lunes, agosto 6

"He jugado contra toda China"-Carolina Marín.



A nivel de licencias de bádminton, el duelo España-China es comparar unos pocos miles frente a cientos de millones. Frente a la jugadora He Bingjiao, Carolina Marín notó ese desequilibrio en la balanza durante el primer set de las semifinales celebradas en Nanjing. En su esquina, Fernando Rivas no parecía excesivamente preocupado. Sabe que la pupila onubense que descubrió hace años en un torneo de Menorca se desenvuelve mejor contra las cuerdas. De la atmósfera negativa de esos primeros compases surgió un vendaval ofensivo que permitió una remontada histórica. 



Más allá de las gradas llenas, al final todo dependía de un trozo de corcho con dieciséis plumas. La contienda fue tornándose a cara de perro, incluyendo varias caídas. Con el desempate, la gran duda era cuál de las dos semifinalistas iba a llegar con más gasolina en el depósito. La estocada final llegaría en la tercera manga donde, nuevamente, Marín convirtió en cotidiana una hazaña. Y es que en esta historia conviene recordar que lo normal en esas instancias es perder, tras los campeonatos de 2014 y 2015 es fácil empezar a perder la perspectiva por una dinámica fuera de lo común. 



Probablemente, no tiene nada de extraña la percepción de Rivas en ese programa-oasis llamado Informe Robinson cuando habla de la protagonista de esta historia. Entrenador innovador en un campo donde la cantera asiática es virtualmente imbatible (equiparable a lo que son los Estados Unidos en basket), el técnico siempre ha elogiado los entrenamientos que salen mal, cuando solamente hay ganas de romper la raqueta y olvidarse del maldito juego. En esos imprevistos se forja una constancia que explica la irreal trayectoria de la que podemos ser testigos, una trama que nos parecería de ciencia ficción. 


"No hay árbol que el viento no haya sacudido"-Proverbio hindú.



Pusarla Shindu versus Carolina Marín es un clásico. Una instancia en este deporte que suele traducirse en épicos duelos con pases finales o medallas en juego. La igualdad que las preside es increíble, fruto siempre de detalles en el desenlace final. De hecho, fue en Río de Janeiro donde la andaluza logró uno de sus triunfos más sonados ante otra máquina de bádminton, el típico rival que nunca va a derrotarse a sí mismo, exigiendo a su antagonista que esté casi perfecto si quiere llevarse la victoria a casa. 



La india buscaba con acierto el sector derecho de Marín, lo cual le dio las primeras ventajas. Una de las cosas que más fascina al entendido público asiático sobre esta disciplina es el optimismo y la agresividad que caracteriza el juego de la española. En la finalísima, la sofisticada defensa de Shindu chocaba con las acometidas de una fuerza de la naturaleza acostumbrada a remontar contra viento y marea. 



El 21-19 era una primera sangre muy valiosa para aquella batalla. Cambió el tempo y allí es donde el peligro se extrema ante gente con esa personalidad. Incluso alguien tan forjada en mil lides como Shindu perdió la compostura y sufrió unos minutos pesadillescos, donde la onubense quería cargar el esfuerzo físico de la velada. Desde su entorno se rumoreaba que pocas veces había llegado tan preparada a la gran cita. Eso podría ser más discutible, porque su forma de malacostumbrar al respetable adquiere tintes que preocuparían a los educadores. 


"Carolina es zurda...como Nadal"-Gerardo Riquelme.



Afirmaba Maradona que un golpeo con la zurda es diferente a todo. Tal vez sea porque la mayoría somos diestros y nos acostumbramos al sonido de una acción con la derecha. Gerardo Riquelme, en una deliciosa crónica del tercer campeonato mundial de Marín, recordaba su similitud con otro mito, Rafa Nadal. Pero la cosa va más allá. Igual que el genio de Manacor, Mireia Belmonte o Fernando Alonso, entre otros, es la responsable de situar en el mapa una disciplina apasionante pero que no gozaba de mucho predicamento en su país por la fecha de su explosión. 



Cuando se retire, las escuelas peninsulares de bádminton podrán usar la coletilla d.C., es decir, después de Carolina. Si bien su figura cada vez es más reconocida y querida entre el gran público, no nos hacemos una percepción de su relevancia hasta que se la ve entrar en las pistas de Yakarta u otros santuarios asiáticos. Allí hace tiempo que goza del merecido estatus de super-estrella, de ese reto para sus jugadoras que el respetable no ve como enemiga, más bien una formidable adversaria que ayuda a mejorar la competición. 



La barbaridad que hemos presenciado estos días no la apreciaremos en su magnitud hasta que pase algún tiempo. Y es que, durante una visita oficial a España, el ministro de Deporte de Indonesia no dudó en el capricho que quería pedir a sus anfitriones: conocer a Carolina Marín. 



ENLACES DE INTERÉS:



-Crónica Gerardo Riquelme sobre la triple corona



-Informe Robinson: El milagro de Carolina Marín



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



-https://www.lavanguardia.com/deportes/otros-deportes/20180805/451220468951/carolina-marin-final-mundial-badminton-hoy-en-directo.html



-https://sports.ndtv.com/badminton/pv-sindhu-vs-carolina-marin-premier-badminton-league-2017-how-to-watch-the-blockbuster-match-1643891



-http://www.marca.com/otros-deportes/2018/08/05/5b66bd94e5fdeaa7678b45b4.html