Un rumor superado
Hubo un tiempo en que los Oklahoma City Thunder eran un equipo humilde y que iba escalando en base a dos jóvenes talentos, Kevin Durant y Russell Westbrook. Apenas unos pocos años ha necesitado esta exuberante pareja, el tirador imparable y el point guard ultra-atlético, para convencer al mundo de que su franquicia pertenece por derecho propio a la élite del Oeste. Sin embargo, perdieron las Finales de 2012 ante los Miami Heat más poderosos que se recuerdan (4-1); poco después llegaría la salida de un James Harden que no se conformaba con ser el mejor sexto hombre de un aspirante serio al anillo. Aunque muy bueno, el rendimiento de los Thunder no fue el esperado las siguientes campañas, siempre acontecía una lesión, un bajón inesperado o, peor todavía, rumores de que sus dos mega-estrellas no se llevaban del todo bien en la pista. ¿Se repetía la historia de Kobe y Shaq?
Particularmente, este año no se contaba con ellos en las quinielas. Derrotas dolorosas con remontadas como la que sufrieron ante los Clippers encendieron a un Durant severo en rueda de prensa con las expectativas insatisfechas. De cualquier modo, mientras San Antonio y Golden State les alejaban de los focos, Billy Donovan ha demostrado ser un magnífico entrenador, con gran capacidad de hacer ajustes en las eliminatorias. Ante Dallas, Oklahoma venció sin excesivos apuros, más allá de un excesivo trash talking y conductas reprobables en la victoria y la derrota, salvaguardándose el honor por las palabras que KD dedicó al legado de Dirk Nowitzki. Frente a San Antonio, la cosa no pudo empezar peor, con una paliza antológica de los texanos. Pero sacaron su orgullo a pasear, reaccionaron al juego coral y exquisito de los de Popovich y, en un mar de polémica arbitral, lograron resolver en seis.
Durante todas estas batallas de Playoffs, Durant y Westbrook han escenificado lo magnífico de su relación, incluso dando ruedas de prensa conjuntas. También se ha notado un cambio en su discurso de sus primeros años. Ya no son dos jóvenes talentos prometedores, sino profesionales de rango All Star que incluso han optado por un look más "malote". Para más IMRI, en la Final del Oeste les esperaba su verdugo favorito, los Warriors que no han dejado cosechar elogios por su récord de 73 triunfos. De cualquier modo, los chicos de la bahía no estaban del todo finos y eso lo aprovecharon los Thunder para encontrar su momentum. Robaron el primer partido y aprovecharon su factor cancha para colocarse 3-1. La mirada del dueto era la de quien está acariciando el cofre del tesoro. No obstante, en frente, había un jugador un poco más especial de lo que ellos creían...
Cuánto pesa la corona...
Habían escalado el monte Olimpo y osado robar los rayos sagrados del recuerdo legendario de los Bulls de Jordan (SEÑORES DEL OLIMPO), solamente para descubrir cuánto pesa la corona. Como si deslumbrar a los espectadores con su juego vistoso no bastase. El proyecto iniciado por Steve Kerr y sus pupilos ha atraído grandes audiencias, generando rendidos admiradores... y poderosos enemigos. Muchos quieren ver caer a Golden State y es un deseo legítimo. Hay que aspirar a ganar al mejor, al defensor del título. Pero un halo de fatalidad cayó cuando su jugador franquicia, el MVP unánime, Stephen Curry, causó baja nada más empezar la serie contra Houston. Se oyeron cantos agoreros.
Y entonces, sin el crack, el resto de la manada acudió con grandeza. Thompson, Iguodala, Green y una ilustre compañía consiguieron pasar rápido una primera ronda que pudo complicarse más. Ante Portland, mismo discurso. El primer día que volvió el tirador nato, pudo participar poco. Pero ahí estuvo para deslumbrar a Portland y volver a enamorar a todos los amantes de la canasta. ¿Todos? No, porque Russell Westbrook no estaba dispuesto a dar regalías al dorsal 30. Westbrook definió a uno de sus rivales como un buen lanzador, algo que ya había visto en otras ocasiones. Cambio en el discurso del de Oklahoma, un jugador que cuenta con las bendiciones del mismísimo Kobe Bryant. Sin embargo, desde el inicio de la Final del Oeste, Russell fue noticia por lo excelente, lo regular y lo polémico.
El primer día ayudó a Durant a silenciar el fortín del Oracle, también levantó suspicacias por sus pasos perdonados cuando el partido estaba decidiéndose. Pero los Thunder tenían lo que querían, el factor cancha. Curry mató el segundo en apenas unos minutos de posesión infernal anotadora. No obstante, los Thunder avasallaron, vapulearon y pasaron por encima de los Warriors en los dos siguientes. Adams hacía el mejor basket de su carrera, Ibaka intimidaba, Durant y Westbrook parecían volar. Con los campeones contra las cuerda, Curry se inventó un robo a Durant y logró hacer vivir a los suyos un día más. Preguntados ambos por las capacidades defensivas de su adversario, Durant hizo un comentario irónico que fue seguido de una carcajada estentórea de Westbrook. Quedaba claro, el estilo Bad Boy no se limitaba a los cruces de cables de Green (irreconocible en el Chesapeake Energy Arena, haciendo un par de faltas antideportivas indignantes), sino que el trash talking camparía a sus años. También estarían pendientes algunos medios, quienes sacaron de contexto unas palabras de Adams para decir que el excelente pívot había llamado "monitos" a los jugadores exteriores de los vigentes campeones.
