El equipo que nunca iba a existir
Pasquale Paoli amonestó en una ocasión al joven Napoleón Bonaparte, advirtiéndole que ser historiador no era tarea de jóvenes. Siglos después, Michael Jordan negaba en sentido inverso y de forma amistosa a los periodistas que ansiaban saber si viajaría a aquellos Juegos Olímpicos. Esa competición era para la promesas universitarias, según decía la ya flamante e imponente estrella de los Chicago Bulls, él ya se había colgado su medalla de oro en Los Ángeles (1984) con su gran amigo Patrick Ewing. Sin embargo, paulatinamente la cosa fue cambiando. Estados Unidos no salió satisfecha de su experiencia en Seúl; hay que decir una cosa de los combinados USA en las canchas, suelen salir muy motivados tras un revés.
Aunque en un principio no lo veía nada claro, David Stern, por aquel entonces Comisionado y cabeza visible de las decisiones más importantes de la NBA, fue convenciéndose de los proyectos que Boris Stankovic y la secretaría de la FIBA tenían en mente al abrir la vía a los profesionales del otro lado del Atlántico. La habilidad suprema, digna de los ejecutivos de Mad Men, fue vender que aquello no era un engorroso trabajo de verano, de repente, estrellas de calibre mundial podrían medir sus egos en un quién es quién dentro de la élite. La prestigiosa revista Sports Illustrated cerró el círculo con una portada que mostró lo imposible: iba a armarse el mejor conjunto jamás soñado.
Tras barajarlo mucho, el seleccionador del combinado fue Chuck Daly, un entrenador con el talante adecuado para cada situación. Había comandado con una ecléctica mezcla de mano dura y paternalismo a aquella horda demoníaca (y ganadora) llamada los Bad Boys. Con un staff de ayudante de primera calidad (P.J. Carlesimo, Mike Krzyzewski y Lenny Wilkens), supo comprender perfectamente que el combinado que viajaría a Barcelona en 1992 no iba a ser usual. Las normas estaban claras, ni sus colegas ni él iban a ser policías, solamente se actuaría en caso de infracciones graves. Eso sí, el viejo zorro se encargó de bajar los humos al coloso roster que el mundo entero conoció como el Dream Team.
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Por el camino se quedaron genios. Isiah Thomas pagó el peaje de su enemistad deportiva con Michael Jordan, además de haber perdido su entrañable relación con Magic Johnson a raíz de sus más que desafortunadas declaraciones tras saberse que el base angelino era portador del virus del sida. Una pena por su talento que hubiera encajado perfectamente allí. Tampoco estaría una fuerza de la naturaleza llamada Shaquille O´Neal, un jovencito del que todos pronosticaban que dominaría la NBA en muy pocos años. Eso sí, el paso del tiempo ha vendido que dar la plaza de universitario a Christian Laettner fue un error garrafal. En lo absoluto, en aquellos días tenía una impresionante hoja de servicios en la NCAA. Que después sus características no fueran tan propicias para la liga profesional estadounidense no menoscaba el criterio de selección.
Uno de los terrores de Daly era la sensación de invencibilidad que podían tener con un roster donde estaban algunos de los mejores jugadores de la Historia. Por ello organizó un amistoso previo con un conjunto muy seleccionado de futuras promesas (Chris Webber, Allan Houston, Grant Hill, etc.). El entrenador dio muy pocas instrucciones y sentó mucho en el banquillo a Jordan, ya por aquel entonces el mejor arma que existía en una pista de basket. Mientras Larry Bird (recuperado de milagro para la causa, merced a la diplomacia de Magic para el proyecto, debido a sus perennes problemas de espalda) y Scottie Pippen elogiaron la capacidad de los chavales y su prometedor futuro, otros integrantes siguen afirmando que aquello fue una estafa muy bien urdida.
