lunes, septiembre 21


Dentro de muchos años, personas aficionadas al basket coincidirán en alguna agradable taberna gala; quién sabe, tomarán un buen vino y empezarán a hablar del hermoso paisaje y cuánto les está gustando la visita a Francia. Cuando surja el tema del deporte, de jugadores y jugadoras que les marcaron como aficionados, alguno se animará a decir: "Yo vi en directo a Pau Gasol en Lille". Como en los tiempos de Napoleón, los otros no dirán nada, pero sus gesto indicará que están ante un valiente y un gourmet de las canastas. 



Hay actuaciones individuales que se elevan a los altares. Maradona en México 1986. Nowitzki a lo largo del Mundial de Indiana en 2000. Michael Jordan en la década de los 90, etc. Pau Gasol firmó en aquellas semifinales el sueño de toda una generación. Abatir a uno de los Dream Team mejor ensamblados por el conjunto bleu, bajo la dirección del mismísimo Tony Parker, futuro Hall of Game. Fue una noche eterna, ratificada en una prórroga de dos conjuntos que querían ganar el acceso a la final del Eurobasket 2015. 



Uno cierra los ojos y siente que vuelve a ver el triple de ciencia ficción de Batum para forzar el tiempo extra. También la inteligente defensa planteada por Scariolo y su staff para entorpecer la vida del dinámico Parker, quien aprendió latín en San Antonio y siempre exhibe el compromiso con su selección. Incluso los errores llegaban en el momento ideal para prolongar el suspense. Rodaba Sir Alfred, parecía. Y Pau Gasol era Cary Grant, la gran estrella del cartel. Las exhibiciones anotadoras se recuerdan, pero las efectuadas ante grandes rivales son las que se hacen inmortales.



Ya habíamos visto al power-forward disfrazarse de Rasheed Wallace ante Polonia en octavos (exhibición de triples para sacar del interior a los Gortat y compañía), también del mítico Tim Duncan frente a la invicta Grecia (nueva ovación para el cuerpo técnico por la excelente manera de mimizar a alguien imparable como Spanoulis) y otras varias exhibiciones anotadoras. Es lo que tienen tantos años guerreando con Kevin Garnett, Chris Webber, Karl Malone y esa nómina de monstruos, todo ello provoca que para Gasol no hay nada nuevo en una cancha. De hecho, Pau ha coronado su actuación superando al legendario Nikos Gallis en el ránking de máximos artilleros del Eurobasket. Pero volvamos a las semis ante el conjunto dirigido por Vincent Collet. 



Por momentos, los anfitriones habían levitado. Estaban invictos y ya sabían lo que era ganar en buena lid al conjunto hispano. Muchas cosas estaban a su favor, incluyendo una grada que no paró de espolearles. Cada canasta de gente como De Colo o la colosal presencia interior de Gobert espoleaban y daban alas. Ni siquiera hacía falta una exhibición de un súper clase como Boris Diaw. La distancia superó la barrera de los 10 puntos. Pero, si algo bueno ha tenido para los de Scariolo este torneo ha sido que hasta el último momento nada se ha decidido, ni para bien ni para mal. Contra Alemania, la generación ÑBA había traspasado todos los límites del infarto para el corazón.  



Kevin Durant, que algo parece que sabe de baloncesto, ya advertía que si había alguien diferente en Europa, se llamaba Pau o Dirk. Fue una labor de diplomático bizantino la que llevó al ala-pívot catalán a castigar el potente juego interior galo. Vicent Collet advirtió que el arbitraje les había perjudicado, que no les habían dejado defender a ese fenómeno. Una pena. Tampoco me gustó la histeria general que pareció existir en algunos mentideros por España al jugar en feudo rival. El cuerpo arbitral tuvo errores, algunos más enervantes que otros. Pero no determinó el encuentro, bajo mi modesto punto de vista. La presión fue muchísima y los colegiados bastante tuvieron con mantener los ánimos.  



