vino la sorpresa ante los Raptors, donde sus compañeros le ganaron el único partido donde él no estuvo tan inspirado. 



Tyronn Lue sufrió muchísimo ante la imaginativa pizarra de Brad Stevens. Lo dijo James con gracia: "No sé a qué vienen tantos elogios ahora. Lleva todo el año haciéndolo muy bien". Todo el curso hemos visto a unos Boston Celtics capaces de re-inventarse ante dramáticas lesiones y perdida de estrellas. Han respondido como un bloque sin fisuras y han creado un crack con un futuro que asusta: Jayson Tatum. Su mate ante su ídolo Lebron en el séptimo formara parte del imaginario del nuevo Garden. Durante seis partidos, ni Boston ni Cleveland lograron robar una victoria en el feudo ajeno. 



Muchos se echaron las manos a la cabeza ante lo que pasó. Otra vez Cleveland. El ejército de un solo hombre. Parecía que no querían disfrutar de una lección de deportividad muy necesaria en estos tiempos que corren. La parroquia verde estuvo a la altura de su leyenda de franquicia más laureada. Atmósfera infernal en cada posesión y tiro libre del adversario, galantes en la derrota en cuanto el árbitro pitó. Tatum se fusionó en un emotivo abrazo ante el MVP indiscutible de la conferencia. Le susurró algo al oído el tipo del que tenía en póster en su casa. 


"La prensa y los medios suelen acentuar lo no logrado antes que lo mucho conseguido"-Jorge Quiroga y Eduardo Schell hablando del legado de la pareja formada por Stockton-Malones.



El riesgo de quemarse fue pasando de mano en mano. Los tres primeros encuentros mostraron a  Golden State totalmente recuperado, confirmando que Kerr y el equipo médico habían sabido dosificar a Curry para traerlo mejor que nunca de vuelta. Mientras, Klay Thompson exhibía que es una de las personas que se mueven mejor sin balón de la liga desde los tiempos de RIP Hamilton o Reggie Miller. El cuarto día, la Barba y compañía robaron un partido que tenían totalmente perdido para cambiar absolutamente las percepciones sobre la serie: del 3-1 al 2-2. 



El quinto fue un intercambio de golpes brutal. CP3 y Curry disfrutaron, por más que en algunos mentideros se buscase alguna polémica absurda. Muchos empezaban a pensar que la ausencia de Iguodala, el mejor defensor posible para estrellas adversarias, iba a ser la causa de la caída de los orgullosos defensores del título. Pero por el camino, en esa gran victoria del quinto día (el momento bisagra), el peaje a pagar por los locales fue altísimo: Chris Paul. El sexto día, los Rockets hicieron todo lo posible para no volver a casa. Durant, de menos a más y sobreponiéndose a días con problemas en el tiro, y cía lo evitaron en una de esas segundas mitades donde los Warriors juegan con su salud y les termina saliendo bien.   



Draymond Green, el villano favorito, fue uno de los culpables con acciones decisivas. Se entiende que entre los fans de Oklahoma haya una sensación de desmantelamiento de un equipo maravilloso. ¿Se los imaginan con Harden y Durant de nuevo, acompañando a Westbrook? Pero en el resto de la liga parece existir la amenaza hacia el nuevo rico. No son los Lakers, tampoco el Real Madrid o los Yankees de New York. Pero Golden State también sabe llegar a las finales como si las coleccionase, llevando el basket a otro nivel. Da igual si se lo permiten o no. Cuando se vayan, porque al final todos pierden, los vamos a echar mucho de menos. 


"Es difícil decir algo de él...que no sea incluirle en el top de los mejores de todos los tiempos"-Oscar Robertson. 



Lleva ocho años llegando a las finales. Tiene dos oros olímpicos y un bronce colgándole del cuello. Sin embargo, para algunos sigue sonando a una especie de blasfemia. Michael Jordan es un nombre sagrado, por méritos propios, dentro del universo baloncestístico. No obstante, si hay alguien que ha llamado, junto a Kobe Bryant, a la puerta de su reino ha sido Lebron James. Realmente, no hay adjetivos para lo que ha logrado con unos Cavs sin Kyrie Irving. 



El duelo ante los jóvenes Celtics le ha obligado a sacar lo mejor de sí mismo y sus compañeros. Nadie lo apreció más que Brad Stevens en rueda de prensa. El sagaz entrenador de Boston lo admitía. No podía pedirle más a sus jugadores. Habían hecho al mejor jugador del planeta esforzarse al máximo. En no pocas ocasiones, lograron ponerle contra la espada y la pared. Pero al final daba igual. Como en aquella mágica noche en el Palace o sus duelos ante el primer Big Three, siempre termina encontrando una forma de volver e involucrar al resto. 



