Amigos
Sarunas Jasikevicius es un entrenador peculiar. Edgaras Ulanovas había anotado un triple prácticamente decisivo para darle al Zalgiris de Kaunas una victoria sufrida en la prórroga disputada por los lares del Pireo. Estaban robando la ventaja de campo. Sin embargo, el lituano aprovechó la oportunidad de que pasase por su banda para recordar a su pupilo una floja defensa sobre Printezis en una acción previa. La estampa recordaba mucho a su 2003 con el maestro Pesic a los mandos y el killer lituano vistiendo la elástica blaugrana. El partido de cuartos de final de Euroliga tuvo de todo. Vassilis Spanoulis, uno de los mejores jugadores en la historia del campeonato, se iba francamente molesto por el inesperado revés y las decisiones de los colegiados.
El camino a vestuarios fue caldeando el ambiente hasta que el técnico llamó al genio heleno, quien estaba cargando las tintas sobre todo aquel que cometiese la osadía de toparse en su camino. Aunque ahora fuesen rivales, ambos habían hecho muy felices a los aficionados del Panathinaikos con el legendario Obradovic. El escolta con hielo en las venas en el último cuarto y el base de las asistencias imposibles se entendían muy bien dentro y fuera de la cancha. Por ello, causaba estupor ver aquel asomo de desafío.
Sfairopoulos demostró no solamente ser un gran técnico, capaz de mantener al Olympiacos en su privilegiada posición de los últimos años en el Viejo Continente. También se erigió como un caballero al intentar poner un poco de orden. Jasikevicius pareció serenarse y habló de honrar la vieja amistad. Aquello era suficiente para el demonio de Larisa, quien bajó las pulsaciones. Ambos se chocaron los puños y cada cual se fue a apoyar a su respectivo equipo. Pero como amigos. Las personas amantes del basket se calmaban, nadie quería esa guerra porque no podríamos elegir, los queremos a los dos demasiado por tantas actuaciones inolvidables.
Gregg Popivich ha tenido una de las mejores carreras en los banquillos de la NBA que se recuerdan. Comenzó siendo un excelente sargento de hierro, un obsesionado del rebote en los años de Tim Duncan y David Robinson en El Álamo. Posteriormente, el férreo amante de la defensa decidió incluir un ataque ilustrado a su libreto, atrayendo talentos de Francia y Argentina para enriquecer su trabajo. Cuando parecía consolidado, decidió dar un paso más y desarrolló un generalato renacentista para obtener uno de los anillos más recordados de todos los tiempos, ahogando con sus pases a una máquina de ganar anillos como los Miami Heat de los Beach Boys.
A estas alturas, parece que no hay ninguna situación en una cancha de basket por la que no haya pasado. Ante los micrófonos alterna un humor socarrón con verdaderas lecciones de compromiso en la América de Trump. Ha ganado ante todos sus rivales. Ha perdido también en innumerables ocasiones ante ellos. Siempre lo ha hecho con gracia. Y eso cuenta en la faceta más importante de cualquier trabajo, la personal. Desde su entrañable amistad con Larry Brown a toda esa generación de jugadores texanos a los que ha enseñado a comportarse como un bloque durante más de dos décadas, nadie duda de su conocimiento en materia de los aros.
En mitad de la serie ante Golden State, estalló la noticia del trágico fallecimiento de su esposa Erin. Al parecer, era el resultado de un proceso de larga enfermedad que la familia mantuvo en una sobria discreción. Por motivos lógicos, Pops no estuvo en la banca las siguientes jornadas, pero toda la NBA se encargó de hacer llegar sus condolencias por la irreparable perdida. Lebron ahogaba sus lágrimas mientras Durant escondía un escalofrío en el cuerpo. Nadie sabía qué decir, limitándose a inundar a su admirado rival con palabras de cariño. Como pasa en las familias. Erin Popovich fue la mejor compañera y uno de los pilares de una de las carreras más sobresalientes con la pizarra desde que tenemos memoria.
Honor a quien honra merece
No fue un plato de gusto. José Manuel Calderón estuvo a punto de marchar a un equipo con grandes aspiraciones de obtener títulos, los Golden State Warriors. Sin embargo, las lesiones y una necesidad imperiosa de cubrirlas con un jugador interior llevaron a la franquicia de San Francisco a tener que usar esa plaza del fichaje por urgencia. En un buen detalle, Steve Kerr llamó personalmente al base extremeño para explicarle la situación. No era tarea fácil. El playmaker había dejado un buen dinero en Los Ángeles para poder ir con Curry y compañía.
Kerr acabó muy impresionado de la calidad humana de su frustrado fichaje, capaz de ser empático con las necesidades ajenas y dando siempre el beneficio de pensar bien de los demás. El ex triplista de los Bulls afirmó que esperaba que pronto volviese a circular su ficha en el mercado NBA. Así ha sido. Sin encontrar la estabilidad deseable, la travesía del hispano por el otro lado del Atlántico solamente puede ser catalogada de trabajadísima. Récords de tiros libros en Toronto, experiencia en LA, compañero de vestuario de Nowitzki, etc. Nadie le ha regalado nada y siempre ha salido a comerse el mundo.
Tal vez por ello Lebron James le dedicó aquellas palabras. Cleveland ganaba cómodo en Detroit, en un partido donde Calderón se salió tomando buenas decisiones. El rey de la liga aprovechó su poder mediático para poner los focos en un compañero que en su talante discreto puede pasar desapercibido de forma injusta. La cosa siguió con Knicks y Raptors, donde incluso se disparó su mejor anotación de la temporada. James volvió a citarlo, además en su contexto. Se ha medido en cuartos y dos finales de Juegos Olímpicos a este tipo inteligente y que sigue en la élite sin importar la adversidades.
FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
-http://www.marca.com/baloncesto/euroliga/2018/04/19/5ad8506e268e3e700f8b4577.html
-http://ebasket.gr/2017/05/otan-i-dream-team-tou-panathinaikou-efthase-stin-korifi-vids
-https://us.as.com/us/2018/04/19/masdeporte/1524106850_149697.html
-http://www.cleveland.com/cavs/index.ssf/2017/12/jose_calderon_lebron_james_con.html
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