Eran innegable que Daly quería dar una cura de humildad a sus extraordinarios atletas, un recordatorio de que nadie es invencible. Es curioso que mr. K (magnífico entrenador que suele dejar alguna perla las escasas ocasiones en que pierde) acusase de ingenuos a los talentosos sparrings, cuando el propio staff admite que solamente el artífice de los Bad Boys era consciente de qué cartas estaba jugando. ¿Tanto costaba admitir que incluso el Dream Team perdió una vez? Por cierto, otro bulo que se vende de aquella ocasión es que Bobby Hurley volvió loco a sus intocables rivales pero jamás triunfó en la NBA. Añadan siempre la nota a pie de página que un terrible accidente mermó su prometedora carrera, esa que avalaban gente como Pippen o El Pájaro.
Amor a primera vistaTouchable
Por el camino se quedaron genios. Isiah Thomas pagó el peaje de su enemistad deportiva con Michael Jordan, además de haber perdido su entrañable relación con Magic Johnson a raíz de sus más que desafortunadas declaraciones tras saberse que el base angelino era portador del virus del sida. Una pena por su talento que hubiera encajado perfectamente allí. Tampoco estaría una fuerza de la naturaleza llamada Shaquille O´Neal, un jovencito del que todos pronosticaban que dominaría la NBA en muy pocos años. Eso sí, el paso del tiempo ha vendido que dar la plaza de universitario a Christian Laettner fue un error garrafal. En lo absoluto, en aquellos días tenía una impresionante hoja de servicios en la NCAA. Que después sus características no fueran tan propicias para la liga profesional estadounidense no menoscaba el criterio de selección.
Uno de los terrores de Daly era la sensación de invencibilidad que podían tener con un roster donde estaban algunos de los mejores jugadores de la Historia. Por ello organizó un amistoso previo con un conjunto muy seleccionado de futuras promesas (Chris Webber, Allan Houston, Grant Hill, etc.). El entrenador dio muy pocas instrucciones y sentó mucho en el banquillo a Jordan, ya por aquel entonces el mejor arma que existía en una pista de basket. Mientras Larry Bird (recuperado de milagro para la causa, merced a la diplomacia de Magic para el proyecto, debido a sus perennes problemas de espalda) y Scottie Pippen elogiaron la capacidad de los chavales y su prometedor futuro, otros integrantes siguen afirmando que aquello fue una estafa muy bien urdida.
Eran innegable que Daly quería dar una cura de humildad a sus extraordinarios atletas, un recordatorio de que nadie es invencible. Es curioso que mr. K (magnífico entrenador que suele dejar alguna perla las escasas ocasiones en que pierde) acusase de ingenuos a los talentosos sparrings, cuando el propio staff admite que solamente el artífice de los Bad Boys era consciente de qué cartas estaba jugando. ¿Tanto costaba admitir que incluso el Dream Team perdió una vez? Por cierto, otro bulo que se vende de aquella ocasión es que Bobby Hurley volvió loco a sus intocables rivales pero jamás triunfó en la NBA. Añadan siempre la nota a pie de página que un terrible accidente mermó su prometedora carrera, esa que avalaban gente como Pippen o El Pájaro.
Lo que contaban las leyendas y los resúmenes de cintas de vídeo era verdad. Incluso más. Badalona los disfrutó en pista, Barcelona se enamoró de aquellas estrellas del rock desde el primer momento. Se alojaron fuera de la villa olímpica, mimados por todo el mundo. Eso sí, valía la pena cada cola y entrada. Aquellos partidos quedaron en la retina de quienes pudieron verlo. Se decía que el príncipe Rainiero había solicitado cenar con ellos cuando estaban de gira por Mónaco. También que el agudo seleccionador cubano afirmaba que pararles era como intentar tapar el Sol con la palma de la mano. Y era cierto.