Habían escalado el monte Olimpo y osado robar los rayos sagrados del recuerdo legendario de los Bulls de Jordan (SEÑORES DEL OLIMPO), solamente para descubrir cuánto pesa la corona. Como si deslumbrar a los espectadores con su juego vistoso no bastase. El proyecto iniciado por Steve Kerr y sus pupilos ha atraído grandes audiencias, generando rendidos admiradores... y poderosos enemigos. Muchos quieren ver caer a Golden State y es un deseo legítimo. Hay que aspirar a ganar al mejor, al defensor del título. Pero un halo de fatalidad cayó cuando su jugador franquicia, el MVP unánime, Stephen Curry, causó baja nada más empezar la serie contra Houston. Se oyeron cantos agoreros.
Y entonces, sin el crack, el resto de la manada acudió con grandeza. Thompson, Iguodala, Green y una ilustre compañía consiguieron pasar rápido una primera ronda que pudo complicarse más. Ante Portland, mismo discurso. El primer día que volvió el tirador nato, pudo participar poco. Pero ahí estuvo para deslumbrar a Portland y volver a enamorar a todos los amantes de la canasta. ¿Todos? No, porque Russell Westbrook no estaba dispuesto a dar regalías al dorsal 30. Westbrook definió a uno de sus rivales como un buen lanzador, algo que ya había visto en otras ocasiones. Cambio en el discurso del de Oklahoma, un jugador que cuenta con las bendiciones del mismísimo Kobe Bryant. Sin embargo, desde el inicio de la Final del Oeste, Russell fue noticia por lo excelente, lo regular y lo polémico.
El primer día ayudó a Durant a silenciar el fortín del Oracle, también levantó suspicacias por sus pasos perdonados cuando el partido estaba decidiéndose. Pero los Thunder tenían lo que querían, el factor cancha. Curry mató el segundo en apenas unos minutos de posesión infernal anotadora. No obstante, los Thunder avasallaron, vapulearon y pasaron por encima de los Warriors en los dos siguientes. Adams hacía el mejor basket de su carrera, Ibaka intimidaba, Durant y Westbrook parecían volar. Con los campeones contra las cuerda, Curry se inventó un robo a Durant y logró hacer vivir a los suyos un día más. Preguntados ambos por las capacidades defensivas de su adversario, Durant hizo un comentario irónico que fue seguido de una carcajada estentórea de Westbrook. Quedaba claro, el estilo Bad Boy no se limitaba a los cruces de cables de Green (irreconocible en el Chesapeake Energy Arena, haciendo un par de faltas antideportivas indignantes), sino que el trash talking camparía a sus años. También estarían pendientes algunos medios, quienes sacaron de contexto unas palabras de Adams para decir que el excelente pívot había llamado "monitos" a los jugadores exteriores de los vigentes campeones.
Guerras de ratones y hombres
Cuenta la leyenda que Alejandro Magno dividía en esas dos categorías los conflictos, hablando de las cosas de pequeña importancia y las que realmente merecían la lucha. Klay Thompson no dijo esta boca es mía cuando Westbrook puso en duda la calidad de Curry. Existían muchas manera de matizar que el astro de los Thunder es físicamente indefendible por el MVP. También había hablado de más Green, pero sobre todo repartido. El propio Kobe Bryant le mandó un mensaje privado al móvil cuando su equipo estaba 1-3 abajo, animándole a intentar la proeza. Durant seguía con sus excelentes disparos pero también con ese tono más arrogante ante el micrófono que parece haber adoptado este curso. Hasta Curry entraba un poco al trapo: "No me importa nada lo que diga de mí", afirmó. Por eso, entre tanto ego y chanzas, hacen falta tipos que quieran salir a la pista a hacer lo que deben hacer, más teniendo en cuenta que piezas indispensables como Bogut se han contagiado de los extraño de esta serie. Y ahí, Thompson es de los mejores.
Combinado con su inseparable Curry, la pareja exterior se alió para firmar 70 puntos entre ambos. Demasiado, incluso para los medidos planes de Donovan. Por momentos, Oklahoma lo tuvo con su afición entregada. Pero los Warriors demostraron que tenían mucho corazón tras sus sonrisas y, en ocasiones, cierto carácter autocomplaciente. Iguodala aportaba sus intangibles, Curry sonreía ante un triple suicida que entró, Westbrook se equivocaba en su pase de media pista para dárselo a su rival menos "especial". El guión perfecto para Golden State, pero llegaron a ese punto porque Thompson firmó 11 de 18 de triples. Una exhibición celestial que se hizo con la terrenalidad de alguien que tiene menos titulares de prensa de los que merece. Poco le importa, cuando los Thunder parecieron entrar en su zona de concentración máxima, él fue quien logró encontrar el hueco para mantener con aire a lo suyo.
Se pensaba hace unos meses que Golden State vencería con facilidad a los Thunder de cruzarse con ellos en postemporada. Error. Luego, con las molestias físicas de su hombres clave, parecía que la exuberancia de los de Donovan iba a demostrar que los preciocistas campeones caerían al primer revés de la Fortuna. Precipitada reflexión. Guerras de ratones y hombres. Ahora, se abren las puertas de un séptimo choque que se antoja el más importante de todo lo que va de curso. Lebron James, la leyenda de 6 finales consecutivas, aguarda impaciente. Oklahoma encontró el ritmo de eliminatoria que más le beneficiaba. Ahora, Golden State ha hallado el corazón que muchos pensaban que no tenían, en su vigésimo cuarta prueba de que son buenos para el baloncesto, independientemente de los colores con los que simpatizemos. Las espadas en todo lo alto. El Far West rara vez lució mejor.
FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
http://www.stack.com/a/kevin-durant-and-russell-westbrook-mock-steph-currys-defense-after-game-5
http://heavy.com/sports/2016/05/thunder-vs-warriors-game-6-date-start-time-tv-channel-live-stream-preview/
http://www.spokesman.com/stories/2016/may/19/klay-thompson-has-carried-warriors-this-postseason/
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