lunes, junio 6

El baloncesto puede ser muy caprichoso. La última jornada puede servir para ratificar lo ya sabido... o cambiarlo todo de manera dramática. Apenas unas décimas de segundo separaron a Raül López de seguir deleitándonos en postemporada, pero Joan Sastre avanzó con la fe de quien no tiene nada que perder y anotó un triple milagroso, tres puntos que brindaron una victoria imposible al CAI. La afición bilbaína estuvo a la altura de su reputación, no tardó nada en recuperarse del shock de no tener Playoffs, brindando un cálido y merecido tributo a uno de los mejores bases españoles de todos los tiempos. De cualquier modo, ni siquiera ese histórico choque iba a copar los titulares del día siguiente. La noticia más amarga la dio uno de los históricos de la ACB: Estudiantes. 



Apenas hacía unos días que habían logrado la machada al lograr vencer el Barcelona de Xavi Pascual, a la poste el líder de la fase regular. Dependiendo de sí mismos, los colegiales estaban donde todos esperaban: faltaban 4 minutos, su ventaja era de 10 puntos ante el Gipuzkoa, colista esta temporada. Todo en orden debieron de pensar los madrileños, sin ser conscientes de que les quedaba un epílogo de pesadilla, donde los locales sacaron sus mejores esfuerzos y los visitantes fueron incapaces de encontrar respuesta. Bocina final, ambos conjuntos compartiendo destino de ir a la LEB Oro. 



Un destino impensable hacía pocas temporadas. No hay que bucear mucho en el baúl de los recuerdos para vislumbrar a un Estudiantes deslumbraba al país al ser capaz de llevar a cinco encuentros en la final al poderosísimo Barcelona de Pesic. Más atrás en el tiempo, los colegiales lograban éxitos imborrables como disputar hasta el último partido la Copa Korac, ganar el torneo del KO o poner sus pies en la mismísima Final Four. Un modelo, junto a la Penya, de mimo a la cantera y culto a la grada (Demencia), el atractivo de un club de barrio que desafía a verdarderos transatlánticos. Ahora, el Estu deberá rearmarse en la categoría de plata, la primera vez en su longeva trayectoria que se verán en esa tesitura. 



Resultaba, desgraciadamente, una metáfora de una campaña repleta de altibajos. Este bloque joven ha sido capaz de ganar sus dos partidos frente al Bilbao, también de dar la sorpresa ante el Unicaja, pero esos triunfos de mérito se devalúan cuando no se confirman esas positivas sensaciones ante sus activos rivales por mantener la permanencia. Queda, eso sí, la posibilidad de que logren salvarse si alguno de los ascendidos prefieren mantenerse en la LEB por motivos económicos. No obstante, eso será una muy mala sensación a la hora de valorar el campeonato, puesto que avalaría que hay clubes que no pueden mantener en los despachos lo que sus jugadores ganan legítimamente en pista. 



Ha habido gesto que honran como el de Movistar que ha avisado no retirará su patrocinio, ocurra lo que ocurra estos meses de verano. Con todo, es un susto que ya tuvieron en mayo de 2012, cuando el billete para la LEB Oro se lo sacaron al caer frente al Murcia (80-86), aunque salvaguardaron su plaza en primera por cuestiones de burocracia y despachos. Cuatro años después, siguen en la misma tesitura, un fino alambre que debería llevar a la reflexión. 



Lolo Sainz, quien fuera mítico entrenador del Real Madrid, bromeaba con Guillermo Ortiz, autor de varios libros maravillosos sobre el club de sus amores (Ganar es de horteras, junto con Historia de una rivalidad: Estudiantes-Rea Madrid), cuando el segundo le preguntaba por un pique vital en las canastas de la capital española: "Ah, querido Guillermo, pero, ¿acaso hay una rivalidad Madrid-Estudiantes?". Como el zorro plateado sabe en el fondo, sí que la ha habido y sería bueno para todos que se mantuviera. Fue el modesto pero aguerrido Estudiantes el que provocó uno de los pocos coqueteos con la derrota de Pedro Ferrándiz, cuyo histórico Real Madrid vio horrorizado como los de Ramiro de Maeztu les batían y daban el campeonato en bandeja de plata a los perseguidores de los blancos. 



Independientemente de nuestros colores, si finalmente bajase, va a ser muy raro un curso sin que nuestro equipo se mida a los pupilos de Sergio Valdeolmillos. Fruto de la inagotable cantera estudiantil surgieron nombres como Fernando Martín, Alberto Herreros, Felipe Reyes, Sergio Rodríguez y un distinguido etc. Entre sus entrenadores, Pepu Hernández es la punta del iceberg de un estilo de místeres que son mucho más que técnicnos, sino verdaderos docentes. No ha sido tampoco escaso su acierto a la hora de fichar gente de fuera, generalmente con límites presupuestarios espartanos. Loncar, Jasen, Brewer, Pinone...



Los problemas económicos del Joventut de Badalona y el revés deportivo del Movistar Estudiantes reflejan que hay mucho por mejorar en el campeonato doméstico. La bipolarización del campeonato vuelve a intuirse. Por supuesto, Valencia y Baskonia tienen mucho que decir todavía estas semifinales, pero no es descabellado pensar que se podría re-editar el Barcelona-Madrid de los últimos años en la finalísima. Si el Estu finalmente se salva, será una gran noticia para su ejemplar hinchada y los amantes del basket en general, pero, a largo plazo, es el testimonio de que se están haciendo mal las cosas, puesto que los primeros de la LEB Oro deberían ser capaces de poder sufragar su salto a la división de honor. 



Quién sabe, tal vez se juega todavía más que la pervivencia de un club emblemático, todo un sistema puede quedar pendiente de revisión... 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



http://es.makemefeed.com/2016/05/23/el-barca-termina-lider-y-el-estudiantes-desciende-2358846.html



http://www.rtve.es/alacarta/videos/liga-endesa/acb-madrid-estudiantesw-rtve-izqmaster/3478703/



http://baloncesto.as.com/baloncesto/2016/05/15/acb/1463308998_391239.html