El deporte tiene algo maravilloso. A pesar de la profesionalización extrema, el endiosamiento absurdo o los sueldos desorbitados, entre otros males parece incapaz de desprenderse de una magia que hace que, noche tras noche, dos personas o un par de conjuntos se reten y, pese a la diferencia de presupuestos o aptitudes, sea impredecible saber quién va a ganar. El torneo pre-Olímpico del FIBA Américas dio un resultado sorprendente: Venezuela campeón. Inesperado antes de iniciarse el campeonato, es decir, en nuestras quinielas. Distinto han sido seguir el torneo, donde los pupilos de Néstor García fueron haciéndose más fuertes cada jornada.
Un robustecimiento cimentado, precisamente en las derrotas previas, las cuales les permitieron mantener el aplomo ante toda una potencia como Canadá (con 9 jugadores de calibre NBA entre sus filas), triunfo agónico que les permitió disputar la final ante Argentina, merced apenas a un tiro libre de ventaja. Y en dicho duelo por el título, Argentina llegó a dominarlos por 11 puntos. No fue suficiente para la albiceleste, la cual se vio obligado a jugarse el todo por el todo en un final apretado, decido en un último cuarto de infarto.
Fue en esos instantes de incertidumbre donde Campazzo decidió dar un paso adelante para el combinado dirigido por Sergio Hernández, con varias penetraciones valerosas para no agotar la posesión y poner a prueba los nervios venezolanos. Un buen intento que no evitó el 76-71 final, ya que los "vinotinto" no perdieron el aplomo. Ya lo habían demostrado en los primeros diez minutos, cuando pudieron cortar la sangría que les estaba haciendo un maestro como Luis Scola, merced a un triple in extremis de Graterol, el cual se persignó con el gesto del torero concentrado ante un temible adversario.
Y es que Argentina llegó metiendo miedo al Palacio de los Deportes de México. Lo había dicho pocas horas antes Andrés Nocioni, en semifinales habían logrado toda una gesta, la propia de la Guardia Imperial de una Generación Dorada acostumbrada a todo. Los Chapu y cía lograron privar a la selección anfitriona de disputar el premio gordo en su feudo. Para colmo de males, Cory Joseph logró que Canadá fuese bronce. Una lástima para un conjunto mexicano que ha merecido más. Sin embargo, la frontera entre ganar y perder es borrosa a estas alturas de competición, por lo que se le intuye un futuro muy prometedor.
Encuentro final, eso sí, poco generoso en cuanto a anotación. El entrenador venezolano y su staff técnico nos han acostumbrado a admirar su disciplina y preparación, no tanto así su efectiva pero, a veces, embarrada forma de hundir la fluidez del juego, propio y ajeno. Quisieron llevar a los argentinos a un tanteo bajo, el plan les salió a la perfección. Barricadas que permiten ser efectivos cuando se tienen jugadores talentosos y sólidos como John Cox o Heissler Guillent. Será un placer tenerlos en Río de Janeiro y disfrutarlos.
Hablando de Brasil, Luis Scola logró superar a todo un icono en el imaginario popular del basket en América Latina, del baloncesto mundial, mejor dicho, Oscar Schmidt, aquel artillero canarinho tan especial que tuvo un duelo digno de OK Corral con un tal Drazen Petrovic en una final europea. Este FIBA Américas ha estado repleto de momentos inolvidables y ha dejado un campeón que ha sabido sufrir y crecer.
Hay nombres propios que nos vendrán a la mente al rememorar esta edición. Particularmente, Jorge Gutiérrez ha demostrado que puede romper tobillos con la misma eficiencia en los Bucks o con su selección, siendo el socio ideal de un Gustavo Ayón que brindó duelos de intensidad y altura contra otras parejas de baile de la talla del ya citado Scola. Los desenlaces apretados hasta el último suspiro han redundado en la emoción de cada jornada.
Las aficiones se contagiaron de ello y, especialmente en las rondas eliminatorias, es una gozada escuchar el murmullo en cada vídeo que se podía conseguir o ver en la red. Una verdadera fiesta para este deporte que tanto nos gustas, tan agradecidos a la campeona Venezuela como al resto de participantes. Ganó algo más que la vinotinto, también lo hizo el deporte, entendido como algo exigente y duro, pero también noble en su sacrificio.
Seguro que joyas de la Corona como Manu Ginóbili hubieran preferido sentirlo en la pista que vestidos de paisano. Estaba algo más que un boleto olímpico directo. Se trataba de mostrar que por aquellas latitudes se saber a jugar al baloncesto... y muy bien. Y vaya sí lo lograron unos y otros.
Las aficiones se contagiaron de ello y, especialmente en las rondas eliminatorias, es una gozada escuchar el murmullo en cada vídeo que se podía conseguir o ver en la red. Una verdadera fiesta para este deporte que tanto nos gustas, tan agradecidos a la campeona Venezuela como al resto de participantes. Ganó algo más que la vinotinto, también lo hizo el deporte, entendido como algo exigente y duro, pero también noble en su sacrificio.
Seguro que joyas de la Corona como Manu Ginóbili hubieran preferido sentirlo en la pista que vestidos de paisano. Estaba algo más que un boleto olímpico directo. Se trataba de mostrar que por aquellas latitudes se saber a jugar al baloncesto... y muy bien. Y vaya sí lo lograron unos y otros.
FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
http://www.sport.es/es/noticias/baloncesto/venezuela-arrebata-argentina-fiba-americas-4503754
http://www.fibaamericas.com/default.asp
http://visualsports.com.mx/en-18-segundos-gutierrez-da-a-mexico-triunfo-sobre-venezuela
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