Prefiero quedarme con la generosidad de Collet cuando, habiendo eliminado con su brillante planteamiento al conjunto de Orenga en cuartos de final del pasado Mundial, ovacionó a Pau por su trayectoria. Ahora, las tornas se habían cambiado y la revancha de Gasol se consumó. No es meter el dedo en el ojo a nadie, el conjunto comandado por Tony Parker es una delicia y ha merecido cada uno de sus éxitos. Por eso, este "Maracanazo" sabe tan bien, porque se ha obtenido más allá de 40 minutos de sangre, sudor y lágrimas, frente al mejor adversario posible. De Colo, escolta exquisito, terminó incluido en el quinteto ideal de la competición.



Más allá de un Pau que ha acaparado (con justicia), todos los focos, debe rendirse un sentido tributo a una selección menos potente sobre el papel que otros años, pero más capacitada que nunca para trabajar con humildad y altruista para aprovechar a su estrella en estado de gracia. El núcleo duro del Real Madrid de Laso (Llull, Rodríguez, Reyes y Rudy) han transmitido a sus colegas ese toque de varita mágica que han tenido todo el curso, campeones de cada una de sus competiciones, insuperable. El escolta mallorquín se ha sobrepuesto a graves molestias de espalda para estar, mostrando una gran madurez. 





L´Equipe, prestigioso diario francés, no dudaba en afirmarlo con la humildad de los grandes. "Pau Gasol, a constamment pesé", una pesadilla, un dolor de muelas cada vez que recibía la pelota en la pintura. Conocemos a la perfección esa sensación de dolorosa pero honesta admiración de un jugador adversario. Nos ha pasado muchas veces con Parker, Diaw, Batum y la compañía. Nos tocó a nosotros en Lille porque dios decidió disfrazarse de jugador de baloncesto otra vez. Pero no lo hizo solo, así lo demostró el pase final de Claver para que el referente se disparase a los 40 puntos, cuando pudo tirar él. "Toma, queremos que seas tú", parecía decir un deportista muy atizado en las redes sociales, pero que ha sido una pieza básica en un proyecto que ha vuelto a campeonar. 



Quedaba Lituania, esa Lietuva que nunca está en las quinielas y acaba siempre sin coger las maletas el último día. Una nación que respira baloncesto y da constantes muestras de deportividad. Jonas Kazlaukas ha sido un modelo de técnico con una escuadra verde en plena transición, pero que logró la hazaña de batir al ogro del Eurobasket, la intratable Serbia, dos escalones por encima del resto hasta aquellas fatídicas semifinales. Era complicado repetir milagro ante los de Scariolo. El primer cuarto confirmó las sospechas de la diferencia de veteranía, pero en el segundo volvieron a mostrar por qué terminaron siendo plata. Si España hubiera subestimado a los bálticos, se había hecho muy largo, pero durante 40 minutos, los Pau Ribas, Mirotic y cía bajaron el culo a defender, no sintiéndose con el oro hasta el pitido final. 



Todo terminó como deben acabar las finales. Con el vencedor negándose a lanzar la última posesión con todo decidido. Primero y segundo abrazándose en la pista. Ambas aficiones aplaudieron a Gasol en su viaje al banquillo. Reyes, acaparador de títulos, esperaba con sonrisa de Gary Cooper que le permitieran alzar la copa. Lo habían hecho todos, el papel de no ser favoritos les había venido genial. Existía un largo recorrido desde aquel día en Lisboa, donde empezó a escribirse todo, a malcriar a una generación que incluso comete la osadía de pensar que lo de las medallas es fácil.



Este tercer Eurobasket puede haber sido el más sufrido. Por ellos y por los que ya estuvieron (Jiménez, Garbajosa, Navarro, etc.), ha sido el de sabor más dulce  

  


FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



http://www.periodistadigital.com/24por7/baloncesto/2015/09/17/un-pau-gasol-heroico-doblega-a-francia-y-mete-a-espana-en-la-final-del-eurobasket-2015.shtml



http://www.efe.com/efe/espana/deportes/80-75-pau-gasol-hace-magia-para-llevar-a-espana-la-final-y-rio-2016/10006-2715410



http://bleacherreport.com/articles/2568604-spain-vs-france-score-and-highlights-from-eurobasket-2015-semifinal



http://www.republica.com/2015/09/20/espana-campeona-de-europa-tras-no-dar-ninguna-opcion-a-lituania-en-la-final-80-63/