lunes, junio 29

Lo mejor es cuando la espera merece la pena. Daba igual el paso de las décadas, la sequía de anillos, nada de eso ha importado en este curso 2014/15. Los Golden State Warriors han revindicado que el run and gun tiene capacidad de adquirir trofeos, que un entrenador novato (Steve Kerr) puede batir a maestros en la pizarra sin que el espectador se vea tentado de usar el mando a distancia. Igual que el año pasado con San Antonio, tenemos la certeza de que los vigentes campeones de la NBA son una escuadra que mima el esférico, sin temor al triple y con esas pinceladas de fantasía que convierten a un gran aspirante en leyenda. 



Comunión total de grada y afición, Golden State ha hecho de su arena un lugar de casi inexpugnable conquista. Una parada dura para el adversario, ruidosa y entregada a su bloque, todos los integrantes de esta plantilla merecen su pedazo de gloria. Claro que siempre hay un líder, o varios. Y en la bahía tienen a Stephen Curry, película Disney en imagen real, un astro y MVP de la regular season, únicamente eclipsado por su madre e hija ante las cámaras. Para llegar a sus primeras Finales, el jugón de la sonrisa y los lanzamientos Matrix ha tenido que batir a pistoleros como James Harden. Casi nada al aparato. 



No ha sido una prueba fácil, estos seis partidos le han puesto contra las cuerdas, a él y a sus compinches, al más puro estilo Memphis, los Cleveland Cavaliers lograron robar el factor cancha y colocar un inquietante 1-2 en la serie a su favor. Igual que con los pupilos de Elvis, el cuarto día tomaron el feudo enemigo para asegurarse que nadie dudase de su cuento de hadas. Los Sacramento Kings de principios del siglo XXI y los Phoenix Suns de Steve Nash pueden estar orgullosos de sus dignos herederos, aunque, como sucede siempre, no se gana solamente con un mega-crack o corriendo mucho, hacen falta... factores inesperados. 


MVP al comodín... 



Andre Iguodala siempre ha sido un jugador muy interesante. Kobe Bryant, que de esto algo sabe, afirmó hace algún tiempo que se estaba "Pippenizando", es decir, adquiriendo una versatilidad defensiva increíble. Mucho de eso ha estado en los ajustes del staff técnico de Kerr, quienes han encontrado en este MVP inesperado (pero merecido) un factor que logrado crear complicaciones a un Lebron James de otra galaxia, pero en cada duelo más cansado y falto de ayuda. Blatt logró encontrar soluciones en Dellavedova y Mozgov. La labor de esta pareja fue encomiable, pero, igualada la serie a 2, King James precisaba de algo más para frenar un dato que aterraba en the Q: Thompson y Curry no habían coincidido aún en el mismo día. 



Era cuestión de tiempo, los Warriors lo dejaron madurar. El destino les favoreció con el rosario de lesiones en Cleveland (Varejao e Irving, entre otras, pérdidas terribles). Lebron remaba para morir en la orilla. Su extraordinaria presencia sirvió para dejar en la cuneta a candidatos como Chicago o Atlanta, pero Golden State no fue impresionable, supo aguardar los festivales de uno de los mejores físicos que ha visto nunca una cancha. Pero incluso él tiene un límite, Iguodala y los suyos supieron aguardar su ocasión. 



Hubo eso sí, vacíos inexplicables. JRSmith tiene clase, talento, velocidad y coge rachas muy buenas en ataque, pero no ha sido capaz de encontrar su ritmo cuando más lo hubieran implorado los Cavaliers. Fenómeno para la cábala es el ostracismo de Perkins, ¿el taciturno center no hubiera sido provechoso, cuanto menos, para algún palo de rigor y hacer trabajar un poquito más a Andrew Bogut, espléndido curso del australiano, y cía? 



Es bonito ver a figuras como David Lee o Leandro Barbosa pudiendo adornar su palmares con una de las piezas más codiciadas por toda aquella persona que haya saltado alguna vez a botar y lanzar un balón. Golden State empezó a tener la mirada del tigre, Rocky dixit, el quinto día, ese duelo bisagra (mucho más ahora que se ha abandonado el formato 2-3-2) donde Curry y Thompson lograron enchufar triples imposibles ante la decepción de un Lebron que llevó a los suyos en volandas hasta el último segundo (y cuánto se le pega, por favor).



Un sexto era inquietante. Sin embargo, fue la culminación de Kerr (a quien honra su gratitud al hoy defenestrado Mike D´Antoni, maestro de aquellos Suns que engancharon a una generación a verles de madrugada) y sus pupilos. Una partida de ajedrez de madurez; recuerden que en el juego de los reyes, poco hay más difícil que ganar un partida ganada. El colchón del tercer cuarto se antojaba decisivo, pero allí volvería Lebron a enseñar los colmillos. En el Oracle Arena se veía desde una pantalla gigante, supieron sufrir para luego festejar. Iguodala se metía en los libros de historia, Curry y Thompson empezarían a ser mencionados junto a nombres como Ray Allen o Reggie Miller...



Incluso guerreros incombustibles como Draymond Green (qué bien le enseñó Jermaine O´Neal, qué futuro se le antoja) parecían conmovidos, lo mismo que Barnes, cada miembro de esa familia improvisada tendrían una anécdota para sus nietos. Estuvieron en la victoria de aquella noche memorable en Cleveland, ciudad que ya merece el anillo por las muchas veces que lo ha rozado. Pero tendrán que aguardar, pues este ha sido el año perfecto e inmaculado de los Warriors. Un cuento de hadas con final feliz.



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PD: Al blog no le ha pasado inadvertido la épica medalla de bronce de la selección femenina, éxito que desmenuzaremos con la atención que merece dentro de dos semana.



RECOMENDADO:



Ya está a la venta el número 270 de la revista oficial de la NBA, el cual conmemora y dedica muchas páginas a la épica conquista de Golden State.



FOTOGRAFÍAS EXTRAÍDAS DE LOS SIGUIENTES ENLACES:


http://abcnews.go.com/Sports/andre-iguodala-key-golden-state-warriors-nba-championship/story?id=31819547



https://www.pinterest.com/pin/119978777546700501/




http://www.twincities.com/sports/ci_28299306/nba-finals-warriors-go-small-and-rout-cavs