lunes, diciembre 11


Hermanos de sangre




Son Parmenión y Filipo II. Durante años en feroces batallas de Euroliga, Giorgos Printezis ha sido el mejor socio posible para Vassilis Spanoulis. Tras una lesión que se ha alargado más de la cuenta, el segundo volvía a jugar en Atenas, mientras un montón de gargantas amantes del Olympiacos se preparaban para recibir la visita de un club con el que están habituados a disputarse la F4: el Real Madrid. Aroma a clásico aunque sea en fase regular. La atmósfera fue de desasosiego, de unas terribles Termópilas donde Felipe Reyes, Papanikolaou, Tavares y cía repartieron de lo lindo, dando y recibiendo bajo tableros. 



Tras su exhibición anotadora para remontar a los pupilos de Pablo Laso en la final de Londres, debe reconocerse que el staff técnico merengue ha hecho muchos ajustes adecuados para, en la medida de las posibilidades, frenar el incontenible caudal anotador del demonio de Larisa. Sfairopoulos respiró tranquilo, todavía no es la máquina encestadora de siempre, pero todo parece indicar que Vassilis estará sano cuando de verdad se deciden las clasificaciones. La pasada semana se destapó en el terreno de las asistencias. Si él sonríe, el Estadio de la Paz y la Amistad se permite soñar. 



Sin embargo, el Madrid siempre encontró los mecanismos para volver. No importan las lesiones o que en la andadura de este curso los resultados no acompañen como antaño, es difícil que desconecten de un partido, seña de identidad de las grandes escuadras. Lo más llamativo es que quien tira del carro es el más joven, un Luka Doncic que por momentos se doctoró en la capital helena. 33 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias. Parecen estadísticas propias de Magic Johnson o Jason Kidd, pero su poseedor es el niño prodigio del basket esloveno. 


Las pequeñas cosas que importan



Lo advirtió Laso en vísperas del último encuentro de la Euroliga que terminó con el Madrid celebrando el entorchado. Estaban en rueda de prensa y el técnico español señaló que no solamente había que fijar la atención en el "Kill Bill" del basket continental. "No podemos dejar a este señor hacer las cosas que sabe". Printezis, quien estaba presente en representación del Olympiacos, se rió con amabilidad por el elogio. En el pasado choque volvió a demostrar que esa preocupación era una gran verdad. 



Durante un primer cuarto explosivo, el ala-pívot griego marcó el ritmo rocoso y físico que tan bien le viene a los del Pireo. Un ritmo extenuante para un conjunto español entre algodones en los últimos tiempos. Justo la velocidad que menos le conviene a artistas como Rudy Fernández. Jaycee Carroll y Reyes, cada uno en su estilo, fueron quienes mejor interpretaron lo que les planteaba un Oly encantado de conocerse a sí mismo. Doncic fue cosa aparte, fuera de concurso. 



Ironías de la vida, Printezis tuvo el sello de la victoria con dos tiros libres. No lo aprovechó. Muchos se tirarían de los pelos en esa tesitura, sobre todo cuando Felipe Reyes se encargó de mandar el balón a Esparta para evitar cualquier rebote ofensivo. De cualquier modo, Giorgos pensó que le quedaba toda una prórroga para redimirse. Y con tipo como Evangelos Mantzaris haciendo labores imprescindibles de intendencia, todo parece más fácil. 


Cayó como la nieve. Fue un triple de una sutileza increíble, justo cuando la bola quema. Luka Doncic no dio miedo por el recital de anotación y dirección que firmó ante un rival con piel de campeón. Lo peligroso del base es la eterna sonrisa con la que parece jugar, su manera de sortear agarrones, empujones y codazos malintencionados sin perder el disfrute por pedir el balón. Se estaba divirtiendo y colocó al Madrid con ventaja. Printezis, curtido en mil batallas, decidió que era el instante preciso de cambiar el tempo del encuentro. 



Buscó a la estrella del partido y le superó al poste bajo, volviendo a hacer gala de su legendario y subestimado gancho de izquierda. No había terminado. Luego llegó un triple. Después, un par de buenas defensas. Una canasta afortunada con complicidad de los duendes de los aros. Incluso se animó a firmar un pase de espaldas. El éxtasis para la grada llego con un feroz mate a dos manos. 



"El líder del equipo es él", afirmó el mejor general del Olympiacos, siempre dispuesto a dar reconocimiento al rey Spanoulis. Esa alianza que forjaron hace tantos años sigue siendo una de las parejas más temidas y envidiadas en la Euroliga. El Madrid se fue pensando en su siguiente duelo ante el Barcelona, justo tras una victoria milagrosa frente al Murcia por la pericia de Thompkins, y que no puede permitirse no materializar en victorias continentales las constantes exhibiciones de Doncic. ¿Habrá un nuevo episodio en la F4 de esta rivalidad?



Por si acaso, los últimos hetairoi del basket heleno afilan sus armas. Nadie querrá cruzarse contra esta legendaria pareja por el camino al éxito. 



ENLACES DE INTERÉS:



-MEJORES JUGADAS OLYMPIACOS-REAL MADRID (2017)



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



-http://www.euroleague.net/main/results/showgame?gamecode=88&seasoncode=E2017#!photos



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