Magic botaba con su eterna sonrisa y dejaba pases mirando al tendido. Bird daba sus últimas lecciones magistrales, el tirador eterno, un lector consumado del juego. Robinson, Malone y Ewing poseían una autoridad bajo tableros que estaba física y técnicamente a años luz del baloncesto que se jugaba en el resto del mundo. Chris Mullin podía meter triples con los ojos cerrados y Clyde Drexler mostraba que "solamente" era el segundo mejor escolta terráqueo por haber coincidido con un Jordan que ya no engañaba a nadie: era el más grande. Un todoterreno en ataque y defensa que hacía cada cosa bien, mientras que Pippen era el socio que ni el mejor guionista le podía haber fabricado.
Sir Charles Barkley fue aparte. Disfrutón de la vida, Las Ramblas fueron su atracción predilecta. En la cancha, fue el máximo anotador con facilidad y estadísticas insultantes. La imagen del colosal Almirante tocando el saxofón o Stockton "escapándose" con su familia para disfrutar de la Ciudad Condal como un turista más formaron un idilio de película. Ahora que Barcelona ha sufrido una herida brutal, conviene rememorar aquel verano donde la capital catalana se convirtió en el ojito derecho de la cultura y deporte, la mejor anfitriona posible para el equipo de los sueños.
Los otros Dream Team
Croacia hizo frotarse los ojos del mundo durante unos minutos de ensueño, con Kukoc y Petrovic robando el fuego de los dioses. De cualquier modo, Michael Jordan sigue afirmando que el mejor partido donde estuvo involucrado en su legendaria carrera fue aquella sesión en un gimnasio donde Magic y él tuvieron un pique que paso a los anales. Con un Bird taimado y comprendiendo que era el momento de dar un elegante paso al costado en su trayectoria sin mácula, Magic y MJ eran los tipos más competitivos del mundo, en lo bueno (basta ver lo que consiguieron) y en lo menos positivo (podían ser realmente insoportables cuando perdían una simple práctica o se ponían a discutir qué equipo batiría a otro en hipotéticos duelos del Showtime con los Bulls de Phil Jackson).
Y, por supuesto, que fueron allí para ganar. Pero lo que los eleva sobre otros conjuntos ganadores fue su forma de hacerlo, dejando algunas jugadas que forman parte del imaginario toda persona amante del basket. Muchísimas futuras estrellas (Ginóbili, Nowitzki, Gasol...) lo vieron en televisión y quedaron enamorados de aquello. De cualquier modo, hubo otro Dream Team que ganó el aplauso de gente a la que incluso no le gusta el deporte, la Lietuva de Arvydas Sabonis, cuyo tercer puesto fue tan meritorio como el oro norteamericano y dejaron un cariño muy especial por su dimensión humana en el contexto político de su país.
El What if...? más bonito que quedó en el tintero era no haber podido presenciar un duelo entre la mejor Yugoslavia que jamás se formó contra aquella apisonadora de la NBA. Quién hubiera podido gozar de aquello. Salvando algún instante de "abusón" que toda persona tiene, el Dream Team supo comportarse casi siempre y tuvieron detalles de quilates con adversarios como la selección española, en el momento más dramático del que había sido el gran paso de Díaz Miguel por la selección.
Transcurridos veinte y cinco años, en algo tan ingrato como el deporte profesional, la memoria colectiva ha sido muy justa con el Dream Team, reservándole un puesto de honor en lo más alto del Olimpo del baloncesto. El resto del globo no solamente les pidió autógrafos y fotos, también aprendió mucho de ellos. La ética de trabajo de Karl Malone, el tipo que desayunaba mancuerdas, la versatilidad casi mutante de Pippen, la elegancia de Drexler, cada movimiento de MJ, los pases de Magic y un sinfín de recuerdos imborrables. Una amplia bibliografía se va generando, así como artículos en revistas especializadas y documentales. Nunca tenemos suficientes datos sobre aquel proyecto imborrable.