Lo hizo porque aprovechó como nadie la energía extra que aportó Jeff Green en varios momentos de la serie. Ninguna IQ en el mundo saca más partido de lo que tiene alrededor. Si los Cavs están finos, James les hace levitar. Si se hunden, él se echa el barco a las espaldas y lleva a cada marinero hasta la costa. Resumir tantas hazañas en que ha vuelto a la conferencia Este aburrida sería como decir que la primera NBA era un tostonazo por culpa de Bill Russell. Al mito verde muchos no lo pudimos ver, con Lebron sí, qué privilegio. 


"Habrá sido un toque de atención para la prensa, no para nosotros"-Steve Kerr.



Los mentideros se empeñaban en decir que iba a ser una Final sin garra. El legado que dejó David Stern fue una curiosa mezcla de grandes aciertos y un marketing polémico, la sensación de que todo valía por las audiencias. En una nueva administración, la NBA debería asumir que tiene demasiados buenos equipos para tener ese pánico a que una serie acabe antes de la cuenta o que tal franquicia daría más rating que la otra porque está en el litoral. Lejos de asistir a una coronación de los Warriors, Lebron salió en su máxima expresión para pasar de la cincuentena de puntos. 



Golden State iba sobreviviendo por el buen hacer de sus secundarios de lujo. Me gustaría partir aquí una lanza por Shaun Livingston, un jugador muy inteligente para aprovechar su tiempo en pista. Como fuere, los Cavs mostraron un dominio del rebote insultante. Por ello, cuando el tiro libro de George Hill salió rebotado por el hierro, JR Smith fue el más rápido de la clase. El partido estaba empatado y tenían segundos suficientes para silenciar al Oracle. Entonces, el dorsal 5 de los Cavs tomó una decisión extraña. 



Muchos se preguntan cómo un profesional con 14 años de servicio podía tener el descuido de olvidar que el marcador estaba empatado. La respuesta está en que eso pasa en muchas ocasiones, incluso entre la élite. Rasheed Wallace, uno de los mejores defensas interiores de la segunda generación de los Bad Boys, dejó solo a Robert Horry en una prórroga clave para hacer una ayuda absurda. Popovich, técnico de técnico en los Spurs, sacó a Tim Duncan cuando el rebote era esencial para evitar el triple milagroso (que ocurrió) de los Heat cuando olían el anillo. Y así tantos otros. Se repondrá, porque hay mucha sabiduría de salón desde la barrera. 


"Es el mejor tirador que he visto"- Ray Allen sobre Stephen Curry.



Y estalló. Cuando tiene ese día, solamente puedes sentarte y disfrutar. Curry entró en su zona y se desplazó a nueve triples en un partido que empezó tenso. JR Smith salió ovacionado con vítores irónicos de MVP. El Oracle lo había pasado mal el primer día y desahogó miedos con la víctima propiciatoria en la edad de los memes. El antiguo crack de los Nuggets  no tuvo una noche especialmente afortunada, si bien Lebron y Love sí comparecieron al reto. En The Q deberá lamerse las heridas y volver a ofrecer lo mucho que tiene a su escuadra. 



Lo que parece incorregible es la inmadurez galopante de Draymond Green. Una pena porque es un excelente baloncestista, un fichaje que cualquiera querría hacer. Lástima que abra la boca antes de pensar en muchas ocasiones. En la atmósfera de un transatlántico que lleva cuatro finales consecutivas las payasadas hacen gracia, pero queda en el recuerdo aquella suspensión que fue decisiva para que los Cavs levantasen un 3-1. Mucho ojo con ese pique ante Tristan Thompson. 



Con todo, hablemos del juego coral de pases a cargo de los pupilos de Kerr. El despliegue de la pasada madrugada evidencia el aroma a dinastía que desprende este proyecto. Curry y su sonrisa reflejaban que el ataque también sirve para partidos con campeonatos en juego. Queda mucho, un mundo, un océano de dinámicas de estas Finales. No se amarguen por esta tetralogía de enfrentamientos. Disfruten de algo histórico. Algún día presumiremos de haber sido testigos directos de esta rivalidad. Los supervivientes ante dos equipazos como Houston y Boston. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



-http://www.startribune.com/warriors-reach-4th-straight-nba-finals-with-win-over-houston/483901511/



-http://www.theplayoffs.com.br/nba/lebron-james-exalta-jayson-tatum-eu-so-sei-que-ele-foi-construido-para-o-estrelato/



-https://www.thedreamshake.com/2018/1/20/16912330/houston-rockets-vs-golden-state-warriors-game-preview-james-harden-steph-curry-kevin-durant-mvp



-https://cavsnation.com/cavs-news-lebron-james-ties-michael-jordan-for-career-20-point-games/



-https://eu.cincinnati.com/story/sports/2018/06/01/did-j-r-smith-think-cavs-warriors-nba-finals-game-1-tied-not/663494002/



-https://www.news5cleveland.com/news/news-photo-gallery/nba-finals-game-2-cavs-vs-warriors-in-photos#id21