lunes, mayo 8

La grandeza del Madrid de Laso




Ha sido una temporada extraña. Un equipo campeón de todo ha jugado con su salud y la de sus aficionados más de la cuenta; sin embargo, al final del día, el Real Madrid comandado por Pablo Laso en el banquillo y Sergio Llull en el espíritu no ha fallado en la Euroliga. David Blatt y su astuta pizarra lograron dar un susto en la capital española, pero fue la única alegría que les permitieron los Doncic y compañía. Al final de otro curso de locos, los blancos siguen camino de la F4 y transmiten la sensación de que es una insolencia pensar que existan límites a sus aspiraciones. 



Los merengues no tuvieron miedo en el feudo del Darussafaka, cuando tocó sufrir, lo hicieron defendiendo muy bien. Si era a hora de correr, nadie lo hace como ellos. Cuando se exige talento tienen al niño maravilla; en caso de precisar músculo no exento de clase, los Nocioni, Ayón y Reyes son una garantía que exagera el fuego competitivo a los niveles de gran incendio. El choque con el Fenerbahce será de altos vuelos, una maravilla que las personas aficionadas al basket esperarán con ansía. 



La grandeza de los de Laso señala al resto de sus competidores en los torneos domésticos. Quien gana casi todo se refuerza constantemente y se pregunta cómo mejorar, mientras el resto parece apático y complacido ante la perspectiva de que ya se cansarán de ganar. No lo van a hacer. Solamente hay una barrera para este Real y es en Europa, donde se encuentra con otros tres candidatos a su nivel. Ahí sí, si los españoles juegan con su salud como lo hicieron en Copa del Rey, correrán graves riesgos. Si se lo toman en serio, apostar contra ellos es arriesgar el dinero de manera innecesaria.


El viejo zorro lo ha vuelto a hacer




Tampoco ha sido normal el curso baloncestístico del Fenerbahce, el vigente subcampeón del torneo, una escuadra que se quedó a una décima de segundo de alzar el ansiado trofeo. Sin embargo, los turcos han alternado compases excelentes con serias dudas. Su bajón llegó en mal momento, aunque ante el Panathinaikos sacaron todo el juego del que son capaces, hasta el punto de reducir a un hueso tan duro de roer como los pupilos de Xavi Pascual a una eliminatoria que pareció casi sencilla. 



Un cambio de actitud e intensidad en el momento justo. Obradovic es el primer nombre que viene a la mente. El maestro de los banquillos lo ha vuelto a hacer. La metamorfosis del equipo viene en el día D y la hora H. Ahora se van a jugar lo que marcará la nota final de su temporada en casa y con una grada entregada. El rival es el peor posible, el Real Madrid, pero ellos ya saben lo que es ganarles desde el pasado curso. 



Bogdan Bogdanovic y su seriedad marcan la pauta de una constelación de estrellas que, cuando deciden actuar como bloque, tienen calibre NBA. Hace dos años eran muchos nombres y apellidos sin química. La pasada F4 fueron un tapado que por poco no logra la machada. Ahora a nadie le extrañaría que todo terminase, como suele suceder cuando este señor de los banquillos se propone algo, con el viejo zorro anotándose otro tanto a su excelso palmares.


Molon labe




Hace dos años, Andrés Nocioni afirmó que había que aplastar la cabeza del Olympiacos varias veces para que comprendieran que habían perdido. Tras la victoria blanca en la F4, las legendarias bestias del Pireo parecían haber abdicado con honor, tras dos bicampeonatos del cetro más codiciado de Europa, desafiando toda lógica en una inagotable sucesión de batallas apocalípticas en la pista. En esta ocasión, además se medían frente a un Efes que contaba con Bryant Dunston, antiguo guerrero de los tableros atenienses. Tampoco estaba ya Hunter. Han pasado muchos años y quedan pocos de aquellos baloncestistas del Ática que deslumbraron a los más poderosos adversarios. 



Sin embargo, cuando Estambul ya veía el billete a la final con más fuerza, el Oly recordó al mundo una verdad inmutable: no podrás bañarte dos veces en el mismo río, pero si le das a una escuadra a Spanoulis y Printezis, podrá mover el mundo. Espada y escudo de un equipo incapaz de ponerse límites, donde Lafayette apareció con un triple cuando más lo necesitaban los suyos. En Turquía, el Olympiacos luchó, como Julio César en Munda, por su vida, y el quinto día decidieron que estarían otra vez en su hábitat. 



Cualquier expectativa ha sido superada por los viejos rockeros de manera contundente. No obstante, querrán más, porque si alguien puede llevar a una máquina perfecta como el CSKA a tener dudas es Spanoulis. Y el resto lo hará el trabajo de sus compañeros, un conjunto sin el talento del aterior, pero con una fe que mueve montañas. Y si todo eso fallase, Printezis cogerá el rebote ofensivo clave. Un nuevo paso de las Termópilas ante el que deberían entregar sus armas con todos los honores. Sin embargo, conocemos su respuesta: "Molon labe". 


Todos los registros




Lo único malo del CSKA de basket es que, a veces, aburre. Bendita rutina pensarán los aficionados rusos. Película repetida. Los moscovitas supieron ser contundentes cuando les tocaba y sufrir si el rival era de altura. Con Vitoria vibrando como sabe, los visitantes sobrevivieron a una grada entusiasta y con una buena dosis de polémica en la última jugada. Hasta ese instante, Hines sacó músculo para poner ejemplo en una velada donde Higgins fue quien mejor miró el aro contrario. 



Y ahora, igual que sucede a los otros sublimes candidatos, el CSKA siente que tiene todo para soñar con el trofeo. Su plantilla millonaria está escogida con gusto, Teodocic y De Colo forman una de las pocas parejas que pueden volver loco a Pablo Laso y los suyos. Un dueto de exquisitos, dos joyas de la corona que apenas son, en este caso, las puntas de lanza de una maquinaria perfecta, engrasada para repetir el título. 



No les habrá hecho ninguna gracia saber que vuelven a verse con Spanoulis. De cualquier modo, tras el partido no apto para cardíacos con el Fenerbahce, los rusos viven cómodos ante la angustia. Los viejos fantasmas del pasado quedaron enterrados en el champán del triunfo. Una tetrarquía de equipos monstruosos, candidatos perfectos, CV impecables ante la más selectiva de las ofertas de trabajo. Solamente nos queda sentarnos y disfrutar. No se ha colado nadie. Están los cuatro mejores. Puede ganar cualquiera. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



-http://www.lavanguardia.com/deportes/baloncesto/20170428/422123336551/darussafaka-real-madrid-euroliga-final-four.html



-http://admin.euroleague.net/news/i/5x6eaj95rykp8plx/head-coach-zeljko-obradovic-fenerbahce-ulker-istanbul



-http://www.euroleague.net/main/results/showgame?gamecode=215&seasoncode=E2014



-http://www.euroleague.net/main/results/showgame?gamecode=252&seasoncode=E2016#!report