lunes, julio 3

Son ese miembro de la familia que nunca arma un ruido. Acostumbran mal al resto, no están entre los más mencionados en los eventos y reuniones, aunque, cuando faltan, se percibe lo mucho que han dejado tras de sí, lo rico de su silencioso y educado ejemplo. La camada de la selección femenina de baloncesto español no llama tanto la atención por su impresionante hoja de servicios como por lo excepcional de su armonía discreta, esa con la que han llevado toda su andadura. Este Eurobasket ha sido la confirmación de muchas cosas, especialmente asevera que existen pocos límites para un equipo cuando funciona como tal. 



Una prueba perfecta de ello fueron las semifinales del torneo. Bélgica venía con un dueto maravilloso, nada menos que Emma Messeeman y Ann Wauters. La primera es una jugadora de la WNBA con un promedio en la competencia continental de 21´3 puntos y 8´3 rebotes; todo dicho. La segunda, una veterana de lujo con un dominio del interior de la zona al alcance de pocas en su puesto. España redujo la aportación de ambas a 9 puntos. Laura Nicholls fue el pilar de una guerra solidaria bajo tableros, demostrando que una estrella puede dedicarse a hacer el trabajo en las sombras para que sus compañeras disfruten. El 68-52 puede llevar a pensar que fue fácil, en lo absoluto, para dominar a una aspirante con esos recursos hace falta una pizarra como la de Lucas Mondelo y su staff, con unas profesionales dispuestas a ejecutar las instrucciones con ese nivel de perfeccionamiento. 



Con los deberes hechos y la medalla asegurada para el casillero, Francia se antojaba como la peor roca posible. Físicamente las mejores del Europeo, aquí se notó la experiencia adquirida por esta generación irrepetible, acostumbrada a vérselas en los Juegos Olímpicos con distintas versiones del Dream Team de las norteamericanas. "Veremos que pueden hacer los ratones coloraos contra los elefantes", bromeaba Mondelo en las vísperas, con la confianza del técnico que sabe que su equipo puede ganar o perder, pero jamás faltará al respeto a este hermoso deporte.


Tal vez, nunca se sabe en estos casos, el duelo con las galas fue la última oportunidad de ver con la camiseta internacional a Laia Palau. Dotada de una visión de juego extraordinaria, la veterana de 37 años ha llegado a este Eurobasket con un una inteligencia en pista superior al resto. Mondelo sabía que cuando sustituyese a la capitana, iba a necesitar de alguien muy especial para que no se notase su ausencia en el descanso. Y allí entra Silvia Domínguez, en una madurez exquisita, cansada ya de jugar partidos importantes con esa maquinaria de ganar que se llama Perfumerías, esforzada en defensa, gran directora y con una suspensión que garantiza sus puntos.



Cuesta en un bloque tan unido hablar de nombres propios, si bien Alba Torrens merece cuantas distinciones se le otorguen. La MVP de la competición ha dominado en cada lado de la pista, además con una facilidad para anotar casi insultante. Se contaba con su excelente concurso, pero es que el 50% que ha garantizado desde la línea de triples ha sido oxígeno para el resto, el comodín con el que un gran conjunto como el francés no podía desarrollar su estilo, reduciéndose su tanteo a 55 puntos.



Obviamente, como en toda lucha por el oro que se precie, hubo instantes de nervios. El 18-18 se exhibía en el electrónico tras los diez primeros minutos. Pero hubo calma siempre, esa sapiencia que lleva a esta escuadra a tomar ventajas y aferrarse a ellas con merecimiento. Cuando han llegado nuevas piezas de la valía de Sancho Lyttle, Mondelo y los suyos han logrado integrarlas sin afectar a la idea general, antes bien, enriqueciendo lo que ya de por sí era un magnífico plato.


Por si fuera poco, trayendo a la memoria al gran Tim Duncan, no deberíamos olvidarnos de hablar acerca de los fundamentos. En esa faceta, nadie como Marta Xargay reúne un repertorio tan amplio, impecable ante Ucrania y Letonia, infalible desde la línea de tiro libre y muy peligrosa cuando sale al triple. Igual que Klay Thompson, esta muñeca infalible no se ha contentado con un merecido puesto como habilidosa atacante, su defensa es cada vez mejor y es noticia el verano que no vuelve con alguna destreza nueva aprendida.



La conclusión más grata para Jorge Garbajosa y su equipo es que hay futuro tras esta excelencia. Leticia Romero ha dejado pinceladas de cómo llevará el futuro timón del combinado nacional, mientras que Leonor Rodríguez ha tomado buena nota de cómo se compite en estas lides. Un espejo muy bueno sería, entre otros, el de Anna Cruz, quien apareció el día D y a la hora H (12 puntos y 5 asistencias frente a Francia), sin descuidar nunca sus obligaciones con el rebote. Por poner un pero, habría gustado ver más a Laura Gil y Bea Sánchez, siempre estímulos para el juego interior.



Quien no parará es la talentosa María Conde, cuyo prometedor CV se enriquece con este oro, dispuesta ahora a marchar para un rol mucho mayor en el campeonato sub 20. Como pueden comprobar, la ratonas coloras no han dicho su última palabra. Si bien parece difícil, todavía puede mejorar este equipo. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



-http://www.mundodeportivo.com/baloncesto/eurobasket/20170625/423698093507/71-55-espana-campeona-de-europa-de-la-forma-mas-brillante.html



-http://www.elconfidencial.com/deportes/baloncesto/2017-06-19/laia-palau-seleccion-espanola-record-259-partidos-retirada_1401540/



-http://deportes.elpais.com/deportes/2017/06/25/actualidad/1498407155_001622.html