lunes, junio 27

Hegemonía blanca




Sabes que es una dinastía cuando en su peor año hacen doblete. El cuento de hadas que el vitoriano Pablo Laso y sus jugadores han creado no ha sido fácil. Ahora, están siendo las temporadas donde recogen el dulce fruto de la cosecha. Nuevamente, la Copa del Rey y la Liga Endesa se mantienen en unas manos avariciosas y juguetonas, la de un Chacho Rodríguez que sigue presto a repartir asistencias mirando a otro lado. Si es preciso, anotará dos triples decisivos, esos con los que fulminó las esperanzas del Barcelona de forzar un quinto encuentro. 



La hoja de ruta en el campeonato doméstico ha sido casi calcada al año anterior. Temporada regular de menos a más, descuidando bastante el tema del liderato, arrojando dudas en algunos compases del año. El staff técnico merengue quería volver a llenar el depósito de gasolina tras unos meses agotadores. Y lo han logrado, quizás sacrificando la ventaja de campo. Pero ese factor importa menos si Sergio Llull decide emerger como un titán. Murcia, Valencia y Barcelona lo han sufrido. No ha existido sistema de ayudas o defensa zonal capaz de frenarle en sus prestaciones. Sin subestimar el talento de Rudy Fernández, la voz cantante anotadora del defensor del título parece haberse consolidado en este profesional al que muchos acusábamos de indefinición entre los puestos de base y escolta. Solamente nos queda callarnos, nosotros teníamos la teoría, este crack, el MVP y un corazón a prueba de bomba en los finales apretados. 



A pesar de que algún fichaje no ha dado el rendimiento esperado, la fórmula se ha mantenido. La clase y la vistosidad de los exteriores se ha combinado con el carácter y la garra aportada por los Felipe Reyes y Nocionis que han combatido y protestado cada jugada bajo tableros. En el segundo sector, Gustavo Ayón se ha confirmado como la revelación, no le faltarán novias en todos los rincones del globo. El mexicano al que el Barcelona dejó escapar es una de las causas que han provocado el señalamiento de Creus, Xavi Pascual y toda una etapa dorada en el Barça. Ahora, ante la nueva hegemonía, a los blaugranas nos queda admitir el cambio de ciclo de la manera más amarga posible. 


Lo que pudo haber sido...



"Sí que han tardado, me alegro por Navarro". Jordi Villacampa estuvo a la altura de su reputación y bromeó sanamente en Twitter cuando un jugador genial batió un récord que había permanecido por mucho tiempo. El mítico jugador del mejor Joventut de Badalona de siempre pasaba a ser el segundo máximo anotador de todos los tiempos en Playoffs, siendo el líder indiscutido Juan Carlos Navarro, con la friolera de 1.869. Triunfo amargo de una trayectoria brillante. Seguro que La Bomba cambiaría sin problemas esta hazaña por haber podido volver al Palau. Aquella imagen de Navarro mirando a un Laso fuera de sí expulsado pudo ser el momento en que el genial escolta debió de colgar las botas del club de sus amores. 



Solamente alguien tan explosivo como el dorsal 11 podía sobreponerse a un taponazo de Ayón para inventarse un pase picado en décimas de segundo que Perperoglou materializó sobre la bocina para llevar al éxtasis a la Ciudad Condal. Se hablaba de estadísticas y de ponerse 1-0. Un bello espejismo para olvidar la pesadilla de las pasadas Finales, donde los blancos pasaron por encima de los pupilos de Xavi Pascual sin piedad. Mucho se debe al entrenador catalán, como bien es cierto que, tras unos años de gran dominio, ha sido bajo sus órdenes donde el Real Madrid ha infligido la peor derrota culé en Euroliga, un barrido en las Finales y las dos palizas de dobles dígitos en esta ronda final. Gloria para los Jaycee Carroll, Maciulis y las demás metralletas del Madrid, incertidumbre y presión en los hombros de un Barça que, palabras de Pau Ribas al margen, llegó con gesto hamletiano al tercer encuentro. 



Un sometimiento que se reflejó en la pintura. A. Tomic tiene un talento descomunal, es un jugador de ricos fundamentos y grandes ventajas por su altura. Eso es cierto. Tan verdadero como que el Madrid lo dejó escapar y en el Barcelona ha sido una de las puntas de lanza de dos años de profunda sequía en una sección que el club catalán está descuidando, menospreciando su propia historia. Con el Madrid imponiendo su ley, los visitantes sacaron orgullo el cuarto día, pero únicamente para morir en la orilla. Si los de Laso van perdiendo de 10, sabes que pueden remontar. Si se adelantan de 4, muchos azulgranas meneábamos la cabeza. La irregularidad condenó a las dos Némesis en Euroliga, pero han sido los blancos quienes se han rearmado y lamido heridas en el campeonato doméstico. 


Campeón y aspirantes



Se mantenga Ayón o no, el Madrid ha tomado la cima de la montaña. Sin querer añadirles presión, Baskonia, Barcelona, Madrid, Joventut, Unicaja y la distinguida competencia deberían ser conscientes de que la tropa de élite de Pablo Laso no va a sufrir vértigo de repente. Ante este tipo de dinastías, solamente vale la humildad, el despacho ingenioso y la cultura del esfuerzo para ir bajándolos de su indiscutible dominio. Lo decía Kobe Bryant de los Boston Celtics de Doc Rivers "Son un equipo extremadamente bien entrenado, gran defensa y con jugadores capaces de anotar tiros decisivos. No van a derrotarse a ellos mismos. Tienes que ser capaz de sacarlos de esa posición".



¿Hay alguien en la Liga Endesa capaz de alterarles de ese libreto? ¿Hay veteranos en otros conjuntos que puedan igualar el hambre de victoria de Andrés Nocioni? ¿Existe alguien tan identificado con su escudo en el parquet como Llull con el Real Madrid? ¿Qué fichaje de un base sería capaz de igualar la creatividad de Sergio Rodríguez? Y así, una decena más de preguntas. El madridismo ha encontrado en el baloncesto un oasis, un lugar donde juega, vence y convence. Quien no quiera verlo, debería graduarse la vista. Estos tíos van muy en serio y se precisan oponentes. 



Una de las consecuencias más duras del enésimo repaso ante el eterno enemigo ha sido la marcha de Xavi Pascual y su staff técnico.  Debe valorarse por su trayectoria global y no por este bienio de pesadilla. Tal vez la cuenta atrás comenzó en Milán pero nadie quiso verlo, la liga del triple de Lampe tapó muchos agujeros. Ahora, viene un Sarunas Jasikevicius que fue todo en el Palau (su inexplicable marcha e 2003 costó alguna Euroliga en los años dorados de la sección) como jugador. Su apuesta será diferente a la anterior. No se le puede pedir que equiparé al Barcelona de inmediato a un club que ha jugado consecutivas tantas F4 y se pasea por Liga y Copa. Lo que sí empieza a ser imperioso es el deseo de volver a ser contendientes, de aspirar a jugar y, hasta perdiendo, con convencimiento. 



Felicidades al Madrid por su justo doblete. 

  

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