lunes, abril 18


Draymond Green lo celebró con asía. Acababa de firmar un palmeo imposible para colocar la primera ventaja desde hacía mucho de su equipo en el electrónico del FedExForum de Memphis. 99-100. Poco más de un minuto por jugarse. Ambas escuadras cometieron varios errores en ataque. Al final, una penetración de Stephenson es frenada, el jugador local coge su propio rechace, apenas quedan unos segundos, Curry y Thompson se lanzan frente a él... Golden State acaba de ganar un partido a cara de perro. Su sueño de batir el récord de victorias de los Chicago Bulls de 1996 (72 triunfos en temporada regular) se mantiene intacto. Han llegado a ir perdiendo de diez puntos en el último cuarto. Green, una especie de reencarnación de Ben Wallace en actitud e intensidad, afirma que es auténtico deseo lo que sienten en el vestuario por esa marca, la cual les lleva a dejarlo todo. 



Los titulares por todo el globo son bien distintos a ese respecto. Se habla de ayudas arbitrales. En honor a la verdad, la penetración de Stephenson buscó con habilidad el contacto y pudo sancionarse algo. En cuanto al rechace, Thompson parece puntearle bien, aunque Curry parece cometer infracción. Esa última es difícil de ver para los colegiados por lo esquinado. Comprensibles las quejas de los incondicionales de los Grizzlies. Sin embargo, parece seguir flotando en el resto del ambiente un cierto deseo de que los pupilos de Steve Kerr tropiecen. Hace apenas unas semanas hablábamos en este blog de su coqueteo con la caja de Pandora (VER ENLACE). Ahora, el mejor equipo en lo que va de 2016 ha ido un paso más allá. Se van a convertir durante unos días en señores del Olimpo baloncestístico, homenajeando una magnífica novela mitológica de Javier Negrete, si bien algunos de sus coetáneos parecen no haberse dado cuenta todavía de lo que han logrado. Quizás ni ellos mismos lo sepan. 



Algunos párrafos deberían haberse dedicado a mencionar como, nuevamente tras una dolorosa derrota, los Warriors habían respondido bien después de su inesperado tropezón (merecido) ante los Wolves. Pero el doctorado se lo sacaron en San Antonio, el feudo inexpugnable, el coto particular donde el maestro Popovich ha hecho sus principales estrategias para convertir a sus Spurs en lo más grande que le ha pasado a la NBA en los últimos diez años a nivel de juego colectivo, Tim Duncan mediante. Muchos estaban preparando la marcha fúnebre, pero los vigentes defensores del anillo aceptaron las reglas de Leonard y cía. En 48 minutos intensos, físicos, de buen baloncesto y generosidad, los Warriors ganaron 86-92. Curry puso la magia con algún disparo de ciencia ficción. Quedaba la última estación, como en las mejores películas de suspense, se dejaba todo para el tercer acto. 


El Oracle Arena se puso sus mejores galas. No iban a fallar. En frente, había competidores de carácter, gente con el instinto de Randolph o Barnes. No iban a poner ninguna alfombrilla roja o a dejar que los Warriors hicieran historia gratis a su costa. Pese a sus esfuerzos, era el día D y la hora H. A veces, se ha especulado, con un poco de razón, que Golden State confía tanto en sus fuerzas que administra esfuerzos, que se deja llevar hasta los compases finales. En esta ocasión, respetó a los libros de Historia y a los oseznos de Memphis. Fue a por la victoria desde el salto inicial de Bogut. El australiano puede estar satisfecho consigo mismo. Aquel joven talento que adquiría experiencia en los Bucks es ya toda una referencia, un jugador de equipo al que todos querríamos tener en nuestra plantilla. 



Curry volvió a estar en romance con su mejor amiga, la línea de tres. Martilleó con su potencial a la defensa contraria, propiciando huecos para sus compañeros. Luke Walton mantenía la compostura tras Kerr en la banca, su maravilloso aplomo había sido también responsable de estar en aquel punto, sobre todo en la fase de baja por operación del técnico principal. Iguodala, por su lado, quizás recordó aquellos dos tiros libres que firmó sin temblarle el pulso para salvar un partido perdido ante los Thunder. Hace años, Kobe Bryant, quien se despidió esa misma noche del Staples que tanto ama, lo había advertido: "Iguodala se está pippenizando". Una vez más, Black Mamba lleva razón, se trata de un comodín tan exquisito como lo fue el mítico Scottie, el sueño hecho realidad de cualquier entrenador. Puede defender al mejor del conjunto rival, garantizarse sus puntos y nunca peca de egoísta. ¿Es casualidad que ambos caballeros hayan estado en dos escuadras que han ganado más de 70 encuentros en fase regular? 