Eso tampoco quita que se realizasen errores. El conjunto USA no tuvo que pasar ningún control antidoping. No se entienda mal esa realidad. Si para la NBA hay sustancias o tratamientos que no se consideran ventajas extras, al abrir el camino olímpico, las personas responsables debieron permitir al resto de selecciones jugar con las mismas armas. Eso provocó un agravio comparativo que se aplica a otras cuestiones (especialmente el tema de los pasos). Eso jamás me ha parecido una cuestión achacable al Dream Team o sus sucesores, sino una falta de auto-respeto que la FIBA nunca ha exigido y la ha puesto en desventaja, una servidumbre voluntaria que no ayuda ni a unos ni otros.
Finalmente, si bien dioses en la cancha, tampoco comulgaría con facilidad en aquello de mantenerles el estatus fuera de ella. Más bien eran admirables personalidades con su dosis de defectos, como cualquier hijo de vecino. Miguel Ángel Paniagua recordó una muy buena anécdota cuando Sir Charles insultó de una manera arrogante e impropia a un jugador de Angola. El ala-pívot ignoraba que aquel oponente "salvaje" tenía una formación académica notablemente superior a la suya. Al magnífico equipo le rodeaba también el business más salvaje, el marketing que exige a sus estrellas ser políticamente correctas y siempre pendientes de la marca. Fíjense en las triquiñuelas que el bueno de Michael Jordan tuvo que hacer para tapar la marca Reebook en la entrega de las medallas.
También suele ser habitual en las magníficas investigaciones que se hacen sobre ellos que se termine hablando de quién ha ganado más dinero, cuál vende las zapatillas más chic o tiene más inversiones ruinosas. Hay bastantes otras maneras de medir el éxito de una persona. Por ejemplo, siempre me pareció ejemplar el recorrido de John Stockton, lesionado fortuitamente en vísperas del torneo, siempre caballeroso, correcto y sin armar una voz más alta que la otra, pese a ser uno de los bases que más felices nos han hecho en una cancha. Feliz con su familia y trabajando en lo suyo, muchos podrían calificar de "aburrida" su rutina. Sin duda, esos analistas son quienes tienen un problema de perspectiva, no así el mejor ordenador de la NBA.
Por último, si quieren hacer un homenaje al equipo de ensueño y su romance con Barcelona, pongan el vídeo o busquen en youtube. Vean aquellos partidos del torneo otra vez. Disfrutarán de una de las exhibiciones más hermosas que el basket recuerdo, tendrán a los Rolling Stones tocando con los Beatles en una de las Olimpiadas con más imborrable recuerdo.
-MCCALLUM, J., Dream Team, Randomhouse Mondadori, Florencia, 2014.
-MORENO, M. y ROBIROSA, J., Dream Team: El equipo que cambió la historia, Editorial DQ, Barcelona, 2017.
-SARDINERO, D. (dir.), Gigantes del basket, nº 1463 (agosto 2017). "25 años del mejor equipo de la Historia: Dream Team".
-MORENO, M. y ROBIROSA, J., Dream Team: El equipo que cambió la historia, Editorial DQ, Barcelona, 2017.
-SARDINERO, D. (dir.), Gigantes del basket, nº 1463 (agosto 2017). "25 años del mejor equipo de la Historia: Dream Team".
ENLACES DE INTERÉS:
-https://www.youtube.com/watch?v=5xHoYnuMLZQ
-THE BEST GAME MJ EVER PLAYED IN
FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
-https://www.si.com/nba/photos/2012/06/21-01992-dream-team-classic-photos
-https://offthedribble.blogs.nytimes.com/2012/05/09/the-dream-teams-very-bad-day/?mcubz=3
-http://www.teinteresa.es/deportes/baloncesto/Michael-Jordan-Dream-Team-Barcelona_1_740936107.html
-http://bleacherreport.com/articles/2407454-gonzagas-domas-sabonis-taking-the-basketball-path-his-father-couldnt
-http://www.businessinsider.com/where-are-they-now-1992-dream-team-2016-8
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