lunes, junio 11

"Si vas a perder, hazlo tirando"- Michael Jordan.



A veces, una jugada es la metáfora de toda una serie. Transcurría el primer cuarto en Cleveland. La fiel hinchada de The Q quería prolongar la lucha por el anillo, esa contienda a la que se han acostumbrado durante cuatro años. El base visitante, Stephen Curry, esperaba bastante alejado de la línea de tres puntos a JR Smith. Cuando logró fintar a su defensa, ambos chocaron para que el atacante tuviese que lanzar de un salto antinatural un triple que parecía más propio de ciencia ficción. Entró limpio. Colocaba el 3-13 en el electrónico. En ocasiones, parece que Golden State Warriors tiene la confianza en que la providencia les va a salvar en circunstancias donde otros desesperarían. 



Curry venía de dejar atrás la mítica marca de Pippen y Ray Allen de triples convertidos en la máxima instancia. Igual que ellos, sufrió de la pólvora mojada tras lograr robar el fuego a los dioses, puesto que la estadística es implacable, incluso con los genios. Pero cuando tienes a Kevin Durant contigo puedes dedicarte a repartir asistencias el día que no estás fino. Aquel cuarto juego, el asesino con cara de dulce niño que no ha roto un plato volvió con sus mejores piezas de artillería. 



JR Smith venía de sufrir lo contrario. Su error decisivo en el primer juego le hacía carne de cañón de esta generación de memes y redes sociales. Jugador de tremendo talento, igual que el resto de sus compañeros, se veía fuera de foco. A distancia de muchas otras ocasiones, donde vivieron vibrantes batallas, se veían como espectadores de lujo de un show ajeno. Golden State hipnotiza, sojuzga y atenta contra la salud de sus detractores. Como Eslovenia en el pasado Eurobasket, hay veces donde tenemos derecho de decir una nueva máxima: "el ataque también gana campeonatos". 


"Tiene la mentalidad de un asesino"- Lebron James. 



Era todo felicidad. Hizo una apuesta que dejó a los Thunder sin un dueto maravilloso. Kevin Durant era consciente de que todo lo que no fuesen campeonatos inmediatos sería carne de crítica. Uno de los mejores atacantes de siempre ha tenido un viaje extraño. Podemos vernos tentados a pensar que es muy fácil insertar a un anotador número uno, excepcional y casi indefendible, en la brillante orquesta de Steve Kerr. Vuelvan a ver su primer partido oficial ante San Antonio cuando debutó con la elástico de San Francisco. Ante el implacable bloque Spur, Durántula no se encontró nunca cómodo, sus compañeros no sabían cómo aprovechar sus virtudes, existía falta de comunicación en defensa, etc. 



Este año, además, ha tenido constantes problemas con las técnicas en una NBA obsesionada con lo políticamente correcto. Tampoco ayudó tener que correr detrás de una liebre como Houston Rockets con Curry lesionado. Por eso Kerr y su staff son tan buenos. Se han respetado los plazos. Convencer a tipos tan competitivos como Curry o Iguodala de que solamente jugarían cuando estuvieran sanos no es tarea nada sencilla. Mientras todo eso ha pasado, Kevin Durant estaba allí para demostrarnos que puede anotar en cualquier punto de la cancha. Su tercer partido estuvo cercano a la perfección. Incluso un mito como Lebron James, de exhibición en exhibición para llevar a Cleveland a lo más alto sin Irving, se rindió ante él. 



Apasionante debate su MVP, puesto que Steph hizo también muchísimos méritos. Pero nada que acabe con el dorsal 35 y un nuevo trofeo debe ser llamado injusto. Ahora su conexión con Green es total, currantes (en el mejor sentido de la palabra) como JaVale McGeee o ese tipo tan inteligente que se llama Shaun Livingston se benefician de estar con alguien que atrae toda la atención del mundo. ¿Renovará? Sin duda, será prioritario en San Francisco. En este proyecto mágico que hace a la franquicia mirar con sonriente y sano espíritu de reto a dinastías como Celtics, Bulls, Lakers, Spurs o Pistons, lo merece. 


"Klay Thompson, Warrrios abajo y él al rescate"- Andrés Monje. 



Uno de los mayores placeres que tienen las personas aficionadas a la NBA en lengua castellana es poder leer a Andrés Monje. Excelente analista con un toque muy personal; si tiene una debilidad en los actuales campeones es, sin duda, Klay Thompson. No es para menos. Recordaba hace algún tiempo cierta noche con aire de eliminación para Golden State que él convirtió en una jornada épica. Hablamos de sus 11 triples cuando Durant y Westbrook tenían en la lona a los pupilos de Steve Kerr en las Finales del Oeste. Bastaría para que en la Bahía lo tengan en su santoral, aunque es solamente uno de sus variados milagros deportivos. O, mejor dicho, su extraña rutina. 



Es la pieza que sabes que no te va a fallar. Los Warriors tienen valores jóvenes como Young y veteranos con mil cicatrices como West, gente muy solvente y excelente para coger dinámicas ganadoras. Pero una de las certezas infalibles es que Thompson te va a firmar 20 puntos o más. Y no ha tenido problema en coger de compañeros de danza a los menos apetecibles candidatos: el año pasado Kyrie Irving puede dar buena prueba de ella. Un tipo infalible, la otra mitad de la sonrisa que conforma la línea exterior con Curry. 



Hay prisa por buscar sustitución. La moda manda y no hay una atmósfera para paladear lo mucho logrado. Me gustó que el Comisionado Silver afirmase que no le inquietaba la cuarta final consecutiva Warriors-Cavaliers. Parece un acierto ponerse en un neutral margen. David Stern fue un gestor extremadamente inteligente que dejó muchas cosas buenas y otras bastante menos positivas. En la segundas estaba su obsesión por decir públicamente a quiénes quería en las finales, qué era bueno para las audiencias, cómo estaban los mercados... Golden State y Cleveland volvieron a llamar a la gloria por sobrevivir a dos señores equipos: Houston y Boston. 



Se avecina una verano donde algunos de los mejores atletas y staff técnicos del mundo estrujaran sus células grises y músculos en el gimnasio para encontrar fisuras en unos campeones intratables. Y llegará, no lo duden, el momento que unos Rockets, Spurs, Celtics o ciertas sorpresas (Lebron mediante) que lo lograrán. Mientras eso ocurre, un humilde consejo: disfruten de lo que estamos viendo estos últimos cinco años. El equipo que ganaba campeonatos divirtiéndose y atacando. Aunque, claro, como bien nos recordaba Pops, "la gente suele olvidarse de que defienden muy bien". Por eso, son una dinastía que ha roto los moldes, una leyenda fuoriclasse...



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