jueves, junio 20

Apretó los dientes y sonrió. Era más que un MVP. No ha sido un año fácil para el Real Madrid. Los pupilos de Pabo Laso deslumbraron los primeros meses de Euroliga y de ACB, con un juego que ha reconciliado a muchos amantes del baloncesto con los índices de audiencia. Sin embargo, desde el inesperado tropiezo en los cuartos final de la Copa del Rey en un grandísimo partido, algo empezó a cuestionarse en la Casa Blanca, pero no precisamente la de Obama. 




Parecía que, tras casi 20 años desde que Sabonis pasease su clase por Zaragoza, todas las heridas cicatrizarían, pero, en la Final Four de Londres, los merengues se quedaron a un cuarto de lograr el sueño. El resultadismo imperante empezó a cuestionar las bonanzas del ofensivo conjunto, dirigido por Sergio Llul y Sergio "El Chacho" Rodríguez. Que eran demasiado buena gente, que no metían la mano, que no ganarían así ante conjuntos agresivos... 




Esta urgencia e injustos palos estaban en la mente de un Reyes sublimes, que ha abusado del juego interior de un digno Barcelona, capaz de sobreponerse a terribles bajas, para brindarnos cinco encuentros a cara de perro contra un Madrid que ha sabido tomarse la sana revancha, en un quinto encuentro que ha enterrado fantasmas del pasado. El cordobés ha sido fundamental para vencer a un ultra-motivado Tomic que ha brindado un gran año en Can Barça, pero que no pudo en el Palacio con un inteligentísimo Espartaco, que supo aprovechar sus cuatro faltas personales. En esos minutos decisivos, los rebotes de "Felipón", ante la atenta mirada de su hermano, valían un MVP... volvía a conseguirlo, por segunda vez en su carrera. No está mal este año, dirá Reyes, con algún detallito como ser el máximo reboteador de la competición, tras batir la marca de Mirsad Turkcan, toda una leyenda...como el pívot madridista lo es, de la ACB y del basket en general. 


Pero una final tiene muchos héroes y, entre otros, citar la maestría inconfundible de Rodríguez, decisivo manejando la bola, termómetro de los momentos más brillantes de esta Final. El canario ha lograro superar la explosividad física de Sada y resultó decisivo en los cierres de partido, el money time. Tampoco han sido escasos los momentos de brillantez de Slaughter, explosivo guardaespaldas del MVP Reyes, o un Sergio Llul, siempre combativo. 




Entre los escasos damnificados del conjunto blanco, quizás Rudy Fernández, ese brillante escolta que te puede dejar un mate de concurso NBA como el que firmó anoche en el tercer cuarto, o, lanzar una selección de tiro abominable cuando más fácil para que lo tenían los locales. Y, precisamente de allí, sacó fuerzas el conjunto de Xavi Pascual, expertos en no bajar los brazos. Resultó triste ver a un ídolo absoluto como Navarro en las circunstancias del miércoles, pero, se había sobre-cargado a un jugador irremplazable y la gasolina llegó hasta donde llegó. 




De hecho, asusta pensar el correctivo que hubiera habido en el último cuarto, de no ser por las gotas de magia de Sarunas Jasikevicius, ese genio de Lietuva, que, como los viejos rockeros, se guardó para el final sus trucos. Lo intentó todo este mito culé y luego supo abrazarse con Llul después de una final intensa. Tras mucha polémica arbitral (los colegiados no han estado muy acertados esta vez, pero, afortunadamente, no han influido en el resultado final, dando las de cal y las de arena, a quien tocase), Madrid y Barça han mostrado la cara amable de un fantástico deporte, que vuelve a necesitar que emerja un Caja Laboral o un Unicaja (buena apuesta por Joan Plaza), para evitar el monopolio de los dos titanes del basket nacional.




El verano se presenta mucho mejor en la capital que hace apenas unas semanas. Recuperar el cetro liguero tranquiliza las aguas, permaneciendo en el recuerdo la brillante primera vuelta de los blancos. Para un asalto a la Euroliga seguimos echando en falta un 4 versátil, capaz de ayudar y dar más descanso a infatigables guerreros como Felipe y cía. 



Por el lado blaugrana, poco se puede reprochar a los de Pascual. Un conjunto aguerrido de jugadores que han llegado a tres finales y otorgan una Copa del Rey a las vitrinas, en un año con palos tan duros como el de "San Pete" (le dedicaremos una entrada en breve). Emotivamente, tambien ha sido una temporada devastadora y Creus habrá de moverse un poco más que Alberto Herreros. Las increíbles prestaciones de Navarro y Saras necesitan cada vez más recambios y debe hacer una transición inteligente para rejuvenecer el equipo, siendo respetuosos con los veteranos. 



A nivel emotivo, esta Final será siempre recordaba por la desaparición del sheriff, M. Comas, a quien, en unos pocos días, haremos el homenaje a su carrera en los banquillos... 



Nuevamente, felicitar al conjunto blanco por su excelente torneo ACB y agradecer, como siempre, la increíble resistencia al desaliento de los blaugrana.

1 comentarios:

Klego dijo...

Gran entrada Marcos, has expresado perfectamente el sentimiento que se le queda a uno después de ver tan gran final. Y como te dije por privado, me alegra enormemente que el Barcelona nunca NUNCA tirase la toalla. Hubiera preferido ver a un Navarro más explosivo (como nos tiene acostumbrados en partidos importantes) pero la edad pasa factura a todos y no han sabido darle los descansos que necesitaba para que hubiera rendido en la final como debiese. También me ha gustado mucho el trabajo de Ingles en particular.

Muchas gracias por la entrada, esperaré impaciente a la próxima.

Un abrazo,

Klego