Lo explicó muy bien Vince Carter cuando señaló lo igualado del penúltimo enfrentamiento que habían tenido con Golden State. "Lo tuvimos ahí... pero es la naturaleza de la bestia". En un gesto que le honra, Kerr reconocía que no pensaba que fuera posible a principio de curso. Él estuvo a las órdenes de Phil Jackson cuando conmocionaron al basket mundial y parecía extremadamente imposible que la misma persona pudiera estar involucrada con roles importantes en ambas gestas. Por supuesto, duraría poco la ausencia del "pero...". Desde muchos frentes, ya se advertía a Golden State de que no serviría de nada lo obtenido si no se llevaban su segundo anillo consecutivo a casa. Semejante pragmatismo me lleva a recordar lo que Dwyane Wade dijo al día siguiente de que algunos acusasen a Kobe Bryant de haber anotado 81 puntos frente a los Raptors por ser un mero individualista. "Así es el mundo en el que vivimos. Alguien hace algo extraordinario y le sacamos fallos". La pasada semana, Golden State hizo algo fuera de lo común, una anécdota que poder contar en el futuro, el privilegio de haberles visto jugar. No han sido las 73 victorias, sino la forma de obtenerlas.



Ya han llegado los primeros agoreros coros a su recién estrenado trono para recordar a estos guerreros que de nada habrá servido el hercúleo esfuerzo si no logran el anillo. Pero, por mucho que se diga y repita, ¿es verdad? ¿No ha logrado Golden State que mucha gente piense que dormir es de cobardes, que merece la pena estar en pie un 10 de noviembre para ver un espectáculo único? La grandeza ha estado en la audacia del reto, en atreverse a perseguir la estela de uno de los mejores equipos de todos los tiempos. Sinceramente, cruzo dedos porque no se vean arrastrados a la inhumana presión a la que los medios sometieron a los Dallas Mavericks de los playoffs de 2007. Nowitzki había sido MVP, la escuadra de Avery Johnson jugaba como los ángeles y los texanos obtuvieron 67 triunfos. Fue increíble lo que aficionados y prensa hicieron a ese equipo por caer en primera ronda ante los Warriors (precisamente ellos, con Baron Davis a la cabeza), olvidando lo mucho que habían hecho antes. Por suerte, Dallas y el dorsal 41 se recuperaron, pero solamente ellos sabrán la losa con la que cargaron.



Eso no quiere decir, más bien al contrario, que se confíen. No es solamente que a San Antonio o a los Thunder les va a afectar muy poco en una serie a siete partidos lo que haya ocurrido en regular season. Son escuadras maduras, ganadoras y que estudian muy bien al adversario. Pero es que ya los Houston Rockets les van a dar guerra en primera ronda, aunque el primer encuentro fuera desequilibrado. Si bien ha decepcionado su balance, tienen el talento y los jugadores para poner en aprietos a cualquiera. Lo único que espero que Golden State salga a divertirse, porque entonces ganamos todos.



También, cabe la posibilidad de que, si tienen la infinita suerte de ganar el segundo anillo, muchos les recuerden que Chicago hizo dos three-repeats. En ese futuro hipotético donde lograsen semejante machada, surgirán otra veces que les aclararán que todavía están lejos de la racha victoriosa en postemporada de los Boston Celtics de Bill Russell. Pareciera que está de moda recordarles a Curry y compañía lo que les falta por lograr que rememorar, como bien hizo D. Wade en 2006, lo que se debe hacer cuando alguien de nuestra época consigue una hazaña inédita: felicitarles de todo corazón. 



Pase lo que pase en unos Playoffs donde nadie regala nada, no se puede negar que, por unos días, Golden State Warriors ha enseñoreado su estandarte en la cima del Olimpo de la NBA, desde una altura que nunca se había alcanzado con anterioridad en fase regular. 



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:



http://www.marca.com/baloncesto/nba/2016/04/10/5709e768ca47416c298b458c.html



http://www.eurosport.es/baloncesto/nba/2015-2016/125-104.-curry-y-los-warriors-imponen-marca-historica_sto5436305/story.shtml



http://abc7news.com/sports/photos-golden-state-warriors-make-history-with-73rd-win/1290272/